Capítulo 4
La mujer, que tenía su cabello castaño recogido cuidadosamente en un moño alto, estaba claramente mirándome.
—Soy la niñera de la princesa Rebecca, Giselle.
Extrañamente, la niñera no parecía querer sostener a la niña.
—Ya veo.
En ese momento, una sirvienta que leyó mi expresión y se acercó con una sonrisa
—La sostendremos por usted, Lady Leona.— dijo, con una expresión y una voz diferente a la de antes.
—¿Qué?—Naturalmente, fruncí el ceño por su repentino trato amistoso. Los rostros de estas personas, que se agruparon como en un círculo a mi alrededor, eran extraños. Sus ojos estaban brillando. Las personas que sonríen dan más miedo.
Mientras me sentía inquieta, Rebecca, quien seguía en mis brazos, aprovechó para estirar sus brazos hacia la sirvienta, así que no tuve más remedio que dejarla ir.
Preocupada de que volviera a levantarla en mis brazos, Rebecca enganchó sus piernas alrededor de la cintura de la sirvienta.
—¡Oye tú, cómo te atreves a tocarme!
—Por supuesto que te tocaré Aún es demasiado pronto para que estés feliz por haber podido escapar de mis brazos una vez, Rebecca.
En cuanto bajó, Rebecca me sacó la lengua y corrió rápido entre sus muñecas, y se hundió en una pila de conejos de peluche. Nadie la detuvo, como si ya estuvieran acostumbrados.
—De ahora en adelante, si alguno deja que “esa” cosa se acerque a mí, los mataré a todos.
“No te preocupes, “esa” cosa no tiene ninguna intención de acercarse a tí.” Después de mirar a Rebecca, que estaba haciendo un berrinche, desvié lentamente mi mirada hacia la habitación.
Había una mesa larga que no se adaptaba al gusto de la niña dentro de aquella habitación. Luego me senté en la mesa que estaba llena de libros que era seguro que Rebecca nunca tocaría durante su tiempo libre. No hice nada en particular, solo quería ver cuán terca podía ser Rebecca. Así pasó el tiempo.
Tal vez pensó que la iba a abrazar de nuevo, porque siguió escondiéndose con sus conejos y no salió por mucho tiempo. Fue por eso que la habitación se quedó en un terrible silencio.
Después de un largo tiempo, finalmente Giselle se acercó y se arrodilló ante los conejos de peluche.
—Señorita, ¿Qué le parece si sale ahora? Debe estar caliente allí dentro.
—¡Silencio! ¡¿Cómo te atreves a darme órdenes?! ¿Quieres que te echen?—Fluyó a través de los conejos una voz brusca.
—Pero…
—Más que eso, niñera. ¡Me quedaré aquí hasta que “esa cosa” salga de mi habitación! ¡Estoy tan molesta, y enojada!
—Oh, no…Usted tiene que comer, señorita. ¿Qué tal si se enferma?
—Solo déjame sola.
Mientras observaba, tomé de forma casual un libro de la pila que estaba sobre la mesa y lo abrí.
—¿Cómo puede decir eso, señorita? No es que estuviera preocupada por usted, pero…
—Si no estuvieras preocupada, no te importaría si ella se queda allí o sale.
Entonces, la niñera, quien estaba tratando de hacer que la niña saliera, me miró fijamente.
—Si estás tratando de criar a una niña mimándola así, solo empeorará. Si continuas haciendo lo que ella quiere, no terminará jamás. Al final, no es por su bien, sino solo un atajo para arruinarla.
—...Suenas como si realmente te hubieras convertido en la madre de la princesa—El cuerpo de la niñera, que estaba reaccionando bruscamente como un erizo, y se volvió hacía mí de forma lenta.
—En primer lugar, ese es mi deber. Incluso si eres su niñera, sería genial si tenes en cuenta lo que dije.—Era difícil que rechazara mis órdenes, no al menos mientras el Duque me calificara como “la madre” de la princesa. Ella lo sabía, lo que hizo que su cara se pusiera muy roja, y apretara los dientes, hasta que finalmente dio un paso atrás.
Demasiado pronto, la sensación gélida sobre mi cabeza llegó. Tratando de ignorar su mirada, pretendí leer el libro que había tomado. Mientras tanto, el viento soplaba suavemente a través de la puerta que estaba ligeramente abierta. Gracias a eso, las páginas de mi libro pasaban una y otra vez. Solo yo podía sentir al momento como algo tranquilo. Las sirvientas a mi alrededor me preguntaron varias veces acerca de traer té para salir de esta situación, pero solo pasé mi tiempo libre ignorándolas.
Eventualmente, Rebecca no pudo soportarlo más. Cuando cayó una de los muñecos apilados, ella sacó la cabeza y gritó.
—¡Suficiente! ¿Por qué sigues aquí todavía? ¡Abran la ventana! ¡Hace calor! ¡Mucho calor!
Después de haber estado juntas por tan poco tiempo, ya me sentía extremadamente cansada. Mientras miraba a mi alrededor, me sorprendió la apariencia de las sirvientas que se negaron a rendirse incluso cuando estaban agotadas. Pude entender cuánto habían sufrido todo este tiempo. Así que detuve a la criada que fue a abrir la ventana de inmediato.
—No. No abras la ventana. Será muy fácil resfriarse en este clima frío.
—¡Oye!
Después de “eso”, “esa cosa”, y “piérdete”, ¿Ahora será “oye”?
Rebecca sacó un poco más su rostro de entre la pila. Pude ver que sus cejas y flequillo estaban completamente empapados en sudor. Cuanto más se alborotara, más fuerte le daría su lección, como si no pudiera oír sus berrinches.
—Es tiempo de la comida. No creo que la niña quiera comer, así que trae algo para mí.
