Capítulo 25 - Cómo convertirse en la esposa del monstruo (12)
Roelin dejó su ropa debajo de la cama y pronto se preparó para mostrar su cortesía. El fino pijama que llevaba se había arrugado bajo su pequeña mano. Kergel miró sus manos temblorosas y se acercó un poco más a ella.
Roelin bajó su mirada y tragó saliva. El fino pijama que llevaba le volvió a llamar la atención.
En el momento en que vio el pijama reflejando su propia piel desnuda, su cara se puso intensamente roja. Esto se debía a que podía adivinar claramente para qué se había preparado ese tipo de pijama.
En realidad, no era sólo el pijama. Se sonrojó aún más junto con el aroma que impregnaba su cuerpo. Silloa había aplicado una fragancia al cuerpo de Roelin después de bañarse.
Todo eso habría sido para ese preciso momento.
"Hmm, creo que las criadas son un poco excesivas. Espero que tengas la amabilidad de entenderlo. No tenían mala intención. ¿No será porque las expectativas para esta noche también son excesivas?"
En ese momento, Kergel tosió en vano y no tardó en abrir la boca. Quizás él también se sentía exactamente igual que ella. Roelin ni siquiera podía levantar bien su rostro sonrojado mientras apretaba aún más el paño que ya tenía en la mano.
Entonces, miró la mano de ella, que estaba justo delante de él, y suspiró. Enseguida sonrió satisfecho y continuó con sus palabras.
"Por supuesto, eso no significa que tengamos que cumplir con sus expectativas en lo absoluto."
"¿...qué?"
Roelin no hacía más que escucharlo mientras abría bien sus ojos y lo miraba fijamente. Kergel se encogió de hombros y volvió a hablar cuando por fin ella "levantó" sus ojos azules.
"Vamos a dormir hoy. No, espero que no sea sólo por hoy, sino por el momento. ¿Qué te parece?"
"¿...qué?"
Aunque lo había oído claramente con sus propios oídos, seguía desconcertada y le devolvió la pregunta en lugar de contestar. Entonces, Kergel volvió a encogerse de hombros y añadió algo más, como una broma ligera.
"No sabes lo que significa "vamos a dormir", ¿verdad? O estás triste por lo que acabo de decir..."
"¡No! Por supuesto, me gusta..."
Aunque sabía que Kergel sólo estaba bromeando, se avergonzó sin darse cuenta, así que levantó su voz e inmediatamente después se calló. Los ojos de Kergel, que miraban fijamente a Roelin, se entrecerraron. Pero enseguida sonrió y asintió.
"No sabía que dirías que te gustaría tanto..."
"Oye, no es eso..."
"No pasa nada. No estoy intentando decir nada. Es verdad que no sólo tú, sino yo también, aún no estoy preparado para eso."
Siguió hablando mientras señalaba con la mirada la cama.
"Por supuesto, eso no significa que pueda quedarme así sin más. Algún día te abrazaré."
"..."
"Sin embargo, aún no tenemos ese tipo de relación."
"...muchas gracias por su consideración, Su Majestad."
Roelin vaciló e inclinó cortésmente su cabeza para saludarlo. Kergel asintió ligeramente y giró su cabeza.
Le llamó la atención que en la mesa hubiera vino y refrescos.
"¿Tomamos una copa de vino?"
Ante su sugerencia, Roelin asintió. Sin embargo, pronto hizo una mueca de incomodidad. Kergel estaba a punto de dirigirse a la mesa, pero cuando la vio, enseguida frunció la frente.
"¿Qué ocurre? Hay algún problema... oh."
Intentó hacerle una pregunta, pero sólo emitió un ruido como respuesta. Luego, se quitó la túnica y se acercó a Roelin.
"Ponte esto."
"...gracias."
Roelin dudó, pero aun así aceptó su túnica y se sonrojó. No se sentía segura con aquel pijama transparente y él también parecía haberlo notado por dentro.
