Capítulo 41

Me Convertí En La Madrastra De Una Familia Irremediablemente Oscura - Novela

06/27/2023

Capítulo 41

 

Lo que dijo el Duque Arvida era cierto. En la memoria de Leona, había información sobre este país. Este Imperio defendió la monogamia durante generaciones y valoró las obligaciones de las parejas. Pero eso no significaba que no pudieras conseguir una nueva esposa.

 

El Emperador solía deponer o ejecutar a sus esposas y emperatrices usando todo tipo de razones para traer una nueva Emperatriz. Lo mismo ocurría con el resto de los nobles. De este modo, la ley de monogamia de larga duración se convirtió en una ley “dañina”.

 

Debido a esa ley, si los nobles no estaban contentos con sus esposas, dirían que ellas los engañaron o tenían defectos. Incluso al punto de asesinarlas.

 

—Qué divertido.

 

Como si el Duque Arvida lo hubiera esperado, tomó un pedazo de papel de sus brazos.

 

—Puedes ver claramente tu letra y tu sello aquí, ¿pero ahora lo estás negando?

 

—Bueno, no lo sé. No recuerdo haberlo hecho, y creo que alguien más lo estampó, haciéndose pasar por mí. Yo no uso ese tipo de sello.

 

Ante sus palabras, el Duque Arvida revisó los documentos y se echó a reír como si fuera ridículo.

 

—¡E-Esto…pero definitivamente fuiste tú quien vino!

 

—No sé. Nunca he estado allí. Oh, Luca, ¿no fuiste tú?

 

—Creo que sí. Tal vez fuí yo.

 

—...¡E-Eso es ridículo! No hay forma de que no hubiéramos podido notar la diferencia entre un Duque y un caballero.

 

—Pero ustedes son los que siguieron diciendo tonterías. De cualquier modo, gracias al padre y a la hija tan estúpidos, he resuelto mis problemas.

 

—¿T-Tus problemas?

 

—¿De verdad pensaste que iba a enamorarme de esa mujer y casarme con ella? No soy un tonto. Fue todo para revelar tus sucios trapos…¿no te habías dado cuenta?

 

El Duque Arvida se estremeció y se mordió los labios.

 

—¿Qué fue lo que dijiste…?

 

—No creo que sea el momento adecuado para que hagas esto. Si haces un movimiento en falso, perderás todo lo que has obtenido de forma ilegal hasta ahora.

 


Al ver a Ian sonreír de manera tan relajada, la cara del Duque Arvida se puso rígida como si sintiera que algo malo iba a pasar.

 

—Si estás tratando de echarme con ese tipo de amenaza…

 

—Si tuviera alguna intención de echarte, lo habría hecho desde el principio. Podría haberle ordenado a los caballeros que te saquen a rastras y que nunca te dejaran entrar. Eso debería haber sido suficiente, ¿por qué crees que te dejé entrar?

 

Cuando la actitud arrogante del Duque Arvida se desvaneció, Ian sacó algo del cajón al lado del sofá. Sacó un sello, como si hubiera sido colocado allí a propósito.

 

—Te lo mostraré en caso de que no me creas. No tiene sentido que hagas tanto alboroto aquí.

 

El rostro del Duque Arvida palideció.

 

—Este es mi verdadero sello.

 

—¡Cómo!

 

—El que tienes en tus manos ni siquiera ha sido notariado.

 

El Duque Arvida trató de calmar su agitación, y suspiró profundamente como si pudiera hacer un juicio objetivo en esta situación.

 

—Eso es ridículo. Esto no puede ser así. ¡No puede ser! ¡Debería haberlo sospechado cuánto quisiste registrar el matrimonio como atrasado!

 


—Duque Arvida, me lo dejaste todo tan fácil. Pensabas que estaba casado con la princesa, así que compartiste tu información conmigo descuidadamente. Gracias por eso. Sin embargo, yo no seré tan fácil con usted y su hija luego de que golpearan a mi esposa y se burlaran del nacimiento de mi hija.— Ian asintió con la cabeza, y en un instante, los caballeros ya estaban de pie alrededor del Duque Arvida, listos para arrastrarlo en cualquier momento. En ese momento, Duque Arvida sintió su desventaja y apretó los puños con fuerza.

 

—No me toquen, saldré por mi cuenta.

 

—¡Ay, padre! ¿Por qué nos vamos? ¡¿No te diste cuenta de lo duro que me trataron aquí?!—Dijo Astra, quien solo había estado mirando la situación, mientras tenía la cara enrojecida.

 

—Cállate, y sígueme, Astra.

 

—¿Qué? ¿Qué estás haciendo? ¡Me hicieron pasarla muy mal! ¡Papá!

 

—...Necesito verificar algo primero. Luego de ello,  podrás armar un escándalo si quieres.

 

—¡Padre, deberías hablar! ¡Soy la Duquesa, y dijiste que ibas a regañar a ese hombre!

 

Pero el Duque Arvida solo arrastró a su hija con el rostro pálido.

 

—Primero sígueme. ¡Si tan solo no te hubieras enamorado de él a primera vista!— Tenía tanta prisa por irse, como si estuviera preocupado por algo de suma importancia. Finalmente, Astra, gritó, molesta por el hecho de que la arrastraran.

 

—¡No me quedaré quieta! ¡No creas que este es el final! ¡Haré que te arrepientas!

