Capítulo 6 - Emperador Monstruo, Kergel (3)

 

¿Qué tipo de respuesta esperaba escuchar de todos modos? Era simplemente increíble. Además, a Heinez también le pasó lo mismo, ya que no pudo hablar por un momento antes de reírse inútilmente.

"Bueno, no estoy muy seguro de qué decir..."

"Conde McGree."

En el momento en que Heinez se dispuso a hablar en un tono bastante preocupado, Roelin decidió abrir su boca primero.

"Que envíen al "paciente" a la clínica. Parece que le duele mucho en comparación con antes."

"...Princesa."

"Comprendo que te hayas vuelto bastante sensible desde que la responsabilidad de dirigir esta delegación cayó sobre tus hombros. Pero, ¿por qué no te relajas un poco? Ya estamos en el Imperio Seroif. No estamos en un lugar tan lejano en el que ni siquiera podemos conseguir una sola ayuda."

La voz de Roelin era realmente suave, pero el rostro del Conde se volvió desagradable al escucharla. Arrugó su rostro e inclinó la cabeza como si no pudiera evitarlo. Luego, expresó su simple cortesía y giró su cuerpo.

"Hmm... esto es bastante interesante."

El Emperador, que estaba observando toda la escena, murmuró en voz baja. Pero, Roelin no pudo escuchar su voz porque estaba cansada del comportamiento insensato del Conde. Así que, en cierto modo, era natural que no se hubiera dado cuenta de que el Emperador la miraba con unos ojos muy infantiles.

* * *

"Este es el Palacio Separado donde residirá la Princesa."

"¿...un Palacio Separado?"

Roelin se detuvo y levantó la vista hacia el palacio que estaba justo delante de ella. La criada que se encargaba de guiarla preguntó inmediatamente con una expresión de desconcierto.

"¿Qué ocurre, princesa? Se siente incómoda..."

"No. No es nada."

Sacudió su cabeza apresuradamente antes de continuar una vez más. La criada entonces abandonó sus dudas y continuó escoltándola de nuevo.

Roelin sonrió amargamente mientras intentaba entrar en el Palacio Separado bajo la guía de la criada.

"Es otro Palacio Separado... Pensé que finalmente había salido del anterior Palacio Separado, pero supongo que aquí también se llama Palacio Separado."

Por supuesto, era solamente una residencia temporal hasta la boda. Sin embargo, no podía deshacerse fácilmente de su repulsión hacia el término "Palacio Separado".

El lugar donde vivía desde que nació siempre había sido el "Palacio Separado".

"No, es completamente diferente. Este ya no es el Palacio Rakain, donde era como una prisión."

Roelin murmuró en su interior mientras trataba de calmar su tembloroso corazón. Una mujer de mediana edad con un rostro severo la saludó, pues acababa de entrar en el palacio guiada por su propia criada. En cuanto la mujer de mediana edad se fijó en Roelin, se inclinó cortésmente y se presentó con propiedad.

"Bienvenida, princesa. Soy Lucy Lubern, la criada que está a cargo de este palacio. Por favor, llámeme Lucy."

"Encantada de conocerte, Lucy."

Roelin saludó a Lucy, la criada. Luego, Lucy se inclinó una vez más y continuó hablando.

"Permítame mostrarle el lugar a partir de ahora."

"Por favor."

Roelin asintió con gusto a las palabras de Lucy. Y al mismo tiempo, la criada, que antes la había estado guiando por el Palacio de las Estrellas, acabó retirándose con precaución.

* * *

La criada, quien fue presentada por Lucy, la saludó con una voz ligeramente temblorosa como si estuviera realmente nerviosa. Era bastante obvio que recién había acabado de terminar de limpiar su dormitorio debido a que su frente estaba empapada en sudor.

"Encantada de conocerte, Silloa. Te agradezco que hayas limpiado toda la habitación."

Roelin miró a la joven y habló con calma. Silloa entonces se sobresaltó y comenzó a rascarse antes de inclinar su cabeza en señal de disculpa.

