Capítulo 3
Extrañamente, eso hirió mi orgullo, pero lo seguí de todas formas con una sonrisa forzada.
—Vamos.
—Sí. Acerca del camino, los dormitorios de miembros importantes del Ducado se encuentran en el medio del castillo.
Hubiera sido genial que me lo hubieras dicho antes.
—No estaba consciente sobre ello.—Fruncí mis labios en un pequeño puchero, y lo seguí diligente, como si fuera un pájaro bebé siguiendo a su madre.
Presté cuidadosa atención al pasillo por miedo a volver a perderme. Creo que volveré a confundirme. Entonces, el Duque, que caminaba frente a mí, se paró y giró la cabeza para verme.
—¿Ya llegamos?
—No. Solo quería decir que no tienes que mover la cabeza de un lado a otro, como un conejo.
—¿Disculpa?
—A partir de mañana te asignaré a alguien para que no tengas que memorizar el camino.
Fui cuidadosa sobre el repentino cambio del Duque.
—¿Qué quieres decir?
—Si lo que está escrito en este papel que me diste es verdad, significa que tu deseo de cuidar a mi hija es sincero.
Casi negué con la cabeza. No, no es así en absoluto. Eso es solo una lista de personas que me intimidaron. Solo tenía deseos de huir, peero no podía decir eso en voz alta, así que detuve mi impulso y sonreí de forma pretenciosa.
—¡Por supuesto!
—Ya veo. Pareces confiada, así que estaré prestando atención.
—Por supuesto — Respondí emocionada como un payaso, y de forma casi dolorosa, puse una cara inofensiva.
—Es un alivio. Si no hubieras respondido así, no te habría mostrado misericordia.
—Así que misericordia, ¿Mm?, ¿Las cosas se pondrán mejor si solo escapo?
—¿Te han estado creciendo las agallas?* Estás diferente a ese día, ¿sabes?
De repente, me remordió la conciencia, y tropecé.
—¿A qué te refieres con diferente? Soy la misma de siempre.
—Veamos, y lo sabremos.
“¿Qué harás si continuo tratando de escapar?” Eso es lo que me moría de ganas de preguntar, pero tal vez de verdad estaría siendo imprudente.*
Mientras tanto, muchos sirvientes se detuvieron alrededor nuestro. Fue entonces cuando me di cuenta que habíamos llegado al dormitorio de Rebecca.
Cualquiera podría decir que era su habitación. La puerta estaba decorada en rojo y dorado. Ahora entiendo por qué los sirvientes trataban de bloquearme cada vez que caminaba hacia aquí.
“Es obvio que es la habitación de Rebecca”
Los ojos de aquellos que me observaban de forma penetrante cuando estaba sola, apartaban la mirada como si estuvieran evitándome ahora.
—Deberíamos entrar.
Mientras estaba ocupada mirando a los sirvientes, quienes me dieron el trato de la ley de hielo, el Duque me instó a que entraramos a la habitación.
***
La habitación era extremadamente grande como para anunciar que era de la princesa. El techo era tan alto que no se podía alcanzar, y las muñecas estaban alineadas por todas partes. Era adecuadamente infantil, con tintes rosas y amarrillos que brillaban como una flor Forsitia*.
—Papá está aquí.
En el medio de la habitación, la niña de cabello negro, quien estaba jugando con un conejo de peluche, escupió palabras punzantes sin dignarse a mirar.
—¿Qué haces aquí?
—Traje a tu mamá.
Solo entonces, Rebecca se giró, y su mirada arisca desapareció en un segundo.
—¿Mamá? ¿Me estás tomando el pelo? ¿Qué clase de mamá es esa? Ni siquiera vino a buscarme— Su mirada se dirigió de regreso a su conejo, pero sus mejillas se contrajeron, como si hubiera experimentado una pequeña descarga eléctrica, hasta el punto en que pude sentir que se estaba riendo.
—No es porque no te busqué, es porque no te encontraba. Ahora que lo pienso, Rebecca, ¿Por qué están aquí los sirvientes que dijeron que no conocían tu habitación cuando les pregunté?— Como para demostrar el colmo de mi inocencia, señalé con el dedo uno por uno de los sirvientes sin pensarlo dos veces.
—Esta mujer, cuando le pregunté hace tres días, se asustó y escapó. Esa otra, me gritó ‘No me preguntes nada’.—Todos los ojos se clavaron en mí cuando mis pasos se volvieron hacia las sirvientas en lugar de Rebecca.