 

“Sí, sí. Hasta nunca.” Agité mi mano con calma. Esperaba que ella nunca regresará. Tal vez, porque mi gesto la enojó, se sacudió de la mano de su padre y corrió hacia mí.

 

—Me enoja. Cada vez que veo la cara de esta moza cualquiera, me enfado tanto, no puedo irme así como así.

 

Sin embargo, Ian se levantó de su asiento e interceptó su mano. 

 

—¿Qué le estás haciendo a mi mujer?

 

—¡Ay!

 

—¿Quieres que te rompa el brazo? ¿Es eso lo que quieres?

 

—Dejame ir. ¡Molesto, es tán molesto!

 

—Estoy seguro de que quieres morir.

 

—¡Mira lo que me ha hecho este miserable!

 

—Princesa Astra. Incluso si eres la única princesa ducal de todo el Imperio, no deberías hacer esto. Ella es una Duquesa. No deberías tratarla de forma tan imprudente. Si continuas armando un escándalo aquí, lo consideraré como una declaración de guerra al Ducado de Petri.

 

Solo entonces el Duque Arvida se apresuró y le arrebató la mano de su hija.

 

—¡Sal, ahora!

 

—¡Padre! ¿Vas a dejar pasar esto? ¡No me iré, aunque muera!— Astra continuaba haciendo una rabieta, como un niño, así que me acerqué.

 

—Ni siquiera eres una niña, así que detente y vete.

 

—Ja, ¿qué? ¿Cómo se atreve una mujerzuela como tú a hablarme así?

 

—Cuida tu lenguaje. ¿No sabes que soy la verdadera Duquesa aquí? Compórtate en consecuencia. Vete, antes de que te echemos de forma vergonzosa. ¿Entiendes, princesa Astra Arvida?

 

En ese momento, el Duque Ian me sonrió de forma amable y asintió. No mucho después, la sala se llenó de caballeros hasta el punto de que estaba repleta.

 

—Faltarle el respeto a la Duquesa es igual a faltarle el respeto al Duque. ¿No tienes curiosidad sobre cuáles son las consecuencias?— Me sentí viva, sin embargo, un escalofrío desconocido llenó la habitación a causa de mis palabras. El rostro del Duque Arvida se endureció de repente.

 

—Eso no tiene sentido.

 

—¿Qué no tiene sentido?

 

La habitación se volvió más fría en un instante. Envolví fuertemente a Rere en mis brazos en caso de que sintiera frío. Mientras tanto, el rostro del Duque Arvida estaba tan arrugado que se veía horrible.

 

—...Salgamos de aquí primero. ¡Sígueme, Astra! No toleraré ninguna rebelión, incluso si eres mi hija.

 

¿Fue debido a mis palabras o debido a la atmósfera fría que sentí hace un rato?

 

Astra fue arrastrada por su padre, mientras nos miraba. Después de observar en silencio, finalmente me senté en el sofá una vez que se fueron.

 

—Finalmente…

 

—Que intente venir de nuevo, ¡Les pisaré los pies!— Dijo Rere frunciendo los labios mientras estaba en mis brazos.

 

—¡Si no fuera por mi Gran Conejito, los habría golpeado!

 

—¿En serio? Entonces, Rere debería darles una lección la próxima vez.

 

En ese momento, Rere se dio la vuelta y me miró a los ojos. La pequeña mano de la niña me acarició la mejilla con cuidado.

 

—Tu mejilla está roja. Está inflamada. ¡¿Qué tan fuerte te golpeó?!

 

—Estoy bien. ¿Qué deberíamos jugar ahora?

 

—...¡Ya no voy a jugar!

 

—¿Qué?

 

—Me voy a la cama. Si el Conejito finge estar bien, entonces me voy a dormir ahora. — Rere sonaba decidida.

 

—Vamos, tengo sueño— dijo, bostezando.

 

—¿E-En serio?

 

—Sí, así que deja de hablar, y sígueme. — Dijo Rere que volvió a bostezar, y me apartó. No tuve más remedio que dejar mi asiento y seguirla.

 

Normalmente, habría salido así, sin más, pero el Duque me habría molestado más tarde, así que, me detuve y lo miré primero.

 

—Volveremos a la habitación ahora.

 

Pensé que iba a decir algo, pero no hubo respuesta. Solo miró de reojo con una cara llena de preocupaciones.

 


***

 

Mientras las dos se dirigían a la habitación de Rebecca, el Duque Arvida obligó a Astra a subir al carruaje y regresar a su residencia.

 

—¡Padre! ¡Qué demonios es esto! ¡¿Por qué terminó de esta manera?!— Gritó Astra, quien fue forzada a subir al carruaje por su propio padre hasta el punto de que sus brazos quedaron rojos.

 

—Eres mi preciosa hija, pero siempre te he dicho que además debías ser una persona útil.

 

—Como dijo mi padre, quería ser una persona útil, y por eso traté de convertirme en Duquesa. Me apoyaste en ese entonces, pero ahora que me convertí en una, ¿qué sucede contigo?

 

***

 

Traducción: Pali Rojas

 

Notas:

 


¡Espero que hayas disfrutado la lectura!, nos vemos en el siguiente capítulo.

Capítulo 41

Me Convertí En La Madrastra De Una Familia Irremediablemente Oscura - Novela

06/27/2023

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