Capitulo 15

Me Convertí En La Madrastra De Una Familia Irremediablemente Oscura - Novela

12/23/2022

 

Capítulo 15





—Suéltame, ¡Duele!— El grito de la mujer hizo que las sirvientas se apresuraran pálidas y espantadas a ayudar, pero no solté su mano.



No, cuanto más trataban los demás de apartarme, más fuerte apretaba su mano. 



Al final, la mujer, que se retorcía de dolor, gritó.



—¡Ay! ¡Todas, retrocedan! ¡Basta! ¡No tires de la moza!



—¿Sí? Si, señora…— Las sirvientas rápidamente, asustadas, soltaron su agarre una por una.



Tan pronto como la última persona se alejó de mí, solté su mano. 



Luego me senté y sostuve a Rere en mis brazos. La mujer me miró con ojos rojos como si le doliera bastante el brazo que sostenía.



—Tú…¿Cómo te atreves a lastimarme?



—Hay un dicho que dice que debes decir las palabras correctas, incluso si tienes la boca torcida. No estás herida, solo te agarré fuerte.



—Mira mi mano. ¡Está roja! ¿Cómo te atreves a lastimar mi noble cuerpo?



—¿Por qué molestaste a la niña en primer lugar? No habria sucedido si no la hubieras tocado.



—¡ja! Esta mujer loca. ¡Ni siquiera la he tocado todavía! —La mujer, que estaba resoplando, me miró directamente con una mirada furiosa. Cuando encontré una razón para escapar, ella gritó y les dijo a sus sirvientas que me agarraran. Verlo me dejó en claro cuál era la verdadera situación actual.



—Dijiste que obtuviste el permiso de su padre, sin embargo, ¿no parece ser cierto, verdad?



—...¿No? En realidad no la golpeé, ¿verdad? Solo estaba tratando de enseñarle modales a una niña mimada. Y creo que al Duque le gustaría, ¿no es así? ¿Qué pasaría si pudiera guiarla por el camino correcto y convertirla en una buena niña? Por eso, Princesa, ¡Escucha lo que te digo, si quieres ser amada por tu papá!



No tenía idea de dónde había sacado su confianza, pero trató de enderezar su rostro distorsionado, pateó los chocolates esparcidos por el suelo con los pies y se acercó a nosotras.



—¿Cuánto tiempo crees que esta mujer te protegerá?



Rere, quien estaba en mis brazos, resopló y la miró.



—¡Incluso sin la protección de mi mamá, Rere no perdería contra una ti! ¡Cabeza de caca!



Esas palabras, naturalmente, me hicieron mirar hacia su cabeza. Cabello castaño oscuro, no había nada especial al respecto, pero como para demostrar que creció en cuna de oro, su rostro se puso rígido por la palabra “caca”.



Solo entonces pude entender el porqué Rere decía “caca” cada vez que la veía. Incluso hoy, su peinado particularmente parecía una caca, una muy bien cubierta y adornada.



—No— Estallé en carcajadas.



—...¿Por qué te ríes?



—Realmente te ves como una caca.



—Plebeya, ¿Cómo te atreves…cómo te atreves a decirme eso? ¡A mí, Astra del Ducado de Arvida!



—Ja, así que eres una princesa, y tu nombre es Astra.



Fue difícil llamarla por su nombre hasta ahora porque no me lo dijo la última vez. Ahora que lo pienso, creo que su nombre sonaba familiar en la memoria de Leona.



¿Qué familia era? Había tres ducados en este imperio. Uno de ellos era el Ducado de Petri, y el otro debía ser la familia de esta mujer. Su apellido no existía en la cabeza de Leona porque estaba ocupada viviendo en su propio mundo y no estaba interesada en los asuntos de otras familias.



“¿Cómo era? ¿Arvada o Arvida?”



El nombre que estaba a punto de recordar se hundió rápidamente debido a la mujer que gritó.



—¿Qué? ¿Cómo te atreves…arrogante plebeya? ¡Ahora que lo veo, estás yendo demasiado lejos! ¡Te daré una gran paliza aquí mismo! —Incapaz de superar su temperamento, corrió hacia mí como si fuera a golpearme. 




Sin embargo, en ese mismo instante, el Duque la atrapó con las manos en la masa y entró en la habitación en el momento más oportuno.



—¿Qué está pasando?



Solo entonces Astra se dio la vuelta apresuradamente, descubriendo la situación. Su rostro, que estaba lleno de maldad y desprecio, de pronto se convirtió en el de un ángel.



No solo eso, ella se lanzó a sus brazos con ojos llorosos.



—¡Buaaa!



—¿Por qué estás llorando? Explica que está sucediendo.



—No es nada, nada. —La mujer, que se convirtió por completo en una víctima, sacudió la cabeza sorbiendo. Su figura parecía triste. Observé a la pareja de cucarachas durante un largo rato con Rere aún en mis brazos.



El rostro del Duque se endureció cuando miró a Astra en sus brazos. Pude ver que él claramente hizo una expresión molesta, como si ella fuera un molesto mosquito volando a su alrededor. Estoy segura de que ella era la mujer que él trajo, pero la forma en que la miraba no era mucho mejor que cuando me miraba a mí.




Finalmente, el Duque, que no pudo soportarlo más, la agarró del hombro y la empujó ligeramente.



—¿No me lo dirás?



—Si el Duque quiere que hable…no tengo derecho a negarme, ¿verdad?— se giró un poco y me miró fijamente. El Duque no podría verla, pero pude ver el rostro de la princesa Astra sonriendo como si fuera la ganadora.



—Princesa.



