Capítulo 40

Me Convertí En La Madrastra De Una Familia Irremediablemente Oscura - Novela

06/20/2023

Capítulo 40

 


Pensé que si lo soltaba, su golpe caería sobre la niña, por ello, sostuve su mano tan fuerte como pude y no me atreví a soltarla.

 

—¡Llévate a Rere!

 

—¡Sí!

 

—¡No! ¡Suéltame!— Pero la niñera sostuvo a Rere en sus brazos a pesar de su lucha. Mientras tanto, otra persona se bajó del carruaje. Era una mujer que se acercó con una mirada cruel.

 

Era Astra.

 

Después de mirarla con la cara hinchada, pude reconocer la identidad del hombre que había aparecido de repente armando este escándalo.

 

—Padre, eso es suficiente.

 

El hombre que me abofeteó y trató de golpear a Rere era el padre de Astra.

 

—¿Cómo crees que me quedaré quieto? ¡Mi hija ha sido tratada como…!— No pudo contener su ira, encogió los hombros y levantó la mano de nuevo. Fue en ese momento que alguien se acercó y se la torció por detrás.

 

—¡Ay…!

 

—¡Cómo te atreves a ponerle la mano encima!— En un abrir y cerrar de ojos, los caballeros del Duque Petri rodearon el área con sus espadas apuntando hacia el hombre. La atmósfera cambió de inmediato, pero el intruso, el “invitado”, sin invitar, estaba más ocupado enojándose conmigo a pesar de que tenía el brazo roto.

 

—Será mejor que te alejes. —dijo Luca, que se acercó con delicadeza, me agarró y tiró de mí hacia atrás. Además, de forma amable, tomó su pañuelo y me lo ofreció. Podía sentir la sangre en mis labios debido al inesperado ataque.

 

—¿Estás bien?

 

—Estoy bien.

 

Mientras tanto, Rere se bajó de los brazos de la niñera y me agarró la mano.

 

—¡Conejito! ¿Estás bien?

 

—¡Por supuesto!

 

Luca, que nos había estado mirando, apretó los dientes y los puños.

 

—¿Cómo se atreve a abofetear a Leona en la cara? Realmente quiero matarlo.— De inmediato, borró su sonrisa, y miró al hombre enojado.

 

—No, estoy bien. Rere, ven aquí. Te daré un abrazo.

 

—¡No! ¡Te pregunté si tu cara está bien!

 

—Está bien, no te preocupes.

 

—¡Maldita sea…! ¡Tus labios están sangrando! ¡Ese loco! ¡No dejaré pasar esto!— Sin embargo, la inestable situación nos hizo dudar en intervenir.

 

—¡¿Qué diablos estás haciendo, irrumpiendo en la casa de otra persona de esta manera?!— Preguntó el Duque, mientras el hombre de cabello castaño se giró hacia él en cuanto liberaron su brazo y lo enfrentó.

 

—¡Estoy aquí para decirte un par de palabras! ¡Pero no puedo contener mi ira cuando veo a esa moza cualquiera!

 

—...Duque Arvida.

 

—...¿Qué?

 

—Haré que te arrepientas de lo que acabas de hacer.

 

—¡Disparates! ¡¿Qué vas a hacer que me arrepienta, Duque Ian Petri’! ¡Adelante, apuñalame! ¿Sabes que también soy un Duque, y aún así me faltas el respeto de esta manera?

 

El Duque asintió ante sus palabras, y los caballeros retiraron sus espadas. Solo entonces el Duque Arvida, se arregló la ropa, nos miró, y rechinó los dientes hacia Ian. Pero antes de que pudiera decir algo, Ian abrió la boca primero.

 

—En primer lugar, entremos y hablemos, Duque.

 

El Duque Ian Petri, que era 20 años más joven que el Duque Arvida, no se inclinó en absoluto, por el contrario, Arvida se veía patético a su lado.

 

—¡¿Crees que estoy dispuesto a entrar y hablar después de toda la humillación que recibió mi hija?!

