Capítulo 20

—Ni siquiera soy una niña pequeña, ¿de verdad pensaste que me gustaría esto?

Aunque solo podía ver su espalda, las emociones de Rere todavía eran evidentes incluso para mí: el comportamiento de una niña que estaba extremadamente enojada.

—Re-Rere, si le pegas así a papi…

—¡Te lo mereces, papá! He estado bien estos días, pero, ¿qué se te pasó por la cabeza?

—Eso…¿De qué estás hablando?...

—¡A quién en todo el mundo le gustaría una habitación llena de chocolates! ¿Por qué incluso el suelo está hecho de chocolate? ¿Quieres que lo pise y me lo como plácidamente?

—Eso no es…

Detrás del Duque, que estaba mudo, los sirvientes fuera de la habitación comenzaron a susurrar entre ellos. Por supuesto, sus murmullos llegaron primero a mis oídos.

—Sabía que esto pasaría.

—Está haciendo esta mierda otra vez.

Cuando giré la cabeza hacia la fuente de los murmullos, aquellos que tenían un círculo oscuro debajo de los ojos se apresuraron a apartar la cabeza de mi vista. Ahora entiendo por qué el Duque no fue visto ayer.

“Él estaba tratando de poner este tipo de mierda…”

—¡Estoy molesta! ¡Estoy tan molesta!— Incapaz de reprimir su ira, Rere pisoteó repetidamente el suelo. Parecía que su ira no desaparecería en un largo rato.

—¡Papá! ¡Nunca me preguntas sobre lo que quiero! Piensas por ti mismo y decides por ti mismo…¡¡Todo por ti mismo!! ¡Maldita sea…te odio!

Luego, Rere miró a su alrededor por un momento, se giró llorando y corrió hacia mí. La niña enterró su rostro en mi ropa, incapaz de controlar sus emociones.

—¿Rere…?

—¡Esto está muy lejos de lo que quiero! Quiero…quiero…algo que papá haría solo por mí. Mami siempre me pregunta qué es lo quiero y lo hace por mi, pero, ¿por qué no puedes tratar de entender cómo me siento?

—Rere…eso…

—He estado con papá durante mucho tiempo. Me has visto más a menudo que nadie. Papi…¡En realidad nunca me miraste!

Por primera vez, la voz de Rere estaba ahogada en lágrimas. Apresuradamente abracé a Rere, quien se aferraba a mi ropa.

—Vamos. ¡Ya no quiero ver a papá!

—¡Re-Rere!

Pero Rere ya había tomado una decisión. Su cara estaba roja como si estuviera pidiendo que la abrazara. Así que la levanté y la sostuve en mis brazos.

—Voy a volver a mi habitación. No me detengas.

—Está bien, regresemos.

Pero el Duque no podía dejarnos ir tan fácilmente.

—¡Espera! ¿Con el permiso de quién te atreves a marcharte de mi presencia?— El Duque, que todavía estaba loco, me agarró por el hombro. Me encogí de hombros y me alejé de su brazo.

—El mío. ¿No me digas que vas a impedir que la niña se vaya también?

—¡Ella es mi hija!

—¡Rere también es mi hija! Hablando de eso, ¡Un tipo como tú no merece ser padre! Mí hija esto, mi hija aquello, ¡Como sí!

—¿Q-Qué? Estás realmente loca…

—¡Tú eres el loco! Juega con ella o trata de entender su corazón en lugar de hacer este tipo de tonterías. ¡No le compres solo conejos de peluche!

“Estúpido. Te lo mereces, imbécil. Mereces ser pisoteado.”

Numerosas maldiciones pasaron rápidamente por mi cabeza sin hacer ningún sonido. 

Ahora que se dio cuenta de algo, ya no gritó ni nos detuvo. Él solo se quedó allí. Con solo mirar su expresión, mi vida se volvió más exasperante, pero me sentí un poco más a gusto después de gritarle directamente a la cara. 