—Estas personas están en el papel que te dí antes. De todos modos, quería preguntarles cuando los volviera a ver, así que esto es genial. ¿Por qué ustedes me odian sin ninguna razón?
Traté de pasarlo por alto, pero la sirvienta de Rebecca en este dormitorio fue particularmente hostil conmigo. Cuando intentaba preguntar sobre Rebecca, sentí como si estuvieran teniendo un ataque.
Como se esperaba, los rostros de las sirvientas en la habitación se tornanron gris. Estaban ocupadas tratando de evitar hacer contacto visual, como si fuera a apuñalarlos en los ojos.
—¿Es eso cierto?
—Duque, sobre eso…
A diferencia de la perplejidad de las sirvientas, Rebecca tarareaba de forma casual, casi como si estuviera presumiendo, y continuaba jugando como si no le afectara en absoluto. En cuanto la vi, la realización me golpeó.
“Si, estas personas no han hecho nada malo, y si yo hago esto…entonces, no soy diferente de Rebecca”
Rápidamente cambié de parecer. No quería acosarlos más. De todos modos, incluso había tenido unas inesperadas vacaciones. Por ello, con un espíritu travieso, caminé hacia el Duque.
—En realidad, mentí.
—¿Qué?—Su expresión era claramente diferente a la anterior cuando se giró hacia mí.
—Ese papel es una mentira. En realidad, no le pregunté a ninguno de ellos.
—¿Una mentira?
—Como tal vez ya lo habrás notado, mi vida fue en verdad muy dura. Quería jugar un poco, así que lo hice porque sería muy sospechoso si solo jugará en los alrededores.
—...
Sus agudos ojos me miraron fijamente mientras yo actuaba deliberadamente con audacia. Esperaba que se pusiera furioso, pero por el contrario, su mirada se movió de forma extraña.
—Así que era una mentira ¿ debido atusAhora tienes agallas enormes?* No puedo creer que me hayas mentido.
—En mi primer día aquí me dijeron “piérdete”, así que es natural que yo no quisiera venir, ¿Cierto?
Mientras me enfrentaba a él y abría mi boca, mi mano temblaba. ¿No vas a matarme justo ahora solo por mentir, verdad? En ese momento, los turbios ojos rojos del Duque me hicieron estremecer. Tragué saliva. ¿Qué es lo que vas a decir? Tu silencio está haciendo que me ponga más asustada. Fue entonces…
—Es divertido.— Junto con una respuesta inesperada, una sonrisa apareció en el rostro del Duque.
—Es probable que seas la única persona que le dice mentiras al Duque Petri.
La furiosa tensión en la habitación disminuyó de forma gradual y los rostros nerviosos de las criadas se aaflojaron. Pero pronto se endureció debido a alguien más.
—Callense, ¿Por qué son tan ruidosos en la habitación de otra persona?— Rebecca saltó de su asiento y pasó junto a mí mientras sostenía un conejo negro en sus brazos. De hecho, no solo pasó junto a mí, sino que también me dio un codazo intencional en el muslo.
Su cabello negro, y sus ojos rojos, iguales a los del Duque, expresaban más hostilidad que él. Como si tratara de demostrar que ella era la futura villana, su personalidad ya es horrible.
“¿Cómo podría cambiar el rumbo de la novela?”
Al ver el par de ojos que me miraban fijamente mientras se clavaban en los pies del Duque, decidí renunciar a Rebecca.
Antes de convertirme en Leona era una huérfana que vivía en la modernidad. Me abandonaron cuando era una bebé, así que no podía recordar nada, y crecí en un orfanato. Gracias a eso, crecí viendo todo tipo de niños. Incluso a mis ojos, Rebecca no es normal.
—¡Qué estás mirando! Es molesto. ¡Papá, dile a 'eso' que salga de aquí!
Que.
Eso…
¿Eso?
Ya lo había escuchado la última vez, pero escucharlo de nuevo hoy me hizo sentir sucia. Mi frente naturalmente frunció el ceño. Pero cada vez que veía mi rostro, Rebecca solo sonreía y movía la nariz, como si fuera gracioso.
—Lamentablemente, 'eso' no tiene intención de salir. Mi querida hija, Rebecca.—Sonreí como si eso no me afectara.
