Capítulo 7 - Emperador Monstruo, Kergel (4)
Sin embargo, en su corazón, un sentimiento que se entendía en su cabeza, pero que no podía ser controlado por ella misma, surgió involuntariamente.
"¿Tendría que vivir de la misma manera aquí también?"
Como un pájaro atrapado en una jaula—así era su vida hasta ahora. Tuvo que vivir toda su vida en el Palacio Separado porque fueron consideradas como las gemelas siniestras. Por fin pudo salir de la jaula como sustituta de su propia hermana gemela.
Pero ya no quería volver a vivir esa vida a pesar de que todavía tenía que mudarse a un país extraño que estaba alejado de Rakain.
Aquello había hecho que Roelin sintiera que era algo totalmente injusto. Y ese tipo de injusticia la agitó impulsivamente.
'No, no quiero vivir de esa manera nunca más. ¿Por qué vine aquí, en primer lugar, pretendiendo ser una falsa esposa? Simplemente porque no quería continuar viviendo en una jaula así.”
Cerró sus ojos azules para luego abrirlos y recién entonces se dirigió a Lucy.
"Cumpliré mi palabra en todo lo demás, pero no creo que pueda cumplir con lo último."
"Pero, princesa, ya está en Seroif, así que debe obedecer las reglas de Seroif. Es más, es una orden decretada por el propio Emperador."
Lucy habló para intentar persuadir a Roelin mientras arrugaba ligeramente su frente de forma preocupante. Sin embargo, Roelin se limitó a responder a Lucy con calma.
"Entonces, permítame ver a Su Majestad. Me gustaría hablar con él en persona."
"...está bien. Intentaré comunicarle el mensaje por tí."
Dijo Lucy con—un aire bastante incómodo.
* * *
"Ha sido bastante frívolo, Su Majestad. Disparar a un miembro de la delegación con una flecha—podría haber creado un problema con todo Rakain."
"Precisamente por eso le disparé directamente a la pierna. Estoy seguro de que no habrá ningún problema mientras reciba un buen tratamiento."
Después de beber otro sorbo de vino sostenido por él mismo, Kergel, el Emperador que estaba aguantando los regaños de Heinez, bajó lentamente su copa.
Al mismo tiempo, se asomó una cabeza castaña detrás de los montones de papeles que se habían amontonado en la mesa del despacho, antes de entrar de inmediato en la conversación.
"Su Majestad tiene toda la razón. Anteriormente, escuché por parte de un sirviente del Palacio Exterior que la flecha que disparó había penetrado en el muslo, pero el hueso no estaba dañado, por lo que no habrá ninguna repercusión."
"Escucha eso. ¿Acaso no ha dicho que no habrá secuelas?"
Kergel se rió y continuó encogiéndose de hombros ante Heinez. Entonces, Heinez lo miró y suspiró antes de comenzar a golpear al moreno que había entrado en la conversación de forma insensata.
"Bert, ¿no eres consciente de que eres en realidad el ayudante de Su Majestad? En ese caso, no deberíamos simpatizar con él, sino aconsejarle sinceramente."
"Oh—no... francamente hablando, ¿No te sientes realmente renovado de alguna manera?"
"¿...sí?"
" ¿Sabías que han estado despreciando sin miedo a nuestro Seroif? Si estuviera allí, le habría disparado un arco directamente a la boca, no solo al muslo."
"Uf, Bert."
Heinez sacudió la cabeza como si no pudiera detener a Bert en absoluto.
Bert, quien era el hijo de la criada, Lucy, siempre había sido más como un hermano—un hermano inmaduro—para Kergel desde la infancia. Sin embargo, en lugar de ser el verdadero ayudante de Kergel, era más bien un hermano cooperativo pero problemático.
Pensó que Bert al menos mejoraría un poco cuando se convirtiera en adulto, pero ahora, realmente se podía ver como Heinez se había equivocado.
En el momento en que Heinez suspiró mientras sacudía repetidamente su cabeza, se oyó un golpe en la puerta.
