Capítulo 52 - ¿Quién es la esposa falsa? (2)
"Tengo que decirle a la Emperatriz que la delegación de Rakain visitará pronto el Imperio. Yo también voy para allá."
"Sí, Su Majestad."
El jefe de personal que seguía a Kergel respondió con una sonrisa ante sus palabras. Kergel supuso que, aunque no le devolviera la mirada, el jefe estaría sonriente de todos modos.
'¿Dije algo malo?'
Entrecerró las cejas y murmuró para sí. Se sentía bastante avergonzado, ya que parecía que había puesto excusas por alguna razón.
De hecho, no tenía por qué excusarse.
No era nada especial ir a visitar a su propia compañera. Tosió un par de veces torpemente antes de dejar de caminar.
Quizá estaba más impaciente de lo normal, pero acabó llegando al Palacio antes de darse cuenta.
A partir de ese momento, Kergel se sintió avergonzado, así que frunció el ceño al instante y abrió la boca para dirigirse a la sirvienta que ya se apresuraba a recibirlo.
"He venido a ver a la Emperatriz. ¿Dónde está?"
"La emperatriz está ahora mismo en su dormitorio."
"¿Dormitorio? ¿Acaso pasó algo?"
Los ojos de Kergel se fruncieron enseguida al oír la inesperada respuesta de la sirvienta. Seguía en el dormitorio, a mediodía. El estado de ánimo de Kergel se hundió rápidamente porque sabía que ella no era de las que se mostraban perezosas de esa manera.
Además, se sintió aún peor porque ya la había visto resfriarse en secreto después de que le lloviera encima la última vez que fue al Palacio Imperial.
"La fiebre le subió de repente esta mañana..."
" Pero, ¿por qué no recibí ningún informe? ¿Dónde está la sirvienta principal?"
Kergel entró en el palacio y preguntó por la sirvienta. Sin embargo, justo antes de que la sirvienta pudiera abrir la boca y responder, Lucy había salido del otro lado de las escaleras.
"Su Majestad."
"Lucy, ¿qué pasó? ¿Qué pasa con la Emperatriz?"
En cuanto vio a Lucy, se apresuró y empezó a hacer preguntas. Lucy miró entonces a Kergel antes de inclinar su cabeza y respondió con calma.
"El médico acaba de entrar para tratar a la Emperatriz. Estaba a punto de enviar a alguien para que le informará a usted también."
"¿Cómo está? He oído que le ha subido la fiebre."
"Justo después del desayuno, de repente le subió la fiebre. Así que, inmediatamente pensé que había un problema con la comida y por lo tanto, ordené una prueba separada para ello."
"¿Comprobar la comida...? ¿Estás hablando de veneno o algo así?"
La expresión de Kergel se endureció al instante. Lucy entonces procedió una vez más con una voz plácida que podría reconfortarlo eventualmente.
"Por supuesto, es extremadamente improbable. Pero simplemente estoy realizando la prueba por si acaso. No sólo eso, el hecho que lo que no es veneno para nosotros, también puede actuar como veneno para la Emperatriz ya que la tierra donde ha nacido y crecido es bastante diferente..."
También era muy posible. La gente no podía escapar completamente de la influencia de la tierra en la que había nacido y crecido. Por lo tanto, como había dicho la sirvienta principal, los ingredientes ordinarios de esta tierra también podían ser venenosos para la Emperatriz sin querer.
Kergel subió las escaleras con la mirada rígida. Luego, Lucy ordenó algo a la sirvienta antes de seguirle de inmediato.
Cuando llegaron frente al dormitorio, el médico acababa de abrir la puerta y estaba a punto de salir.
"Le enviaré los medicamentos, así que por favor asegúrese de que los tome a tiempo. Y también... ¡Oh! Su Majestad."
Después de decirle unas palabras a Silloa, se dio la vuelta y en cuanto vio que Kergel estaba de pie a pocos pasos, se agachó apresuradamente. Silloa también estaba de pie frente a la puerta de la habitación durante el tiempo que vio a Kergel antes de inclinarse en señal de cortesía.
"¿Termino de revisar a la Emperatriz?"
"Sí, Su Majestad."
"¿Cómo está la Emperatriz? No, he oído que tiene fiebre. ¿Por qué?"
"En realidad es un resfriado."
"¿Un resfriado? No se le puede quitar fácilmente aunque tome medicación."
Kergel volvió a fruncir el ceño en señal de desaprobación, a pesar de lo que ya había adivinado. Entonces, recordó de repente lo que Lucy había dicho hacía un rato y empezó a abrir la boca como respuesta.
"¿Es sólo un resfriado? ¿Se envenenó o algo así?"
"Ya hemos hecho muchas pruebas y, afortunadamente, no es el caso. Sin embargo..."
El par de ojos dorados de Kergel se entrecerraron lentamente.
* * *
"Retírense todos."
Ante el tono de voz bajo de Kergel, Lucy, Silloa y el resto de las sirvientas se retiraron en silencio sin hacer el menor ruido de pasos.
Él no se movió durante un rato, aunque ya había oído que la puerta se cerraba a sus espaldas. En su lugar, se quedó de pie cerca de la entrada del dormitorio mientras miraba la cama grabada con una insignia.
Se oía una débil respiración. A veces oía un gruñido de dolor debido a la fiebre que aún no había bajado. Kergel avanzó tardíamente como si se dejara llevar por el sonido.
"Es muy pequeña. No es exagerado decir que ahora está completamente enterrada bajo las sábanas."
Murmuró en voz baja mientras miraba a la mujer que yacía en la cama. Luego, tomó asiento en la silla junto a la cama y la miró una vez más.
La emperatriz;
Su compañera.
<Sin embargo, creo que la condición física de la Emperatriz no es tan buena, así que creo que deberemos de prestarle mucha más atención en el futuro.>
El rostro de Kergel acabó por ensombrecerse. Esto se debió a que recordó los hechos que el doctor había mencionado hacía un rato.
<¿Qué quiere decir con que no es tan buena? ¿Qué diablos significa eso?
<En otras palabras, ¿debería decir que al parecer tiene una enfermedad ósea? Ya parece frágil por fuera, pero por dentro—lo es aún más... ¿Por qué el cuerpo de una persona que ha vivido una vida llena de comodidades es así de débil?>
El médico suspiró, incapaz de seguir hablando. Parecía que tampoco él se lo podía creer.
"...no lo entiendo en absoluto."
Kergel contempló el rostro dormido de Roelin y murmuró en voz baja.
"Erita, eres... realmente impredecible."
La mujer que tenía delante de él era lo bastante cautelosa y humilde como para que pensara que era arrogante y mimada. Incluso ahora, a veces se preguntaba si en realidad era la misma persona—así que, ¿qué más tenía que decir?
Sin embargo, se dijo que estaba en mal estado. Más allá del hecho de haber contraído un simple resfriado breve, también se decía que padecía una enfermedad ósea como un paciente que hubiera estado enfermo durante mucho tiempo o simplemente como una persona que hubiera estado enferma durante mucho tiempo sin recibir ningún tipo de tratamiento a tiempo.
¿Tenía eso algún sentido?
[Traductor: Abbie]