Capítulo 6

 

 

—Entonces…¿por qué…por qué ahora eres una niña mala, señorita? Tu eres una buena niña, ¿verdad?

—Rere, hablame. ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan escondida entre estos muñecos?— dijo la niñera, quien pensaba que todo iría de acuerdo a su plan, comenzó a ponerse poco a poco más agresiva. Su mano ya había entrado entre los muñecos.

—Señorita, tienes que escucharme.

—¡Por qué estás haciendo todo este escándalo por mí! ¡Solo estoy aquí porque quiero!

Contrario a lo que esperaba, que Rebecca diría la verdad sobre la niñera, ella no dijo nada sobre que ella era “la mandamás”, y solo puso los ojos en blanco. Solo entonces pude darme cuenta cómo la niña había estado sola, siendo cuidada solo por su niñera. Esa era la razón por la cual aquella se sentía tan confiada y creída.

 

“La pequeña nunca podría hablar mal de ella, porque es la mujer en quien más confiaba, incluso más que su propio padre. Incluso ahora, continuaba diciendo cosas desagradables mientras miraba a los ojos de la niñera…porque tenía miedo de que ella la abandonara”.

 

La suposición que había hecho antes se convirtió en certeza. Para probarlo, el Duque continuó haciendo preguntas, pero la niña tan solo se enojó.

—¡Es molesto! ¡Vete de aquí!

—Rere, ¿entonces qué debe hacer papá? ¿Estás teniendo un mal rato con ella?

En ese momento, los ojos de la niña me dieron un rápido vistazo.

—No. Ella es un poco molesta, pero se lo dejaré pasar.

—¡Señorita!

—¡No estoy diciendo que ella me guste! ¡Yo solo…! ¡Solo quiero vigilarla!

Su inesperado comentario me tomó por sorpresa, y fue natural que todos desviaran la mirada hacia mí. La niñera dejó salir un quejido retumbante, como si estuviera apunto de colapsar allí mismo.

—...Rere. ¿En verdad quieres mantenerla cerca de tí?

—¡¿Por qué sigues preguntándome?! ¡Dije que lo haría!!

Solo entonces el Duque se levantó, después de apenas haber calmado su tono enojado. Su rostro se relajó. Luego, mientras con una mano recorría su cabello despeinado, lanzó una mirada molesta hacia la niñera detrás de él.

—No creo que haya sido la gran cosa, niñera, a diferencia de lo que habías explicado…

—No, es en serio un gran problema Estoy segura que esa mujer…

—No la llames “esa mujer”. Ella es la madre de la niña, y es la dama de este Ducado tanto fuera como dentro. Cuida tu lenguaje.

—...Entiendo. —Solo entonces la niñera se mordió sus labios.

—La próxima vez que hagas un lío como este, no te lo dejaré pasar. No importa cuánto haya confiado en tí como niñera, eres solo la niñera. Espero que nunca más molestes en mi puerta otra vez.

—...— incluso si no vi sus ojos al caer al suelo, sus pensamientos fueron demasiados obvios.

—Y tú también. Sé cuidadosa. Lo dejaré pasar esta vez, pero no toleraré si mi hija muestra un cambio repentino en su actitud.

—Por supuesto.

“Desearía que solo me echaras en vez de tolerarme.”

Le hice señas, ante su malhumor, para que regresara a su oficina de inmediato, y sonreí. Después de mirarme con molestía en su rostro por un largo tiempo, finalmente se fue de la habitación y el silencio regresó una vez más.

A diferencia de lo que esperaba, que ella haría un lío apenas el Duque se fuera, la niñera no se movió de su lugar, como si fuera una piedra.

—Puedes irte en cuanto quieras.

—¿Estás echándome? Mi maestro no dijo nada sobre ello.

—No, me refiero a que puedes salir un momento si te sientes incómoda.

—...¿Estás orgullosa de tí porque mi maestro estuvo de tu lado hoy?—dijo la niñera mientras sus ojos se pusieron oscuros. Estaba demasiado preocupada tergiversando cada palabra mía y hablando sarcásticamente, como si fuera un paparazzi.

—Por supuesto que debería estarlo. — Había un juego de té en frente de mí apenas terminé mi comida. Beber té en sí no era realmente mi estilo, pero de forma deliberada olí el té e hice gestos exagerados.

—Huele bien.

—La señorita aún no ha comido, ¿pero tú ya estás tomando el té sola?

—No sabía que la niñera se preocupara tanto por Rebecca.

Ella se puso rígida porque la verdad era que estaba ansiosa por perder su posición.

—Déjame decir una cosa más. Siento como si la niñera no hubiera cuidado bien de ella, por lo que, por el momento, no permitiré que ella tenga reuniones a solas con la niñera, excepto cuando esté con ellas.

—¡Ja! ¿Estás diciendo que la niñera no debería cuidar de la señorita por la noche?

—Eso es correcto. No te preocupes. Rebecca tiene muchas y excelentes sirvientas a su alrededor. Si no funciona, creo que también puedo quedarme.

A diferencia del ánimo hosco de la niñera, el ambiente de la habitación era tranquilo.

—Puedes elegir si salir o quedarte aquí adentro, pero yo voy a quedarme aquí.

—...

Un largo tiempo pasó y la niñera se mantuvo en silencio. Por el contrario, lo único que podía escuchar era la respiración ahogada de Rebecca de entre los muñecos.

 

“Así que no quieres salir”

 

La niñera me miró con los ojos furiosos hasta el punto que pensé que se le saldrían. Cuanto más me miraba, más exageraba mis acciones bebiendo té y leyendo libros.

Eventualmente, Rebecca salió con una mirada irónica antes de que llegara la noche.

—Tengo hambre.

—¿Vas a comer?

—Sí. No importa qué digas, voy a comer.