"Por supuesto, simplemente hice lo que tenía que hacer, princesa. Y por favor, hable con confianza."

"...tomemos esto con calma. Todavía no soy tu maestra; ahora mismo solo soy una invitada."

Roelin dudó un momento y negó lentamente con la cabeza. Silloa volvió a abrir la boca sin darse cuenta ante aquella escena.

"Pero pronto usted será la emperatriz..."

"Por favor, hazlo si te complace."

Sin embargo, Lucy interrumpió a Silloa y a la vez detuvo la conversación Roelin se dirigió finalmente a Lucy y asintió con la cabeza.

"Gracias, Lucy."

Tras decir estas palabras, miró lentamente la habitación. Para ella, la habitación ya era bastante lujosa.

Sin embargo, había sido tan sencillo que, en realidad, nunca sería apreciable para los estándares de "Erita". Esas cortinas lujosas y los muebles opulentos ni siquiera existían en primer lugar.

Aun así, a Roelin le agradó que la habitación estuviera limpia y ordenada. Así que, mientras miraba por toda la habitación, oyó de nuevo la voz de Lucy.

"¿Quiere darse un baño primero, princesa?"

"Oh, sí. Por favor."

Ahora que lo recordaba, pensó que hubiese sido un desastre. Por muy arreglada que estuviera y por muy bien que se peinara, desde las escarpadas montañas de Samalta, nunca habría sido perfecta.

¿Acaso acababa de conocer al Emperador de esa manera?

Su rostro se sonrojó ante el repentino pensamiento. Antes, cuando vivía en aquel Palacio separado, en Rakain, siempre se había mantenido limpia y ordenada, aunque un poco andrajosa. No quería que nadie le encontrara ningún defecto.

Sin embargo, era natural que se sintiera avergonzada al ver su imagen desaliñada de hoy ante el hombre que pronto sería su esposo.

"Entonces, mientras se prepara el baño yo la acompañaré."

A continuación, Lucy se inclinó cortésmente y le dirigió a Silloa un simple guiño. Silloa se dio cuenta del significado de ese guiño y salió a toda prisa de la habitación. Fue a preparar el agua para el baño.

"Mientras tanto, permítame informarle de algunas cosas."

Lucy miró la puerta cerrada antes de abrir la boca hacia Roelin una vez más.

"En primer lugar, la chica que acabas de conocer es Silloa. Si por casualidad sientes algún tipo de malestar, no dudes en notificármelo a través de ella."

"De acuerdo."

"La delegación de Rakain se aloja precisamente en las habitaciones del Palacio Exterior. Así que, si alguna vez los necesitas, puedes ponerte en contacto con ellos a través de Silloa. Sin embargo, ten en cuenta que la delegación tiene estrictamente prohibido entrar al Palacio Separado."

"...sí."

Roelin guardó silencio durante un rato y pronto asintió suavemente con la cabeza. No había ninguna razón especial para quejarse. Por el contrario, también podía verse como algo bastante bueno. Estaba especialmente agradecida por no tener que enfrentarse de nuevo al Conde McGree, que sabía quién era en realidad.

Pero entonces, lo que Lucy había dicho después hizo que el rostro de Roelin se pusiera rígido.

"Por último, por favor, absténgase de salir al exterior."

"¿...abstenerme de salir al exterior? ¿Significa eso que no puedo salir de este Palacio?"

"Si, Princesa. Por favor, comprenda que esto está directamente relacionado con la seguridad del propio Palacio Imperial."

Lucy se inclinó de nuevo mientras seguía hablando de forma educada. Sin embargo, la expresión rígida de Roelin no desapareció con tanta facilidad.

Por supuesto, no era que no comprendiera a Lucy.

Aunque se decía que era ella quien había recibido la propuesta del Emperador, "Erita" seguía siendo una princesa de otro país. Era absurdo decir que una persona así podía pasearse por el Palacio Imperial sin ningún tipo de restricciones.

 

[Traductor: Abbie]