"Su Majestad, soy Lucy."
Era nada menos que Lucy quien había llamado a la puerta del despacho.
"¿Madre?"
Bert abrió bien los ojos en cuanto vio a su madre. Y se preguntó por qué la persona, que se suponía que estaba en el Palacio Separado, había venido a visitar ese lugar.
Y como a Kergel y a Heinez también les pasaba lo mismo, todos la miraban con curiosidad.
"La Princesa ha solicitado una reunión con usted, Su Majestad,"
"¿De qué quiere hablar conmigo?"
Kergel frunció el ceño, como si tuviera más sospechas respecto a las palabras de Lucy. Estaba estupefacto ante la idea de tener que reunirse con ella—considerando el tiempo que acababa de pasar desde que llegó al Palacio.
"De todas formas, la veré en la cena de bienvenida. Así que dile que nos reuniremos en ese momento."
Kergel hizo un gesto con la mano al negarse rotundamente a lo que Lucy acababa de decir en el acto. Pero en lugar de retirarse, Lucy dudó un poco antes de afirmar algo bastante indecoroso por su parte.
"Lucy, ¿qué pasa? ¿Tienes algo más que decirme?"
"...creo que sería mejor que hablara usted mismo con la hija real, Su Majestad."
"¿...?"
Kergel, que seguía escuchando a Lucy, empezó a fruncir lentamente su frente. Lucy continuó mientras él la miraba con una expresión que parecía exigir una explicación más detallada.
"Le dije a la Princesa que se abstuviera de salir del Palacio Separado."
"No le gustó—así que, ¿realmente lo rechazó?"
Suspiró antes de interrumpirla al plantear una pregunta en su lugar. Lucy entonces respondió con una suave reverencia.
"¡Ja! Debe haberse equivocado al pensar que esto es igual que el Palacio Rakain."
El rostro de Kergel se volvió frío al instante.
"De alguna manera, la arrogante hija real ha hecho algo que es bastante inesperado."
Se puso en pie de un salto. Estaba enfadado consigo mismo por haberse interesado en ella hace un rato.
Ella había respondido con calma a pesar de las llamadas urgentes para que bajara de su propio carruaje. Además, incluso había calmado al representante de la delegación de su país, que había protestado con mucho enfado.
Su impresión fue mucho más allá de las expectativas iniciales de Kergel. Resultaba bastante difícil confiar en la imagen de la princesa, de la que apenas había oído hablar mediante la boca de sus sirvientes.
Y estaba ese caso de hace dos años.
¿No había sido ella quien se burló y despreció a Seroif ante los enviados que visitaron Rakain anteriormente?
Así que esa era la mujer imprudente y arrogante que casi había roto la relación entre ambos países.
Sin embargo, el aspecto de la hija real que había conocido hoy en persona era muy diferente. Hasta el punto de preguntarse si los sirvientes lo habían engañado.
Así que, sin darse cuenta, se sintió bastante intrigado. Era un interés que había sido en el buen sentido.
Por lo tanto, era una suerte tanto para él como para el Imperio Seroif.
En cualquier caso, mientras la princesa de Rakain había sido elegida como "compañera" según "la revelación", el matrimonio con ella era simplemente inevitable.
Sería mejor vivir con una mujer que fuera interesante de alguna manera en lugar de vivir con una mujer tan espantosa.
Además, solamente podía ver el futuro a través de ella...
Pero todos sus sentimientos fueron brutalmente destrozados debido a las palabras de Lucy.
"Sí, lo es. Tal vez es caprichosa o simplemente quiere burlarse de mí."
Kergel sonrió fríamente antes de hablar con Lucy.
"Bien. Ella es la que quiere hablar conmigo, así que la escucharé."
"¡Su Majestad, Su Majestad!"
Una llamada apresurada de Heinez se escuchó justo a su espalda. Sin embargo, Kergel ya había salido del despacho sin mirar atrás.
Sus ojos dorados—se hundieron en la más absoluta decepción.
* * *
[Traductor: Abbie]