Capítulo 28 - Concurso de caza (2)
Kergel sonrió mientras le respondía a Bert. Bert parpadeó con sus ojos castaños mientras mantenía la mirada perdida durante un rato. Sólo cuando Kergel pasó junto a él recobró el sentido y empezó a hablar con urgencia.
"Su Majestad, ¿adónde va? Hay muchos documentos que necesitan su aprobación."
Sin embargo, la presencia de Kergel ya no se veía por ningún lado de aquel pasillo.
"Tengo que conseguir su aprobación antes de que acabe el día... ¿Adónde va con tanta prisa?"
Murmuró Bert con una expresión de desaliento mientras volvía la vista hacia el despacho. Heinez sacudió su cabeza mientras fruncía el ceño como si ya estuviera en problemas. Al mismo tiempo, Lucy se limitó a encogerse de hombros con una extraña expresión por su parte.
"No sé... Esto me parece raro."
"¿Qué? ¿Qué quieres decir con que se siente raro?"
"Debería decir que mi intuición como mujer... Bueno, no puedo decir nada definitivo en este momento."
Lucy dejó de hablar sin antes contestar a la pregunta de su hijo de forma bastante vaga. Bert entonces frunció el ceño mientras refunfuñaba débilmente.
"Solo pregunté a dónde fue Su Majestad. ¿Por qué estás diciendo cosas que no puedo entender en absoluto?"
"Fue a la biblioteca."
En ese momento, Heinez acabó interviniendo de forma algo insegura. Bert continuó preguntando una vez más junto con una mirada más desconcertante esta vez.
"¿Biblioteca? ¿Su Majestad fue realmente a la biblioteca? La persona que dijo que ni siquiera le gustaba el olor de los libros... ¿Acaso escondía algo bueno en esa biblioteca?"
Bert negó con la cabeza como si todo fuera difícil de entender en ese momento. Heinez parecía bastante inseguro en cuanto vio a Bert así.
"A eso me refería. Ni siquiera sé si podría llamarlo algo bueno. Por supuesto, es completamente correcto decir que es algo bueno, pero..."
Murmuró Heinez de forma poco deseable mientras se confundía con el final de sus palabras. Como Lucy acababa de decir, algo le resultaba claramente extraño.
* * *
Era una tarde cálida bañada por la luz del sol. Roelin estaba sentada elegantemente en el escritorio más apartado de la biblioteca mientras leía sus libros.
El lugar donde se encontraba había sido la biblioteca del Palacio Principal, donde sólo podían entrar el Emperador y su acompañante. A diferencia de las bibliotecas a las que había accedido antes de la boda, que también permitían la entrada de los funcionarios imperiales.
Este era el mayor lujo del que podía disfrutar desde que se había convertido en la Emperatriz—Roelin pensaba eso a menudo.
Podía disfrutar cómodamente de la lectura a solas en un lugar donde no había nadie.
Sin darse cuenta, sus cabellos se agitaban mientras leía un libro con expresión relajada y brillaban bajo la luz del sol que entraba por la ventana.
"...mucha gente habla de los lobos en la historia del Imperio."
Mientras leía el libro, Roelin ladeó la cabeza y empezó a murmurar algo para sí misma. En la historia de Cainbert, el fundador del país, así como en aquellas pinturas que recogían diversas representaciones antiguas, también habían aparecido muchos lobos.
"Fue así también durante la ceremonia de compañeros..."
Por supuesto, aún no había visto ningún lobo. Sin embargo, ella recordaba los aullidos de los lobos que había escuchado durante la ceremonia de compañeros.
En ese momento, alguien se acercó a Roelin. De repente, Roelin comenzó a mirar hacia arriba después de ver quién estaba frente a su mesa.
“¿Quien…—Su Majestad?
”Estaba sorprendida e intentó levantarse de un salto. Sin embargo, Kergel se limitó a sacudir su mano y en cambio empezó a hablar.
"Siéntate."
Roelin se levantó a medias en una posición ambigua mientras lo miraba. Kergel se dirigió a algún lugar sin prestar mucha atención a su mirada antes de regresar pronto con una silla. Le llamó la atención que el bibliotecario, que seguía vigilando la biblioteca, había estado observando desde lejos con una expresión bastante frustrada.
"Puedes ordenar a alguien que esté debajo de ti."
Miró al bibliotecario y, en cuanto lo vio sentado frente a ella con aquella silla, habló en voz alta. Kergel se encogió de hombros antes de responder a Roelin.
"Ni siquiera para esta cosa tan sencilla—tengo la debilidad de pedir ayuda a los demás. Deberías sentarte ahora."
"Sí."
Tras responder con calma a sus palabras, Roelin volvió a sentarse y juntó sus manos. Kergel la miró en silencio y pronto se volvió hacia el libro que había sobre el escritorio antes de tenderle la mano.
"Debe de interesarte la historia."
"Sólo un poco. Y en general, pensé que debía conocer la historia de Seroif en su totalidad."
"Ahora que lo pienso, creo que Heinez dijo que pronto te asignaría algunos profesores."
"¿En serio?"
Preguntó Roelin al instante con sus ojos chispeantes. Kergel la miró con ojos curiosos antes de asentir.
"Probablemente porque ahora eres la Emperatriz, pero aún tienes que poseer alguna educación básica acerca del imperio completo también. Por cierto, no sabía que te gustara tanto estudiar. Es sorprendente."
"...me gusta aprender algo."
Cualquiera se habría sentido así si hubiera estado atrapado en un Palacio Separado como ella mientras vivía una vida aburrida. Contestó con un poco de retraso mientras parecía algo torpe y se preguntaba si le había gustado demasiado. Entonces, las comisuras de los labios de Kergel se levantaron lentamente. Aquella figura le recordaba en cierto modo a la de un niño travieso. Roelin empezó a preguntarse e intentó inclinar la cabeza hacia un lado, pero él no tardó en asentir mientras abría la boca a su vez.
"Es un alivio. Te gusta aprender."
"¿Qué? ¿Qué significa eso?"
Preguntó con una mirada más desconcertante. Kergel miró a Roelin y se levantó. Roelin levantó entonces también la mirada. Le tendió la mano sin dejar de observar aquellos ojos azules que lo miraban a él.
"Voy a ser tu profesor a partir de hoy."
"¿Cómo que profesor?"
La frente de Roelin se frunció ligeramente. Cuando vio que ella empezaba a preguntarse sin ningún pensamiento de agarrarle la mano a cambio, sonrió en silencio antes de tirar ligeramente de su mano en su lugar.
"Yo seré quien te enseñará equitación y tiro con arco para la competición de caza que se celebrará después de la luna llena."
"¡...!"
Roelin agarró su mano y abrió los ojos sin más al verse obligada a levantarse inesperadamente.
* * *
[Traductor: Abbie]