Capítulo 26 - Cómo convertirse en la esposa del monstruo (13)

 

Entonces, Roelin parpadeó lentamente sin oponer resistencia mientras su cuerpo intentaba levantarse de la silla y lanzarse directamente al suelo.

" ¿Dices que no es un alcohol fuerte? Estás borracha."

Sin embargo, ella no se desplomó en absoluto. En lugar de eso, de repente se vio abrazada por alguien. Pudo darse cuenta, aunque tarde, de que eran los brazos de—Kergel, que estaba sentado justo enfrente de ella hacía un rato.

"...oh, Su Majestad."

Roelin abrió mucho sus ojos y lo miró. Parpadeó lentamente mientras se preguntaba qué demonios estaba pasando. Al verla así, Kergel siguió sujetando la espalda de Roelin mientras revelaba una expresión de asombro en su rostro antes de levantarla con cuidado.

"Woah..."

Cuando ella flotó mientras lo abrazaba, exclamó sin darse cuenta. Entonces, murmuró instantáneamente para sí mismo junto con una sonrisa falsa.

"Te conviertes en una niña en cuanto te emborrachas."

"¿...qué acabas de decir? No te he entendido."

Roelin no dejaba de pronunciar—la palabra: "wow"—con su cabeza inclinada hacia atrás mientras lo miraba con admiración. Entonces él sólo sonrió y negó con la cabeza.

"No es nada."

"Uh..."

Ella hizo un gesto como de balón hinchado, como si estuviera descontenta con Kergel, que no le había contestado bien. Pero él ya no dijo nada y se dirigió directamente a la cama. Luego, tan pronto como se acostó en la cama y se dio la vuelta, la voz de Roelin se apoderó de sus pasos.

"Me siento... rara."

Roelin estaba recostada en la suave cama mientras parpadeaba y giraba su cabeza hacia un lado. Kergel sintió su mirada mientras apartaba su flequillo desordenado y le devolvía la mirada.

"¿Cómo te encuentras?"

Kergel se dio la vuelta y se acercó a la cama mientras se sentaba en el borde. Roelin se volvió hacia él y continuó hablando en un tono pausado.

"Estoy emocionada y nerviosa... pero por otro lado, me siento aliviada..."

"Como acabas de finalizar tu boda, debes sentirte así."

Kergel sonrió satisfecho e intentó volver a levantarse. En ese momento, la boca de Roelin volvió a abrirse.

"Lo siento..."

"¿Qué?"

Se dio la vuelta y volvió a mirarla. Sin embargo, no dijo nada más. Esto se debió a que ella, que había estado completamente borracha, finalmente se quedó dormida.

"..."

Kergel miró a Roelin en silencio. Su frente se frunció mientras miraba a la mujer que dormía al tiempo que suspiraba.

"¿...estaba llorando?"

Sus ojos se apagaron profundamente. Ni siquiera sabía por qué había derramado lágrimas, pero seguía sin sentirse bien.

Kergel miró fijamente a Roelin y llevó con cuidado su dedo hacia las comisuras de sus ojos. Las lágrimas que aún no se habían secado se filtraron por la punta de su dedo.

Se miró las yemas de sus dedos en silencio antes de apretar sus manos como si nada. Luego, se dio la vuelta y se dirigió de nuevo hacia la mesa.

* * *

"Hmm..."

Roelin se despertó lentamente al tiempo que sentía sed. Se giró hacia un lado mientras jadeaba profundamente antes de obligar a sus párpados a permanecer levantados.

El escenario del dormitorio oscuro acabó llamando su atención. Era un panorama desconocido.

¿Dónde estaba...?

"¡...ah!"

Finalmente recobró el sentido en ese instante. Al darse cuenta de dónde estaba, saltó inmediatamente y se sentó. Al mismo tiempo, se oyó la tranquila voz de un hombre detrás de ella.

"Parece que estabas durmiendo bien, pero ¿por qué te has despertado? ¿Todavía estás borracha? Me mostraste una inesperada apariencia en muchos sentidos."

"¿Su Majestad?"

