Capítulo 19 - Cómo convertirse en la esposa del monstruo (6)
Roelin se tropezó al sentirse sofocada sin darse cuenta. En ese momento, Kergel, que iba delante, se giró—como si tuviera ojos en la espalda—y la agarró.
"Oh, gracias..."
"Ten cuidado. Si te sales del camino, puedes quedar atrapada en una ilusión."
"Ilusión, ¿En serio?"
Roelin inclinó su cabeza mientras le daba las gracias. Luego, Kergel continuó mientras señalaba con un gesto la niebla que impregnaba el bosque más allá del sendero.
"Si piensas en esta niebla como algo normal, no es bueno. Esta niebla invocará un recuerdo pasado al que le tengas miedo bajo el pretexto de una ilusión y quedarás atrapada en su interior. Y ninguna de las personas que han quedado atrapadas han conseguido escapar."
"..."
"Bueno, de todos modos no hay razón para que tengas miedo. Seguramente viviste en el Palacio Real de Rakain con todo lo que querías y bajo la protección de todos. Así que no debes tener nada que temer.”
Kergel añadió unas palabras en un tono ligero mientras soltaba la mano con la que se aferraba a la de ella antes de darse la vuelta una vez más y proceder a avanzar. Sin embargo, Roelin no pudo seguirle de inmediato. Tan solo pudo contemplar su espalda, que se desvanecía ante su propio rostro pálido.
Roelin, que seguía mirando la espalda de Kergel mientras éste continuaba caminando hacia adelante, respiró profundamente con retraso. A continuación, apretó con fuerza las frías yemas de sus dedos y se obligó a sí misma a avanzar un paso más.
Ella solo tenía miedo de...
Él pensaba que no había nada de lo que ella pudiera tener miedo. Por lo tanto, era difícil imaginar que Roelin, que lo estaba siguiendo en ese momento, estuviera con el rostro tan pálido.
Si eso era un alivio, entonces era un consuelo en sí mismo.
Roelin no deseaba ser atrapada por el hombre que iba delante. Ella ni siquiera sabía que quería encontrar su propio orgullo puesto que solo soñaba con alcanzar una nueva vida lejos de Rakain.
"¿Qué se siente cuando no se tiene nada que temer?"
Roelin quiso imaginar ese tipo de sensación. Sin embargo, imaginar algo que nunca había experimentado antes era mucho más difícil de lo que pensaba, por lo que finalmente tuvo que renunciar a ese intento por completo.
Para ella, el tiempo que había vivido hasta entonces era un objeto de miedo en sí mismo.
Todas las personas del mundo—excepto ella misma—eran un objeto temible y aterrador.
En contraste con su propia hermana gemela, que nunca había tenido miedo de nada en absoluto.
Roelin se esforzó por contener su amargo corazón y volvió a mirar su espalda. Él parecía totalmente seguro de sí mismo. Tuvo la impresión de que nunca se había estremecido en toda su vida.
Una persona que era tan diferente de su propio yo.
Se preguntó si habría otra persona que fuera como él en todo ese amplio mundo.
Roelin recordó la conversación que tuvo con él la noche anterior.
Le dijo que no era un monstruo.
La pregunta que Kergel le había hecho.
<¿Hay alguna evidencia de que sea un monstruo?>
...ni siquiera fue capaz de responder a esa pregunta.
De hecho, habría sido más exacto decir que las palabras para responderle ya estaban en su boca, pero simplemente no podía pronunciarlas.
El monstruo era en realidad ella misma—no él.
Una sonrisa amarga pasó por la boca de Roelin y pronto desapareció por completo.
Tras vivir toda su vida en cautiverio, se convirtió repentinamente en la esposa de un hombre que debería haber sido el esposo de su hermana gemela.
Para ella era un medio para escapar del Palacio, que no había sido diferente de una prisión.
"¿Merezco una sensación de recompensa como ésta?"
En primer lugar, este matrimonio en sí era un fraude.
Roelin se entristeció y se limpió el rostro. Justo entonces, un fuerte mareo la golpeó de repente. Se tambaleó sin saberlo mientras sentía una especie de "parpadeo" en su cabeza.
En ese mismo momento, sus ojos se volvieron blancos al instante. Posteriormente, comenzó a sentirse distante como si todos los sentidos de su cuerpo se estuvieran cerrando y pronto, comenzaron a aparecer escalofríos mientras el escenario frente a ella cambiaba.
...el Palacio Separado de Rakain.
Un espacio que se parecía a una prisión y en el que acababa de pensar hace un rato—
Roelin ya no podía respirar porque sentía que su corazón se había congelado por completo.
"¿Qué es esto? Definitivamente... ¿Parece un sueño o algo así? ¿He tenido un sueño tan vívido?"
Roelin se apresuró a mirar hacia atrás. El calor de la chimenea, cuyo fuego hacía tiempo que se había apagado, se transmitía vívidamente. Además, sobre la cama tapizada con finas sábanas, se había dejado tapado un libro que solía leer.
"No, esto no puede ser cierto. Yo... ¿Cómo puedo salir de aquí?"
Roelin, que no podía contener su miedo, sacudió su cabeza violentamente mientras se ponía lentamente azul.
Sus ojos azules se llenaron rápidamente de lágrimas. Al pensar que la sensación de liberación que había sentido por primera vez fuera del Palacio Separado había sido un simple sueño, un sentimiento incontrolable de desesperación se apoderó de ella.
Roelin se derrumbó bajo el peso de esa misma desesperación. Ni siquiera pudo pensar que el vestido que llevaba se ensuciaría. Las lágrimas empezaron a brotar y estallar antes de caer por sus mejillas.
En ese momento, alguien la agarró bruscamente de la muñeca y la apartó como si nada. Y allí estaba, se escuchó una voz aparentemente acusadora.
“Te dije que tuvieras cuidado. Eres más demandante de lo que pensaba.”
“¿…?”
Roelin fue incapaz de limpiarse las lágrimas mientras lo miraba de manera indefensa. Fue la gran mano de otra persona la que se aferró a su muñeca. Era esa mano en particular. Pero no había forma de confirmar su rostro real. Por alguna razón, se debía al hecho de que su vista estaba nublada. Sus lágrimas no habían nublado su campo de visión. Para ser más específicos, se parecía a la niebla en la madrugada...
"¡Ah!"
Los ojos azules de Roelin se abrieron de inmediato. Al mismo tiempo, la niebla que había empañado sus ojos comenzó a disiparse lentamente. Poco después, pudo ver por fin el rostro de la persona que había tirado de su muñeca.
En su lugar, vio aquel mechón negro ligeramente erizado. Y en el momento en que se enfrentó a esos ojos dorados que no dejaban de mirarla, fue recuperando el sentido poco a poco.
"Su Majestad."
"Estuviste cerca de quedar atrapada en una ilusión. Aunque te hayas desviado del camino, fue una suerte que no te adentraras mucho. Si eso hubiera ocurrido, no habría habido otro camino para ti."
Kergel habló en tono tranquilo mientras la levantaba aplicando un poco de fuerza en la muñeca de Roelin. Roelin lo miró con una expresión de vergüenza antes de empezar a mirar a su alrededor de forma tardía.
Solo entonces se dio cuenta de que estaban parados bastante cerca del límite del sendero.
"Oh, esa ilusión era..."
Eso había sido. Murmuró despreocupadamente mientras observaba todo el panorama mientras respiraba aliviada. Su respiración era temblorosa, quizás por los restos de sus emociones que aún no habían desaparecido.
[Traductor: Abbie]