 

—...Cuando pienso en lo que acabas de hacer, quiero cortarte el cuello, incluso si eres un Duque, pero me contuve. Así que deja de decir tonterías y sígueme, a menos que quieras morir de forma miserable aquí.

 

—¿Estás amenazándome?

 

—No es una amenaza, es mi sinceridad. Así que cállate y camina.

 

—¡Agh!...¡No me olvidaré de este desplante!

 

Ian no respondió, y como si pensara que el hombre enojado era un problema insignificante, se dio la vuelta.

 

—Vamos adentro y escuchemos lo que tienes que decir. Tendrás que disculparte por lo que le hiciste a mi hija.

 

No hubo respuesta del Duque Arvida.

 

—...Leona y Rere, vengan conmigo.— El Duque Ian luego me miró con ojos caídos, como si lamentara lo sucedido. Si el Duque Arvida era el culpable, ¿por qué puso esa cara? Una parte de mi corazón se sentía pesada.

 

—Conejito, vámonos. Creo que algo divertido va a pasar pronto.

 

—¿Cómo? ¿Nosotras también vamos?

 

—¡Sí! Papá está esperando.

 

No iba a ser una reunión agradable, así que dudé un poco.

 

—Estaré contigo, así que no te preocupes.

 

—...Luca siempre es tan amable.

 

—¡No! ¡Yo soy más amable que él!— dijo Rere viendo que Luca me palmeaba el brazo, y me apretó la mano con más fuerza.

 

—Aja, ¿en serio?

 

—Sí. Así que vámonos. Yo te protegeré, conejito.

 

—Bueno, deberé confiar en Luca y Rere.— Seguí sus pasos por su persuasión. No hubo más palabras en el camino. La sala solo se llenó de divagaciones del Duque Arvida. Después de un rato, llegamos al salón del Duque.

 

La última vez había sido transformada en una habitación de chocolate para Rere. Vine aquí varias veces, pero siempre ocurría un gran accidente, así que sentí una sensación de familiaridad cuando entramos. Al llegar, el Duque Arvida levantó la voz hacia Ian y estiró los hombros.

 

—¡Si se revela algo de este acto humillante hacia el Duque de Arvida, se lo diré directamente al Emperador y celebraré un juicio noble!

 

—Excelente, yo también tengo mucho que decir.

 

El rostro del Duque Arvida se ensombreció antes sus palabras inflexibles, pero solo resopló como si estuviera molesto, quizás porque la situación no se mantuvo a su favor. Mientras tanto, Ian se sentó primero.

 

—No tengo intenciones de servirte el té, y si te sientas o no, no me importa.

 

—...¿Disculpa? Justo ahora…¡Veamos cuánto tiempo más puedes mantener esa confianza, Duque!

 

—Estoy confiado porque no hice nada malo. Antes de eso, Rere y Leona deberían sentarse primero. Ninguna está en falta, así que no tienen que quedarse paradas.

 

Al contrario del tono de voz que usó con el Duque Arvida, ahora, tenía un tono más suave. Incluso, estaba sentado de forma holgazana y golpeó el sofá cerca de mí, como si quisiera que me sentara.

 

—Papá nos dijo que nos sentáramos, así que sentémonos.— A instancias de Rere, caminé hacia el asiento.

 

—¡Me sentaré en el regazo de mamá!

 

—¿Estás llamándome mamá otra vez?

 

—¡No! ¡Es un desliz! ¡No me malinterpretes!— Refunfuñando, Rere se subió a mi regazo. Cuando el Duque Arvida nos miró, instó a su hija, que estaba sentada descortésmente, a levantarse, y la empujó frente a Ian.

 

—Estoy aquí para confirmar la historia. Mi hija…escuché que la echaste de una manera vergonzosa y que también la amenazaste. ¿Eso es cierto?

 

—Entonces, te preguntaré lo mismo. ¿Intentaste golpear a mi esposa y a mi hija por algo trivial?

