Capítulo 43 - Autoconocimiento y secretos (6)

 

"¡Juju... jojojo! Por supuesto. Era imposible que me equivocara. En serio, nunca he visto una pareja que combine tan bien como ustedes. Deben ser una pareja recién casada. ¿Tu marido es bueno contigo? ¿Eh? ¿Cómo es por la noche?"

"¡Eh... bueno señor venda mucho más!"

Roelin se avergonzó y no fue capaz de hablar, pero cuando apenas había saludado, inmediatamente se dio la vuelta. La risa del comerciante se hizo gradualmente más ligera detrás de ella. No pudo aguantar más y se alejó rápidamente.

En ese momento, hubo alguien que empezó a acercarse a ella manteniendo el paso. Era Kergel. Roelin lo miró antes de girar su cabeza una vez más para mirar hacia delante.

"Jaja."

Y una risa repentina se había filtrado de Kergel. Roelin apresuró aún más sus pasos. Al mismo tiempo, su risa se hizo aún más fuerte.

"¡Jajaja!"

"¡Oye, no te rías!"

"..."

Roelin se detuvo justo en ese momento antes de volver a mirarle y gritar. Su cara ya se había puesto roja, como un tomate. Aun así, Kergel volvió a reírse de ella.

"No te rías..."

"De verdad que eres una mujer muy atractiva, Roelin."

Sus ojos temblaban nerviosamente. Sacó una cinta de la caja que llevaba en la mano y se la ató al cabello.

"Te queda muy bien."

"Gracias..."

Roelin dudó antes de responder en voz baja y volvió a girar su cabeza. No tenía el valor suficiente para mirarlo a la cara.

Mientras se mordía los labios lentamente, levantó la mano y tocó la cinta que ya estaba atada al final de su cabeza.

En ese momento, le vino a la mente la mano que le había tocado su cabeza. Y su corazón ya latía frenéticamente.

'¿Qué clase de sensación era esta?'

Roelin bajó la mano mientras tocaba la cinta e inhaló. En ese momento, Kergel le tendió la mano y la abrazó.

Poco después, algo cayó en el lugar donde ella había estado de pie y al instante se oyó un estruendo.

"¡Uy! Lo siento. ¿No te has hecho daño?"

Se escuchó a un hombre desconocido disculparse. Tal vez al hombre se le había caído algo cuando simplemente pasaba por allí. Y Kergel pareció darse cuenta justo antes y enseguida la protegió.

'Sí... Debió haber sido así.’

Sin embargo, mientras estaba reconociendo toda la situación en su cabeza, todos los sentidos de Roelin seguían concentrados en otras cosas.

Esos habían sido los brazos de un hombre que ahora la estaba sosteniendo mientras transfería sus propios latidos desde sí mismo.

Bum, bum, bum.

Por alguna razón, los latidos del corazón de Kergel eran bastante rápidos. ¿Se debía al hecho de que se había sorprendido al pensar que se trataba de un accidente?

En última instancia, pensó que él podía hacerlo lo suficiente.

Después de todo, era un hombre tan dulce y responsable.

Kergel hizo todo lo posible para cuidar de ella a pesar de estar en un matrimonio no deseado, mientras aguantaba el haber aceptado a una mujer que nunca le gustó que fuera su propia esposa.

'Ajajajaja...'

En ese momento, sus ojos se llenaron de lágrimas. Roelin no pudo controlar sus abrumadoras emociones y empezó a cerrar los ojos.

Finalmente se dio cuenta de la realidad de esas emociones que habían hecho palpitar su corazón hace un rato.

Fue algo tan repentino.

Sin siquiera dar un segundo para responder, las emociones la habían abrumado como olas en ese mismo momento.

'Me gusta este sujeto...'

Ella nunca imaginó tener este sentimiento en absoluto. Incluso si hubiera sido un sueño, no podría haber imaginado todo esto.

Ya que era una emoción que nunca se le había permitido. Ella nunca tuvo la oportunidad de poner a alguien en su corazón.

Y que realmente le gustara alguien a quien estaba engañando...

Su corazón latía con fuerza. Roelin temblaba y apretaba con fuerza las yemas de los dedos. Al mismo tiempo, escuchó la voz de Kergel.

"¿Estás bien, Roelin?"

Roelin. El nombre de su boca había abierto un camino para su respiración. Entonces, Roelin dirigió la mirada hacia Kergel.

Un leve ceño fruncido la miraba. Y lo que contenían ese par de ojos dorados era en realidad preocupación hacia ella.

Roelin.

Era hacia ella misma.

"Sí, estoy bien..."

Entonces, ella pensó que podría ser un poco ambiciosa tal vez.

Hoy... no, incluso en este momento.

No era “Erita” en ese momento, sino sólo “Roelin” en su lugar.

"Aunque todo eso no sea más que una humilde excusa."

Roelin levantó las comisuras de sus labios y dijo una vez más.

"Yo estoy bien. ¿Y tú?"

"¿Yo...?"

Kergel levantó una ceja mientras murmuraba como si aún la siguiera antes de sonreír y no tardar en asentir.

"Sí, está bien. Por cierto, estuvo muy cerca."

Apartó la mirada y miró hacia donde ella había estado. Roelin también giró su cabeza y al instante abrió la boca al ver lo que había ocurrido.

Se vio a los hombres forcejear mientras trasladaban hacia un carro el gran trozo de metal que había caído al suelo. Si Kergel no hubiera tirado de ella, habría sufrido algo completamente terrible.

Tras verlo con sus propios ojos y darse cuenta de nuevo de la situación, todo su cuerpo empezó a estremecerse, aunque un poco tarde.

"Dios mío... "

Kergel se dio cuenta del estado de Roelin y la tranquilizó con un chasquido de lengua.

"Oh, lo siento..."

"No tienes que disculparte conmigo. Aunque no me extraña que hayas sido tan amable."

Tras convencerla de que no se disculpara, miró a su alrededor y volvió a abrir la boca al ver un lugar en particular.

"Será mejor que entremos en esa tienda y descansemos. Discúlpame un momento."

"¿Qué...? ¡Ah!"

[Traductor: Abbie]