Capítulo 23
Entonces Rere se me acercó.. Sin embargo, incluso con ella a mi lado, mi mirada no se apartó de Luca.
“¿Qué eres en realidad?” Quería preguntar. ¿Por qué me sentía tan fuera de lugar cada vez que lo veía?
Al regresar a la habitación, Rere colocó el chocolate en una bonita caja como si estuviera realizando alguna ofrenda ritual. El chocolate no era lo único en aquella caja. Allí estaba el pan que dejó después de un bocado y estaba aquél rico fondant de chocolate que había comido la última vez, que guardó después de decir que de repente no tenía ganas de comer.
Así, también había flores marchitas y pequeñas cartas. Rere había dicho que era solo un cofre del tesoro, pero no pude evitar darme cuenta de que todas aquellas cosas eran las que quería darle al Duque.
***
Unos días después, cuando me dijeron que había llegado el artículo que pedí, salí con Rere a un pequeño jardín frente a la puerta principal de la mansión.
Se trata del único camino que uno debería tomar para entrar a la mansión. Tan pronto como llegamos, la cara de Rere se endureció.
— ¿Por qué estamos aquí? ¿Y si nos encontramos con mi papá?
— Pero el sol brilla tan cálido aquí.
— Maldita sea…no me gusta. — dijo la niña, muy angustiada, arrugando la cara, y pisoteó el suelo con sus diminutos pies. Acaricié su cabello y sonreí.
— Voy a jugar con la arena ahora. Este lugar es perfecto para eso.
Desde aquél día, el Duque evitaba a Rere. Mientras tanto, ella parecía estar herida por sus acciones y dijo que ya no quería verlo. Pero sé que eso no era lo que en verdad sentía ya que Rere, quien pidió jugar en la terraza hasta altas horas de la noche, estaba esperando a que su papi apareciera.
Entonces, le pedí a la niñera que preparara la caja de arena y la instalara frente a la mansión.
— ¿Jugar con arena? ¿Qué es eso?
— Sí, se hacen castillos de arena. Mamá solía hacerlo mucho cuando era pequeña.
— ¡Preciosas damas nobles como yo no necesitan hacer tal cosa!
— ¡Pero aún así, estoy segura de que será divertido!
— …— después de mirar un rato la entrada de la mansión, Rere se sentó en una pequeña silla que había sido arreglada previamente. No era ético que una preciosa dama noble jugara en el suelo. Así que pedí que colocaran el arenero sobre una mesa.
La niñera, que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por Rere, leyó perfectamente mis pensamientos. En la mesa de madera corta y grande había arena y varios bloques de madera.
Después de mirarlo durante un largo tiempo sin comprender, Rere sacudió la cabeza de un lado a otro y se sentó en la silla.
—¡Te daré un permiso especial ya que mamá lo quiere! Estoy haciendo esto por tí.
—Por supuesto. No tienes que hacer mucho. Solo haz un castillo con los bloques de madera y juega con la arena.
Refunfuñando, Rere jugueteó con la arena con sus pequeñas manos. Después de un largo rato, comenzó a sonreír poco a poco.
—¿Quieres que te retrate?
—¿A mí?
—¡Sí! ¡También soy buena dibujando! Todo el mundo dice que soy buena en ello. Lo gritan cada vez que dibujo.
—¿Es así?
—Pero a papá no le gusta. No le gusta que lo dibujen…ni dibujar nada. Me dijo que no lo hiciera…¡pero aún así, mira esto! ¡Dibujaré a mamá en la arena!
De algún modo, sentí que esto era igual que sobre su mal hábito al dormir y que las sirvientas y la niñera dijeron mentiras piadosas, así que solo la miré sin muchas expectativas.
En ese momento, su pequeña mano se movió con bastante rapidez creando una figura humana en la arena. Era increíble y sobresaliente que la niña lo haya hecho. Cada niño crece de manera distinta, pero ¿cómo podía una niña de cinco años mover la mano de forma tan perfecta?
“¿Rere crece un poco más rápido?” Tan pronto como tuve ese pensamiento, ella sonrió de forma brillante y señaló el rostro de la figura que creó con sus manos.
—¿Qué opinas?
—¡Oh…! Lo hiciste bien. — Estaba un poco sorprendida. Yo no era tan bonita, pero aquella figura que Rere dibujó en la arena, captó mis rasgos muy bien.
Ojos redondos, nariz pequeña y labios pequeños. Incluso el cabello suave y suelto estaba perfectamente dibujado. Fue aún más perfecto porque lo había hecho la niña.
—Guau, Rere, eres buena. ¿Crees que yo soy así de bonita?
—¡Sí! N-No, ¡No! ¡No, no me malinterpretes. ¡Soy tan buena que solo puedo dibujar cosas bonitas!
—¿Es verdad?
—¡Oh, sí! ¡Tsk, quiero hacer otra cosa!
Como si estuviera avergonzada, Rere creó una pequeña pared cerca de su dibujo y comenzó a jugar con la arena justo a mi lado, como si tuviera miedo de arruinarme la cara.
Desde entonces, Rere pasó bastante tiempo construyendo bloque y jugando con la arena.
—Es divertido.
—¿Dijiste que es divertido?
—¡No! No es divertido, Solo mamá se está divirtiendo aquí…—y de repente, una sombra negra apareció frente a nosotras.