 

—...¡¿Algo trivial?! ¡Duque!

 

—De hecho, lo es.

 

—ja, estás absolutamente loco. ¡Esa moza cualquiera y esa niña merecían ser golpeadas! ¡Por eso lo hice!

 

—¿Qué merecía ser golpeada? ¿Estás seguro que no te arrepentirás de lo que acabas de decir?

 

—¡Por supuesto!

 

—Qué admirable. Hablando de eso, todavía me estoy arrepintiendo. Todavía lamento no haberte torcido el cuello de inmediato.

 

—¿Qué dijiste?

 

El rostro del Duque Ian Petri se volvió frío de inmediato.

 

—Tengo mucha curiosidad, Duque Arvida. ¿Qué es lo que quieres escuchar tanto que viniste aquí en persona? En verdad, no lo entiendo.

 

—¡Una explicación! ¿Cómo te atreves a echar a mi hija? ¡Hablemos de tu impertinencia!

 

Ian se recostó de forma tranquila.

 

—Si supieras lo que hizo tu hija en mi residencia, y cuánta insolencia cometió, no podrías venir tan confiado.

 

—¡¿Insolencia?! ¡No puede ser!— Los ojos del Duque Arvida se volvieron hacia su hija, que estaba a su lado.

 

—Así es, padre. ¡Eso es una tontería! Nunca he sido grosera. ¡Tales cosas nunca sucedieron!— Sin embargo, las manos de Astra temblaban. Ian, que golpeaba el sillón con las piernas cruzadas, parecía estar divirtiéndose.

 

—¿Disparates? ¿Después de todo lo que le has hecho a mi hija?

 

—¡Y-yo solo le estaba enseñando!

 

—Trataste de lastimar a mi hija. ¿No le dijiste a otras niñas que hicieran rumores extraños e ignoraran a mi hija?

 

—¡Eso no es…! Te lo dije antes, la niña no me escuchaba, así que solo traté de romper ese mal hábito suyo…— Solo entonces, Astra empezó a tartamudear.

 

—Ese día, realmente quería matarte.

 

—...¡Pero no estoy mintiendo! ¡Es solo que…!

 

—¿Justo qué? ¿Por qué no haces más el ridículo con esa bocota tuya?

 

Su rostro se enrojeció de nuevo cuando todos en la habitación se volvieron hacia ella, pero el Duque Arvida interrumpió de forma rápida.

 

—¡No puede ser! ¡De ninguna manera!

 

—Si ella fue capaz de tanto, entonces, yo también podría enojarme y golpearla.

 

—¡Eso no puede ser!

 

—¿Por qué? Intentaste golpear a mi hija, entonces, ¿por qué no puedo hacer lo mismo?

 

—...¡Mi hija es una Princesa!

 

—Mi hija también es una princesa.

 

El Duque Arvida trató de decir algo, pero no pudo, tal vez porque podía sentir las miradas punzantes de las personas en la habitación.

 


—¡Eso no es…!

 

Sabía lo que estaba pensando, aunque no lo dijo. Apreté con más fuerza la cintura de Rere. Iba a volver a decir tonterías sobre el origen de Rere.

 

—¿Por qué no me cuentas más?

 

—...De todas formas, ¡Discúlpate por golpear a mi hija!

 

—¿Qué pasa si no lo hago?

 

—¡Lo llevaremos a cabo un juicio noble por abusar de su esposa! ¡No importa cuán noble seas, la ley del Imperio te prohíbe abusar de tu esposa! ¡Haré que te arrepientas, Duque Petri!

***


Traducción: Pali Rojas

 

Notas de traducción:

 

Alguien tiene que morir.

Capítulo 40

Me Convertí En La Madrastra De Una Familia Irremediablemente Oscura - Novela

06/20/2023

Yugen Mangas Logo
All rights deserved. Idealized and built by Heaning.This website was built using TailwindCSS + NextJS 13.
Contact mePrivacy policyDiscord