—Adelante. Traigan comida para las dos.

—¡¿Por qué no te vas?!

—¿Estás comiendo tres comidas al día? ¿Estas enferma? Es mi deber cuidarte como tu madre, por eso estoy aquí.

—...¡Tu ni siquiera eres mi madre, solo pretendes serlo! No me hagas reír.—dijo Rebecca, quien ahora estaba sentada en el asiento más alejado de mí, mientras empezaba a patear y golpear la mesa con los cubiertos. Como si fuera una escena familiar, las sirvientas aceleraron el paso y finalmente colocaron la comida frente a Rebecca.

Quizás, sintiendo miedo de que pudiera quitarle la comida, Rebecca tomó rápidamente la cuchara y comenzó a vaciar los platos.

—Puedes comer despacio, no voy a quitarte nada.

—...¿No te la vas a llevar? ¡Pero si actuaste como si fueras a hacerlo!

—Estaba tratando de enseñarte modales básicos. Uno no debería robar la comida de alguien que comenzó a comer adecuadamente.

Solo entonces Rebecca bebió agua y comió de forma lenta. Incluso así, no estaba cómoda porque estaba ocupada mirándome.

“La etiqueta para comer es lo más básico de lo básico. Tengo que enseñarte eso, pero ahora no es un buen momento para ello”.

—Cuando estaba apunto de marcharme para que tuviera una cómoda comida, Rebecca, quien había tomado algunas cucharadas de sopa, un poco de pan, fruta, y bebida, saltó de su asiento.

—Me voy a jugar.

—¿Ya terminaste de comer?

—¿Qué? ¿Ahora estás interfiriendo con mis comidas?

Miré hacia los restos de comida en la mesa. No comió vegetales y ni siquiera tocó el bistec deliciosamente cocinado.

—¿Es así como come la niña?—dije levantando la barbilla para señalar a Rebecca que estaba sentada ahora en el suelo. La sirvienta a su lado rápidamente inclinó la cabeza. 

—La señorita Rebecca no suele comer bien. Especialmente este tipo de plato…

Dijeron que Rebecca no podía digerir alimentos como la carne.

—Sin embargo, ella no se ve tan pequeña.

Como si hubiera llamado su atención, la cabeza de Rebecca se giró un poco hacia mí.

—¿No soy pequeña?

—¿Dijiste que tenías cinco años?

—¡Sí! Tengo cinco años.

—Sí. No tan pequeño como para una niña de cinco años.

—Así que no soy pequeña.—Rebecca sonrió brillantemente ante mis palabras. Me sorprendió escuchar por primera vez su voz inocente.

“¿Nadie te lo dijo antes porque no tienes con quien compararte? Incluso así, la niñera debería habértelo dicho”.

En ese momento, la niñera interrumpió con su voz aguda.

—¿Por qué no dejas de decir disparates a la señorita?

—¿Disparates? Seguramente sabes que ella es más alta que otros niños, ¿cierto?

—Ella no es grande. ¿Cómo puedes decir eso cuando no sabes nada?

¿Dijiste que no sé nada? Viví en un orfanato, he visto niños de todas las edades, más que cualquiera. Por lo tanto, sé con certeza que la niña es alta para su edad. Incluso Leona, quien vivía en este mundo y había conocido a numerosas personas, estaba bien versada en esta información básica.

Pero para mentir enfrente de mí…

—Niñera, parece que no lo sabes porque has estado en esta casa por mucho tiempo.

—...¿Estás ignorándome ahora?

—Tú lo hiciste primero. Solo estoy regresando el favor.

Al escucharme, la boca de la niñera comenzó a temblar. Sus ojos temblaban de izquierda a derecha como si quisiera reprenderme de inmediato.

—Eres demasiado descarada para alguien que vino aquí por dinero. Si fuera tú, me avergonzaría mucho presentarme ante la señorita Rebecca. Las personas antes de tí no vinieron a “recibir dinero” y vender sus cuerpos como si fueran una prostituta.

—¿Alguien que es una niñera no puede filtrar sus palabras frente a una niña?

—Pero no es mentira, ¿no es así?

— Tal vez, pero, ¿cuál es la diferencia entre que yo haga el papel de su madre por dinero y tú hagas el papel de su niñera por dinero?

—¡Yo…!

No tengo idea de donde viene su confianza, pero trató de alzar la voz y luego la cerró de inmediato.

—Dime, ¿qué es tan diferente?

—...

—Hay un dicho: el perro cubierto de mierda regaña al perro cubierto salvado. Es tan gracioso que me hayas dicho eso.

—¡No somos iguales!

—No hay idiota que piense que no es lo mismo. Si vas a ser tan ruidosa frente a la niña, simplemente vete. Esta vez te echaré.

Algunas personas necesitan que las regañen con dureza para que finalmente puedan despertar. Igual que esta niñera. Después de que ella se quedó callada, finalmente comencé mi comida tardía. Era una sopa fría y bistec, pero sabía muy bien. Gracias al silencio, terminé mi comida rápidamente.

“Si puedo comer esta deliciosa comida todos los días, visitaré esta habitación con más frecuencia, incluso si no me gusta”.

Si vengo seguido, Rebecca me odiará más, y eventualmente, el Duque me echará, ¿verdad?

El viento soplaba suavemente.

—Bueno, niñera, salgamos.

—¿Lo dices en serio? ¿Estás segura de que no quieres quedarte aquí toda la noche?

—Por supuesto, así que salgamos.

—¿Disculpa? ¡Pero la señorita no puede dormir sin mí!

—Bueno, no lo creo. — dije. Tal vez fue porque había sido un día duro. Rebecca dormía profundamente en los brazos de su sirvienta.

—Ja…¡Me temo que me buscará en cuanto despierte!