—¿Sí? P-pero…
La niñera me detuvo de nuevo.
—Eso es suficiente, ¿Estás tratando de provocar a la princesa?— A diferencia de las doncellas, que lucían desconcertadas, el rostro de la niñera se puso rígido.
Casi asentí con la cabeza, cuando me preguntó si estaba tratando de molestar a Rebecca.
—¿Provocarla? No. Solo estoy tratando de enseñarle de forma correcta.
—¿Qué quieres decir? ¿Está tratando de decr que no me ocupé de forma adecuada de la señorita?—El tono de la niñera comenzó a aumentar de forma gradual. Entonces, como si finalmente exxplotara después de soportar su ira, Rebecca comenzó un alboroto otra vez.
—¡Niñera! ¡Afuera! ¡Voy a desmayarme aquí!
—Un niño que está en verdad enfermo no dice que lo está.
—¡Tú no sabes nada sobre la señorita Rebecca!—Finalmente la niñera, que no pudo resistir la insistencia de Rebecca, me gritó. Solo entonces la niña me miró fijamente y me asintió.
—No sé nada, pero estoy segura de una cosa. Usted es la mayor responsable del por qué la niña se comporta así. Estoy segura de que el Duque te trajo aquí y te confió su hija porque eres competente.
Sus labios temblaron porque sabía que no podía refutar mis palabras.
—Creo que en verdad eres competente, ya que has estado cuidando a la hija de otra familia todo este tiempo. Pero es debido a ello que no podrías evitar admitir que tu método de crianza fue incorrecto. Debes haber sabido que está mal.— Sin saberlo, mis ojos se entrecerraron.
Es probable que un niño no pueda cambiar la naturaleza con la que nació, pero sí puede cambiar su carácter mientras crece. Todo depende del método de crianza de quien lo cuida. Es por eso que estaba aún más enojada.
“Si no fuera por esta mujer, no habría llegado tan lejos”
Ante mis palabras, los ojos de la niñera se encendieron y su cara de puso roja como una llama.
—¡El maestro me la ha confiado por completo! ¡Estoy orgullosa de haberla criado apropiadamente!
—Entonces ya no. Si vas a refutar mis palabras, vete.
— ¿Perdón? ¿Está pidiendo que me vaya cuando fui yo quien crió a la princesa desde que era un bebé?— Sus labios temblaban sin cesar, incapaz de controlar sus sentimientos. Así que solo asentí con la cabeza hacia ella.
—Sí. Si no puedes seguir lo que he dicho, entonces vete de aquí.
—Te arrepentirás de esas palabras.
—Quizás. Pero si de verdad quieres que Rebecca esté mejor, aunque sea un poco, debes irte. Si no sales, incluso después de lo que he dicho, te consideraré como alguien que quiere que Rebecca esté en un gran problema, más que cualquier otra persona.
Después de ese comentario, la expresión feroz de la niñera vaciló. De hecho, pasó junto a mí y miró a Rebecca, que aún estaba dentro de la pila de muñecos. No hubo una conversación en particular entre ambas, pero sentí una extraña atmósfera. Considerando el carácter de Rebecca, estaría molesta, no obstante, de forma extraña, mantuvo el contacto visual por largo tiempo antes de decir nada.
—Señorita, ¿En verdad quiere que me vaya?
“¿Fue debido a sus palabras, o a la mirada de niñera enfatizó algo no dicho?”
Rebecca sacó la cabeza por completo luego de mucho tiempo de entre la pila de muñecos.
—¿Por qué estás tratando de echar a mi niñera? ¡Tú, vete! ¡Vete!
—Si quieres que salga, tienes que hablarme de forma apropiada, Rebecca. Soy tu madre.
—¿Mamá? ¡Como si pudieras! ¡Piérdete!
—Necesitas decir “sinceramente te pido que te vayas”. Si lo haces, me iré. Y si no quieres que aleje a tu niñera, tienes que pedírmelo como es debido. Tienes que salir de ahí y decirmelo.
De algún modo, Rebecca era parecida a mí, que crecí en un orfanato, con innumerables niños que conocí allí. Así que estaba aún más decidida. Ahora que Rebecca ha disfrutado de todo, tiene que aprender a rendirse.
“Al menos por el futuro de Rebecca. No, era por mi futuro”
Miré a Rebecca, quien no respondió a mí pregunta, y luego desvié mi mirada hacia la puerta.
—Por desgracia, no obtuve la respuesta que quería de esta niña. Así que ya puedes irte, niñera. A menos que quieras que te arrastren.
—...¿Quién crees que soy? ¡Fui la niñera de esta familia durante más de cinco años! ¡Soy una aristócrata mucho más importante que tú!— Explotó finalmente, y en lugar de salir, se paró justo frente a mí. Estaba tan furiosa, como si fuera a hacer algo en ese mismo momento, pero solo me miró con sequedad. Por supuesto, me miró porque estaba sentada, y la observé.
—¿Qué tan segura estás de que no te arrepentirás de lo que acabas de decir?
—¿Qué?—Sacudí su mano, que había agarrado, con todas mis fuerzas.
—No te das cuenta de que si me ignoras, estás ignorando al Duque quien me eligió para ser la madre de la princesa Rebecca, ¿verdad?
—¿Estás tratando de chantajearme con eso? ¡Qué graciosa! ¿Supongo que no entiendes la situación en este momento? — Mientras resoplaba, apretó los dientes y bajó su cabeza hacia mí.
—Si realmente quieres vivir en esta casa y ser tratada como una señora, entonces despierta. Una dama de una familia noble, ¿Sí?. Si solo me escuchas, podrás disfrutar de todo lo que quieras como todos los demás.
“¿Me estás subestimando?”
La niñera se rió y puso su mano sobre mi cabeza.