Casi corro a la habitación de Rere por si él corría detrás de mí. La niñera, que corrió conmigo, cerró la puerta apresuradamente y le echó llave.

—Nunca le abriré la puerta al Señor.

Luego, arrastró un pesado sofá para bloquear la puerta en caso de una posible emergencia. No tuve más remedio que preocuparme por la niñera que estaba tomando medidas en exceso.

—...¿Vas a estar bien?

—Sí. Bueno, no va a pasar nada. Aunque…esta es la primera vez que ocurre algo así…— La niñera habló con una mirada de vergüenza. Luego, sonrió brevemente y ordenó a las sirvientas que hicieran esto y aquello. 

Después de observarlos un rato, fui a la cama y acosté a Rere. Luego, cepillé suavemente el cabello de la triste Rere. Sin embargo, ella, que se habría quejado o enojado, solo miró al peluche de conejo en silencio.

—Rere, ¿quieres dormir un poco más?

—...No.

—¿Entonces quieres algo más? ¿Quieres jugar  con el conejo?

—...No quiero ver el conejo.

Ella no quería hacer nada. Ni quería salir, ni quería quedarse en la habitación. Debido a que sus emociones eran inestables, la niña seguía diciendo que le desagradaba todo durante un largo rato.

Solo acaricié su cabeza hasta que se sintió mejor. Después de que Rere se calmó e hizo un puchero como un conejo, bajé la cabeza para que coincidiera con la de ella.

—Mmm…Entonces, si no te gusta nada, ¿quieres hacer chocolate con mamá?

Rere, que había estado mirando hacia abajo todo el tiempo, me miró con ojos brillantes. Sin embargo, aún estaban húmedos y rojos por tanto llorar sola en ese momento, por lo que presioné suavemente sus ojos con mi mano.

—Mm.

—Rere, puedes actuar como una niña en momentos como este.

—...

—En realidad, no odias a tu papá, ¿verdad?

—...No sé. ¡Pero dijiste que vas a hacer chocolate!— Instó Rere, como si estuviera tratando de evadir la pregunta.

—Así es. Pero si vamos a la cocina, tenemos que salir.

—Entonces…¿Entonces nos encontraremos con papá? Mmm…¿y si pretendemos que no lo conocemos?— La voz de la niña, que había sido firme hasta hace un  rato, ahora temblaba poco a poco.

En ese momento, una de las sirvientas que miraba por la ventana exclamó con alegría.

—Si estás hablando del Señor…¡Él acaba de salir!

—¿Tan de repente?

—Sí.

Al mismo tiempo, Rere, que hizo contacto visual conmigo, corrió hacia la ventana. Era verdad. El Duque estaba realmente parado al lado de un caballo.

—Papá…realmente va a salir.

Mis ojos naturalmente se volvieron hacia él. Después de mirar en esa dirección por un rato, montó el caballo y desapareció.

Aferrándose a la ventana, Rere estuvo de pie durante un largo rato hasta que se fue. La niña, que dijo que odiaba a su padre, puso una expresión sombría como si hubiera esperado que él la fuera a buscar.

—Él…realmente se fue.

Tenía tantas ganas de maldecir su espalda, pero fui cautelosa con los sentimientos de Rere.

—Rere.

—¿Mmm?

—¡Vamos, vamos a hacer un poco de chocolate!

—Papá…no está aquí, así que podemos movernos de forma cómoda, je, je. Mamá, no tienes que preocuparte, papá nunca vino a buscarme, así que no necesitas cerrar la puerta con llave. —Rere, que se apartó de la ventana, caminó a paso ligero.

—Papá es tan malo. ¡Buuuu! ¡No estoy bromeando! ¡Incluso si trae cien regalos, no lo miraré!— Ella estaba en otro de sus arranques.

—¡Todos, lárguense! ¡Voy a salir! ¿Por qué estás bloqueando la puerta? ¡Es inútil!

Solo entonces la niñera empujó rápidamente el sofá hacia atrás. Como si les fuera común, las sirvientas abrieron la puerta apresuradamente. La niñera, que estaba observando toda la situación, miró alternativamente a la niña y a mí.