—¿No es esto solo para pobres?
Era Astra otra vez. Cómo deseaba que ella simplemente muriera, pero desafortunadamente, hoy vino de nuevo. Su vida parecía existir solo para confrontar con otros.
—Si vas a buscar peleas, ¿por qué no te vas?
Ella siempre intentaba provocarme y terminaba siendo maldecida por Rere. Supongo que aún no se había cansado. Entonces, traté de ignorarla como siempre, pero hoy, Astra insistió con más fuerza.
—¿Quién eres tú para rechazarme? Oh, es cierto. Escuché que tu familia está arruinada, ¿no es así? ¿El Duque también te salvó de ser vendida?
—...
Esa mujer no conocía el límite. No podía distinguir entre qué decir y qué no frente a una niña.
Mi rostro se puso rígido. Tal vez porque estaba satisfecha con el cambio en mi expresión facial, Astra se entusiasmó.
—No me equivoco, ¿verdad? Incluso si no eres apta para convertirte en la madrastra de la princesa, el Duque te tomó como una solución temporal. Por eso te compró con dinero. Lamento decirtelo pero, incluso si ofreces tu cuerpo para servir al Duque, desafortunadamente, él parece odiarte cada vez más a medida que pasa el tiempo.
¿Cómo podría alguien decir ese tipo de cosas tan fácilmente?
—¿Por qué no te quitas la ropa y saltas sobre él? ¿Quién sabe siquiera si podrías ganartelo? Oh, no. ¿Quién pensaría en ti como una mujer?
Resoplé de forma burlona hacia ella, quien claramente me estaba mirando.
—¿Y qué?—me puse de pie e hice contacto visual con ella.
—¿Qué diferencia hay, incluso si lo dices? Tienes razón, vine aquí por el dinero. ¿Y qué si lo hice?
—¿Qué-qué? Si te estaban pagando, ve a tirar tu…
—Estúpida.
—¿Te atreves a decirme estúpida?
—No, ¿acaso no estoy hablando sola? ¿Tienes alguna prueba de que dije que eres estúpida?
—¡Estoy segura de que me estabas mirando…!
Su cara se puso roja.
—Bueno, eso es porque al contrario de mi, una noble, tienes problemas en los ojos, por lo cual no puedes ver correctamente. Soy la madre y Duquesa oficial, a la que no le pagaron como cierta persona, es obvio, ¿todavía preguntas cuál es la diferencia?
—Habla todo lo que quieras. Al final, ni siquiera puedes ganarte el corazón de la niña.
—¡Ahora es así, pero…!
Sonreí de forma brillante ante su cuerpo tembloroso.
—Oh, ahora que lo pienso, me pregunto, ¿dónde están las sirvientas y doncellas que has estado arrastrando contigo? A pesar de que eres un Duquesa…¿despacharon a todas tus doncellas?
—...P-Perra, ¿te atreves a burlarte de mi?
—Oh no, ¿cómo me atrevería a hacer tal cosa a la Duquesa? Solo estoy hablando conmigo misma.
Ella apretó los puños. Ni siquiera pudo refutar lo que dije porque solo estoy escupiendo hechos. A partir de entonces, tuvimos un enfrentamiento de miradas durante un largo rato.
Mis ojos le apuntaban agudamente como si estuviera a punto de asesinarla, pero por supuesto, no me olvidé de poner la sonrisa más inocente que pude haber tenido.
Astra me miró ferozmente como si estuviera rabiosa. Pero su objetivo cambió de forma drástica en el momento en que se escucharon cascos de caballos a la distancia.
Debido a que la mansión estaba en medio de la montaña, no había muchas situaciones en las cuales la gente común apareciera por aquí. Eso significaba que el sonido de los caballos probablemente era el Duque.
Cuando escuché que eran muchos cascos de caballos, estuve segura de que no eran solo una o dos personas viniendo. Como si Astra lo hubiera notado, rápidamente se calmó y cambió de objetivo.
—Perra, te castigaré por tu descaro más tarde. Por cierto, Rebecca, dijis que tu papá no te estaba buscando, ¿verdad?
—...¿Qué? ¿Qué quieres de mí, caca?
—Eso se debe a que sigues haciendo cosas raras y juntándote con esta mujer. Si me escuchas, podrás ver a tu papá todos los días— Astra agitó la mano hacia Rere con voz amistosa, tal vez porque ahora había decidido reconciliarse con ella.
—Ven conmigo, dejaré que te reúnas con tu papá.
—...
En ese momento, los caballos se detuvieron frente a la mansión. Tal como esperaba, eran el Duque y sus caballeros.
Como si acabara de regresar de un negocio, se acercó lentamente a nosotras con su uniforme de gala.
—Mira, es tu papá. Si te quedas con esa mujer, él nunca vendrá por ti.
—...Odio a papi.
—¿En verdad? Entonces, no puedo evitarlo.
Astra sonrió, y luego hizo contacto visual con el Duque. En ese momento, sus fríos ojos rojos se posaron en Rere, luego en mí y por último en Astra.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Estaba regañando a esta mujer que hizo que la preciosa princesa jugara con arena.
.—...¿Por qué la regañaste?
—¿Perdón?
—...Estoy seguro de que te lo advertí. No seas ridícula.
***
Traducción: Pali Rojas
Notas de traductora:
Astra no se cansa.
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