Roelin se puso la túnica mientras pensaba que era una suerte. Pero pronto no tuvo más remedio que sonrojarse aún más.
Era por el calor y el leve olor corporal que le transmitía la túnica.
"¿Qué haces? Ven."
Kergel fue el primero en acercarse a la mesa y se acomodó antes de llamar a Roelin. Ella, avergonzada, soltó un suspiro y se acercó a la mesa.
Kergel levantó una botella de vino y llenó casi la mitad de su copa cuando Roelin empezó a tomar asiento frente a él.
"Deberías beber un poco ya que estás cansada."
"Gracias. ¡Ah! Te serviré una copa."
Roelin extendió su mano hacia Kergel. Entonces Kergel, que estaba a punto de servir el vino en la copa, la miró antes de levantar las comisuras de sus labios mientras le entregaba la botella de vino.
Ella agarró la botella y vertió el líquido lentamente en la copa. Como Kergel llenó sólo hasta la mitad su copa Roelin hizo lo mismo.
Kergel, que vio lo que hacía, enarcó una ceja. Sin embargo, Roelin se limitó a abrir la boca con calma.
"No es una buena costumbre beber demasiado antes de irse a dormir."
"No sé. Pero llamar beber en exceso a una copa o medio copa..."
"Su Majestad también debe estar cansado."
"¿...?"
"No me casé sola."
Roelin contestó con calma mientras lo miraba y él permanecía pensativo. Kergel se limitó a sonreír y levantó su copa.
"Tienes razón. El matrimonio es algo que nunca puedes hacer sola..
Tomó un sorbo de vino mientras la miraba fijamente con unos ojos que parecían bastante juveniles. Roelin se sintió algo incómoda y llevó su mano a la copa de vino que tenía delante para evitar su mirada.
Tal vez por su fuerte sabor dulce, era bastante bueno para su gusto, ya que ella rara vez bebía alcohol.
"Si lo bebes todo de una vez, te emborracharas rápidamente..."
"¿Qué? ¿Qué acabas de decir?"
En ese momento, escuchó que Kergel murmuraba para sí mismo. Roelin dejó la copa de vino y le preguntó. Entonces, él puso una expresión extraña y miró la copa que ella acababa de dejar.
Roelin se preguntó por qué y miró también su copa. Sólo quedaba una tenue mancha de labios en la copa vacía a la que no le quedaba ni una sola gota.
"Bueno, creo que bebes bastante bien."
En cuanto ella limpió la mancha que había dejado en la copa, Kergel sacudió su cabeza y respondió como si nada. Sin embargo, Roelin no podía escucharlo tranquilamente y lo dejó pasar.
"Oye, el alcohol no es tan fuerte..."
"¿No es tan fuerte? ¿Este?"
Él abrió mucho sus ojos y volvió a preguntar.
"¿...era un tipo de alcohol fuerte?"
Parpadeó lentamente. Era raro que bebiera alcohol, así que ni siquiera podía juzgar si había sido fuerte o débil. Además, lo que tenía era tan dulce como un zumo de uva.
"Tiene un fuerte sabor dulce..."
¿Era porque estaba nerviosa?
Su rostro pareció calentarse de repente y todo su cuerpo se volvió febril entonces.
Roelin añadió algunas palabras como excusa y de repente terminó sus palabras. Obviamente, su cara ya se habría puesto extremadamente roja. Agachó la cabeza porque le daba vergüenza verse así.
"¿...eh?"
En ese mismo momento, el suelo giró bruscamente. Simultáneamente, su cuerpo se inclinó hacia un lado sin tener en cuenta su propia voluntad. A ese ritmo, podría rodar por el suelo y hacerse daño.
Pero de alguna manera, ni siquiera pensó que era peligroso. Estaba aturdida como si estuviera soñando.
"Uh..."
[Traductor: Abbie]