—Señorita…

—¡Qué! ¡No me hables, no quiero escuchar nada!

—Sí, entiendo.

Me rompió el corazón ver a la niñera trabajar tan duro y ni siquiera podía recibir palabras agradables de ella. Así que detuve a la niña antes de que hablara más duramente.

—Niñera, ¿tienes un delantal para Rere?

—¡Ay! Tengo un delantal para doncellas jóvenes…pero, ¿puedo saber por qué…?

—Tenemos que usar un delantal para hacer chocolate.

—¡Oh! ¿E-Es eso así?

—Sí. Por favor.

—Sí, lo prepararé de inmediato.— La niñera, desconcertada, rápidamente recobró el sentido y asintió.

—¡No, gracias! ¡Quién usa tal cosa!

Abracé a Rere, quien arremetió más de lo habitual.

—¿Incluso si mamá lo usa? Estaba pensando que podríamos usarlo juntas como una pareja

—¿Pareja?

—¡Sí! Usar la misma ropa con tus seres queridos se llama “ropa de pareja”.

—¿Es verdad?

—Sí.

Solo entonces levantó la cabeza y sonrió.

—Sí ese es el caso, lo usaré. ¡Porque mamá lo quiere! No suelo usar esas cosas, pero como mamá lo quiere, lo haré. ¿Bien?

—Por supuesto.

Solo entonces la niñera sonrió de forma amplia y se fue a preparar el delantal. Mientras tanto, fui a la cocina con Rere.

—Por cierto, mamá.

—¿Sí?

—Perdón.

—¿Por qué?

—Debería haberle pedido a mi papá que cambiara tu habitación…pero no pude mencionarlo…Lo siento…— Rere enterró su cara en mi hombro.

—Mmm. Lo sé, es cierto. No tengo otra opción. Creo que de ahora en adelante debería dormir en la habitación de Rere.

—¿En verdad? ¿Harías eso?

—¡Sí!

—Oh no. Como soy un adulto, no debería hacer eso. Pero…sí mamá lo quiere, ¡te lo permitiré! La habitación de mamá es mala, de todos modos. ¡La cama es tan incómoda que no pude dormir en toda la noche!

Sin embargo, roncaste y dormiste bien. Incluso hablaste en sueños.

—Mamá debe tener un mal hábito de dormir.

—Dios mío, tú eres mucho peor.

—¡Eso no es cierto! La niñera y las sirvientas dijeron que duermo como un ángel.

Por supuesto. Supongo que un ángel que gira 360 grados desde su posición. Miré a las dos sirvientas que venían detrás. Negaron con la cabeza con una tez pálida. Su gesto ya me dijo mucho de los hábitos de sueño de Rere sin decir nada.

—Sí, debes de ser un ángel.

Un ángel bailarín de breakdance.

—Es por eso que mamá necesita aprender de mí.

—¿Qué debo hacer para dormir como Rere?

—Mmm, primero necesitas abrazar a Rere, entonces puedes dormir como un ángel. ¡Uf!, ¿tengo que enseñarte todo?— Rere suspiró con quejido. Y sin embargo, ella me miró directamente. Era difícil pretender no tener ni idea de la intención oculta de la niña.

Al final, ella quería que la abrazara.

—Ahora que lo veo, Rere está calentita. Mamá tiene las manos y los pies fríos. Es por eso que necesito que me abraces.

—Ah, es molesto.

Tan pronto como dije eso, Rere envolvió sus manos alrededor de mis mejillas.

—¿Cómo está? ¿Es cálido, no?

—Mucho.

—Como era de esperar, mamá no puede vivir sin mí.

***

Traducción: Pali Rojas

Notas de traductora:

Levante la mano quien quiere darle una patadita en las pompis a ese Duque inepto.

 

¡Espero que hayas disfrutado la lectura hasta aquí! Muchas gracias por sus comentarios. Nos vemos en el próximo capítulo.

 

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