—Yo…me siento tan agraviada. Duque, ¿por qué debería pasar por esto? Yo…solo estaba tratando de hacer bien mi trabajo como madre.



…Eran en verdad, el par perfecto de cucarachas. Miré su hombro tembloroso sin una palabra.



—En lugar de la princesa que no puede hablar…me explicarás con propiedad qué sucedió —El Duque, cuyos ojos brillaban con más fiereza que ayer, me miró. Los ojos rojos que parecían un rubí brillaban con frialdad hoy.



—¿Qué quieres que te diga? ¿Me vas a creer?— Su expresión exigió una respuesta de mí, así que escupí moderadamente.



—¿Qué?



—¿Acaso no vas a escuchar a esa mujer, de todos modos?



—Eso no es…



—Si dijera que esa mujer en tus brazos trató de golpear a Rere con el pretexto de “enseñarle”, no me creerías sin importar lo que diga, ¿no es así?



Los ojos del Duque naturalmente se volvieron hacia ella ante mis palabras.



—¿Golpear a la niña? ¿Es eso cierto, Astra?



—Como dije, fue para enseñarle. No sabes cuánto me ignoraron esa mujer y la niña. Por eso lo hice.



—...



—Me siento agraviada, yo…¡Bua!— Mientras miraba a esa mujer sacar un pañuelo para secarse las lágrimas, Rere arremetió.



—¡Cómo te atreves a actuar como si fueras lamentable! Es molesto. ¡Dije que es molesto! ¡Odio esa caca! ¡Te odio! ¡Yo también odio a papá! ¡Siempre estás del lado de esa caca!



Si estaba sorprendido por las palabras de la niña, el Duque lo negó con sus ojos temblorosos.



—¿Lo escuché bien?



—¡Sí! Realmente te odio.



—...



—Por eso…¡Fuera de aquí, antes de que te odie aún más!

Me pregunté si esas palabras funcionarían con él. En verdad, el efecto fue excelente. Como si la palabra “odio” fuera la más temible del mundo, el Duque agarró el brazo de Astra y se dio la vuelta.



—¿Q-Qué está haciendo? ¿Vamos a marcharnos? ¡Tenemos que arreglar los malos modales de la niña!



—Tranquilízate. Cierra la boca y sígueme.



—...¡Por qué! ¡Solo por qué! ¿Por qué me dice que me calle? ¿Eh?— Astra gritó como si no quisiera irse, pero la puerta ya se estaba cerrando.



Las sirvientas de Astra también terminaron siendo arrastradas. En un abrir y cerrar de ojos, el silencio llegó con un sonido de “golpe”.



El sonido de dos personas discutiendo y peleando afuera de la puerta se podía escuchar desde adentro.



—Suéltame. Hace calor.— No me di cuenta de ella hasta que escuché gruñir a Rere,que estaba en mis brazos y levantó su cabeza para mirarme. Su voz estaba llena de molestia, pero se quedó quieta como si realmente no quisiera salir de mis brazos.



—¿Hace mucho calor?



—¡Sí! ¡Por que me puse de tu lado, te has vuelto arrogante!



—¿Dijiste arrogante? ¿Sabes siquiera lo que significa?



—...No sé.



Mientras tanto, Rere, que se escapó de mis brazos, pisó el chocolate que había traído Astra. No, fue un desperdicio. A cualquier niño de la calle le encantaría que se lo regaláramos.



—¡No los desperdicies! ¿Por qué estás pisandolos?



—¿Por qué? ¡Si Rere no quiere comer, tenemos que tirarlo!

Abracé a la niña que había apartado hace un momento.



—No hagas eso.



—¿Por qué? ¿Por qué no puedo hacerlo?



—Es que…eso no es algo que Rere no pueda hacer, pero Rere no tiene que hacerlo porque será muy agotador para ella. Que la niñera lo recoja y lo tire a la calle.



—¿Perdón?



—¡Ay! ¡Sí, eso es! ¡Eso es lo que quieres decir! Si tiráramos las cosas que ella me dio en la calle, eso haría que esa caca se sintiera peor. ¡Mamá, eres mejor que yo!— Como si lo hubiera entendido, Rere aplaudió y regocijó. 



Entonces, su rostro se endureció de forma repentina y puso su mano sobre mi rostro.



—¿Sabes?



—¿Mmm?



—Escuché que esa mujer le dijo cosas malas a mamá ayer.



—Oh, ¿Escuchaste nuestra conversación afuera de la puerta?



—Sí. Por eso la odio. Se ve fea. — Sus ojos rojos, que parecían un rubí, me miraron directamente.



—Mamá es menos fea.



—¿Es eso así?



—¡Sí! Por eso tienes que convertirte en mi mamá.



Sabía cuántos pensamientos y cuántas preocupaciones contenía cada uno de los gruñidos que escupía. Así que sonreí y asentí como si no encontrara nada extraño en lo que la niña hacía.



—Está bien, hagámoslo.



El rostro de Rebecca estaba rebosante de una dulce sonrisa, aunque fingió no hacerlo.



—Sí, te estoy dando un permiso especial. Pero, ¿por qué no me diste lo que escondiste antes?



Parpadeé ante la repentina pregunta de Rebecca.



—¿Lo que escondí?



—Sí, el choco.




***



Traducción: Pali Rojas



Notas de traductora:



¡Espero que hayas disfrutado la historia hasta aquí! 



Levante la mano quién detesta la actitud de Astra. Excepto los antagonistas, siento que todos aquí son unos terribles tsunderes. No más vean cómo la protagonista se quiso hacer la dura pero por dentro es un pan de anís que se muere por Rere.



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Intentaré actualizar más seguido, ¡nos vemos en el próximo capítulo!

Capitulo 15

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