—¡¿Acabas de decir, mi hija Rebecca?! ¡No me hagas reír!
—Lamentablemente, no hay nada gracioso en eso. Ahora que me he convertido en tu mamá, de ahora en adelante, necesitas escucharme bien.
Antes de que Rebecca pudiera esconderse, me acerqué rápidamente y le acaricié su cabeza.
—¡Qué estás haciendo!
—Te estoy acariciando.
Sin espacio de sobra, acaricié la cabeza de Rebecca con cuidado.
—¡Es molesto! ¡Vete!
Desafortunadamente, no soy el tipo de persona que retrocedería con tanta irritación. Me levanté abrazando a Rebecca, que estaba cada vez más agitada.
—¡Aaagh!
Pesaba más de lo que esperaba y, como resultado, se escuchó un crujido en mi columna vertebral. Por suerte, logré reprimir mi grito y esbocé una sonrisa forzada.
Sorprendido por mi acción, el Duque se acercó un paso más a mí.
No te preocupes por eso. No voy a lastimarla.
—¡Bájame!
—Si solo te bajo desde aquí, saldrás lastimada.
—¿Qué?
—Si luchas tanto, podría tirarte al suelo.
Sorprendida por mis amenazas, el cuerpo de una mujer, que parecía ser su niñera, y el Duque se acercaron.
—No se preocupen. Mientras no tenga problemas, no tiraré a esta linda Rebecca al suelo. No hay forma de que una madre tire a su hijo al suelo, ¿verdad?—Sonreí brillantemente sin darme cuenta si sus expresiones se endurecieron o no.
—Entonces, ¿Por qué no te vas para que puedas manejar los asuntos del estado del ducado ahora?"
—…
—¿Crees que abusaría de ella? No es una niña cualquiera, es mi niña y también la princesa. La cuidaré con amor, así que no te preocupes demasiado..
Si no te gusta, solo échame de inmediato. Lo mejor que puedeS hacer aquí es echarme. Lo miré con ojos brillantes llenos de anticipación. Sin embargo, la novela fue realmente fiel a la historia original. Mientras lo miraba intensamente, pensando que pronto podría ser expulsada, el Duque solo asintió lentamente.
—Por supuesto, como deberías, ya que eres la madre de esta niña.
Nunca pensé que se rendiría tan fácilmente. Mientras tanto, Rebecca, que estaba asustada por el hecho de que podría caerse, apretó el dobladillo de mi vestido tan fuerte como pudo.
—¡Pa-papá! ¡No te vayas!
—Diviértete, Rebeca. Intenta llevarte bien esta vez.
—¡Papá! ¡Esto es una locura! ¡Es una loca! ¡Me va a tirar! ¡Papá!
Pero fuera lo que fuera lo que estaba pensando, los ojos del Duque estaban clavados en el papel que había dicho que era mentira. Parecía tener prisa porque ni siquiera podía escuchar el gemido de su hija.
Cuando el Duque salió y la puerta se cerró, el silencio descendió rápidamente sobre la gran sala. Incluso Rebecca, que luchaba violentamente, dejó de moverse, mientras las criadas y la niñera me miraban en silencio.
Luego, la mujer que creía que era la niñera de Rebecca, comenzó a hablar.
—¿Por qué no la bajas?
Ella era la única que vestía ropa diferente, y había una extraña aura de orgullo a su alrededor. Llevaba un collar pesado alrededor del cuello, que resultó incompatible para usar mientras cuidaba a la niña. Ella no parecía una doncella, más bien parecía una mujer noble.
—¿Quién eres tú?
Notas de traducción:
*Te han estado creciendo las agallas: los dichos o refranes no suelen tener una traducción exacta. En este caso, el personaje del Duque ha utilizado un dicho coreano para referirse de forma burlona a una persona que actúa sin miedo a las consecuencias que sería “te ha estado creciendo el hígado”, siendo que el hígado es un símbolo de coraje. Por esta razón, opté por usar como un equivalente en español las “agallas”.
*Estaría siendo imprudente: es en relación al dicho sobre el hígado, o el coraje.
*¿Ahora tienes agallas enormes?: otra vez, hace referencia al tener un hígado grande como equivalente a coraje o valor.
*Forsitia: es una flor que suele ser llamada también Campanita China y Campanas doradas. Tiene un característico tono amarillo que se asemeja al dorado, de allí su nombre popular.