Roelin giró su cabeza en dirección a aquella voz y abrió sus ojos de par en par, sorprendida.

Kergel estaba sentado inclinado contra el marco de la ventana. Roelin se apresuró a bajar de la cama.

Era vergonzoso pensar que se había quedado dormida acostada sola en la cama cuando era plena noche. Por mucho que ella decidiera simplemente dormir, eso nunca sería cortés con él.

"Lo siento de verdad. Te he faltado al respeto terriblemente."

Roelin inclinó su cabeza hacia él y se disculpó, incapaz de ocultar por completo su expresión de vergüenza.

Su memoria se apagó justo después de beber el vino. Tal vez después de eso, el alcohol la había emborrachado y se durmió de repente. No, tal vez no se había dormido enseguida, pero no lo recordaba todo—y estaba completamente borracha.

Se puso nerviosa cuando recordó la frase sobre estar "borracha" que había salido de la boca de Kergel hacía un rato.

Obviamente, le preguntó si seguía borracha. En otras palabras, sería seguro decir que ella ya había bebido una vez delante de él.

"¿Por qué Su Majestad no está durmiendo todavía?"

Sin embargo, Roelin intentó desviar el tema lejos de sus propias suposiciones embarazosas. Kergel la miró, echó un vistazo a la cama antes de abrir su boca.

"Alguien más estaba durmiendo en la cama como si fuera un perro salvaje."

"¿Qué quieres decir con un perro salvaje?"

"Tienes un mal hábito para dormir."

"No puede ser..."

Ella no lo creía. Frunció su ceño con una expresión incómoda mientras confundía el final de sus palabras.

Kergel la miró fijamente mientras sonreía y le devolvió el apretón de manos.

"No te preocupes. Duermes tranquilamente incluso cuando estás borracha. Aunque no esperaba que te lo creyeras de inmediato."

"No hay razón para que Su Majestad me haga semejante broma..."

Por una parte, Roelin se sintió aliviada por lo que él acababa de decir, pero por otra, respondió en un tono ligeramente irritado, ya que se sentía injusta. Pero pronto se quedó callada al sorprenderse de sus propias palabras.

Nunca había hablado con nadie tan cómodamente en toda su vida. Siempre cuidaba y velaba por los sentimientos de los demás ya que pensaba que podría herir sus sentimientos.

"Supongo que aún no estás completamente sobria."

Ella no sabía que se trataba de algo fuerte por su sabor dulce, pero debió ser un alcohol muy fuerte. Roelin pensó que todo se debía al vino que había bebido. De lo contrario, le resultaba muy difícil entender sus acciones por sí misma.

“Es una broma entre parejas, ¿No puedes decirlo así?”

En ese momento, Kergel la miró y preguntó.

Una pareja casada.

El corazón de Roelin se agitó al oír esas palabras salir de su boca.

Independientemente de su falsa relación, su relación no era más que un "asunto" político que no se había basado en tales afectos.

Sin embargo, casualmente sacó a relucir la palabra; pareja, de su propia boca.

¿Podría realmente hacer eso?

Complicadas emociones comenzaron a centellear en sus ojos azules.

"No hay por qué preocuparse."

Kergel la miró por un momento y habló como si las estuviera soltando. Roelin se estremeció al mirarlo.

"Prometamos al menos una cosa."

"¿...prometer?"

"Sí, prometer. Emperatriz, le prometo que seré un esposo fiel."

"..."

"No te ignoraré sólo por venir hasta aquí para ser la esposa del monstruo."

"Eso es..."

Roelin tartamudeó y sólo pudo cerrar su boca. Fue porque vio una sonrisa juvenil en la boca de un hombre que se había llamado a sí mismo un monstruo.

Ella no se habría sentido tan cómoda con su velocidad como él con la de ella.

“...yo también se lo prometo. Me esforzaré por ser una esposa fiel a Su Majestad."

Así que en su lugar, dijo algo similar a la promesa del propio Kergel. Entonces, se limitó a inclinar su cabeza y sonreír levemente.

Era una noche en la que la luz de la luna entraba suavemente.

 

[Traductor: Abbie]