Capítulo 39

Me Convertí En La Esposa Del Monstruo - Novela

05/16/2023

Capítulo 39 - Autoconocimiento y secretos (2)

 

Heinez asintió y respondió con voz tranquila. Roelin ladeó ligeramente su cabeza y volvió a preguntar.

"¿Pero puedo saber esto realmente por ti?"

"A veces, yo también tengo que decir la verdad. Igual que la Emperatriz me está tratando con mucha honestidad en estos momentos."

Los ojos púrpuras de Heinez se habían vuelto mucho más amables que nunca. Luego, continuó hablando una vez más.

"¡Ah, sí! ¿Tienes algún instrumento que te gustaría tocar?"

"¿Instrumento?"

Ante el repentino cambio de tema, Roelin abrió mucho los ojos y le replicó. Heinez procedió a añadir más detalles una vez más.

"Sí, si hay un instrumento que a la Emperatriz le guste tocar, me gustaría designar a un músico que esté familiarizado con él como encargado de la educación de la Emperatriz."

"Oh... No hay nada de eso. Para ser honesta, no soy muy buena tocando ningún instrumento en sí."

Mientras vivió encerrada en el Palacio Separado de Rakain, nunca se había topado con un solo instrumento musical. Todo era un lujo para Roelin, así que ni siquiera podía soñar con ello. Aunque había recibido una educación bastante general en artes liberales como sustituta de "Erita", le resultaba totalmente imposible recibir una educación en profundidad, ya que carecía de tiempo para ello. Lo mismo ocurría con la educación sobre instrumentos musicales, por lo que sólo la aprendió a un nivel que no era más que una simple fachada.

Por lo tanto, estaba claro que sí tenía un músico a cargo de su educación, su rendimiento pronto se revelaría claramente. Por eso sería mejor para ella ser honesta desde el principio.

'Aunque sólo fuera una verdad a medias...'

Tal vez si su hermana gemela estuviera aquí, ni siquiera tendría que hablar de esto. El mejor músico del reino de Rakain ya debía de haber enseñado a Erita desde niña.

A diferencia de ella, que tuvo que aprender sola a través de los libros, ya que no tuvo la oportunidad de recibir una educación adecuada.

"De acuerdo, entonces. En ese caso, tendremos que buscar a alguien que toque bien el instrumento."

En cuanto trató de calmar sus propios sentimientos, se oyó de nuevo la voz de Heinez. Entonces procedió a levantarse de su asiento sin darse cuenta de lo que Roelin había estado pensando.

"Ahora la dejo, Emperatriz. Muchas gracias por el tiempo que me ha dedicado."

"No, Canciller Bashel. Soy yo quien está más bien agradecida. Debe haber estado ocupado, pero está aquí en persona."

Roelin se levantó lentamente y le devolvió el saludo. Heinez la miró un rato antes de bajar de nuevo con cortesía.

Cuando él se marchó, Roelin se dirigió a la terraza. La terraza que daba al salón era bastante espaciosa.

Roelin tomó asiento en la mesa circular que había a un lado de la terraza. La brisa soplaba de forma agradable mientras ella contemplaba el paisaje exterior y murmuraba entre dientes.

"Cuando empiece mi educación, entonces no podré disfrutar de este tipo de relajación."

"¿Quieres que te diga una salida secreta?"

"¿Qu… quién—Su Majestad?"

Roelin giró su cabeza sorprendida por la voz que se oía desde la puerta de la terraza. Kergel estaba apoyado en la puerta antes de entrar en la terraza en cuanto hizo contacto visual con ella.

"Saludos, Su Majestad."

Se levantó de su asiento mientras recogía las manos con pulcritud antes de saludarle. Kergel no tardó en hacer un leve gesto a Roelin antes de tomar asiento justo enfrente de ella.

Roelin estaba a punto de hacer sonar la campanilla que había sobre la mesa para llamar a Silloa. Pero antes de que pudiera hacerlo, Kergel abrió la boca.

"No hay nada que preparar para el refrigerio. De todos modos, era demasiado temprano para Lucy y las otras doncellas."

"Ah, sí."

Ahora que lo mencionaba, pensó que debía de haber visto a las sirvientas antes de entrar en este lugar. Roelin acabó dejando la campana que había cogido y lo miró.

Kergel estaba apoyado en su espalda mientras sonreía al establecer contacto visual con ella.

"Debes haber deseado preguntar de qué va todo esto. Un marido que busca a su propia esposa. ¿Hay algo que realmente necesite?"

"No, no es eso..."

Roelin intentó negar sus palabras, pero guardó silencio por un momento. Luego, procedió a abrir la boca una vez más.

"De hecho, Su Majestad y yo no somos lo suficientemente cercanos como para vernos sin ningún asunto en particular."

"Eso es cierto."

Kergel asintió suavemente a sus palabras. Habían pasado bastantes días desde que ambos se casaron, pero la relación entre la pareja seguía siendo un poco incómoda.

'La Hija Real de Rakain que antes se había burlado del Imperio de Seroif.'

Y el Emperador de Seroif, que no tuvo más remedio que pedir su mano en matrimonio.

Desde que ambos se convirtieron en pareja, había gente que sin duda estaba preocupada por el hecho de que pudieran tratarse con frialdad mientras hacían la vista gorda el uno hacia el otro, aunque no fuera tan catastrófico.

Por lo tanto, la situación actual era sin duda bastante satisfactoria.

"Pero por otro lado, no hay ninguna razón por la que tú y yo no podamos vernos así -a menos que nos desagrade vernos."

"..."

"¿Me odias?"

"¿Cómo puede ser eso posible?"

Roelin negó con su cabeza ante la brusca pregunta de Kergel. Entonces, Kergel la miró con un gesto y contestó.

"Yo también. Porque si fueras peor que la pila de documentos de mi despacho, no habría decidido escaparme aquí."

"¿...?"

Roelin puso una expresión extraña a cambio. No entendía lo que acababa de decir. Kergel inclinó el cuerpo hacia delante mientras se recostaba en el espaldar antes de continuar en voz baja como si se tratara de una historia de alto secreto.

"Para ser sincero, antes me había escapado en secreto."

"¿Qué quieres decir con escapar?"

Los ojos de Roelin se abrieron de inmediato. Era inimaginable que viniera del Emperador, el dueño del Imperio en persona. Sin embargo, Kergel continuó hablando despreocupadamente.

"Ya se han apilado los informes mensuales de liquidación de cada ministerio. Heinez tenía los ojos bien abiertos mientras me decía que no me moviera hasta que me hubiera ocupado de todo. Entonces, abandonó accidentalmente su asiento durante un rato y yo salí corriendo al instante en ese momento."

"..."

"Sin embargo, aunque huyera del Palacio Imperial, aún no tengo adónde ir. Es una persona tan talentosa que no hay lugar que esté fuera de su vista. Y eso me recordó a este lugar. Por muy Heinez que fuera, pensé que no irrumpiría en el Palacio de la Emperatriz así como así."

Dijo Kergel con una sonrisa relajada. Roelin se limitaba a escucharle sin decir nada en particular ante su actitud que continuaba la conversación sin problemas.

 

[Traductor: Abbie]

Capítulo 39

Me Convertí En La Esposa Del Monstruo - Novela

05/16/2023

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