Sin embargo, su forma era completamente diferente a la mía.
—Está bien, no tienes que hacer eso. Puedo comer junto con Rere…
—No tienes que sentirte agobiada. Aún no he comido tampoco.
—...¿No me digas que aún no has comido?
No hubo respuesta. El Duque solo hizo señas a sus sirvientes para que preparara la comida.
—Bien, podemos comer aquí todos juntos.
Antes de que terminara de responder, la mesa larga ya estaba colocada convenientemente en la habitación de Rere, y los sirvientes salieron rápidamente para traer la comida.
—Si Rere quiere…lo haré. ¿En verdad estás de acuerdo, Rere?— No haría esto si no fuera por ella. Hablando con sinceridad, pensar en compartir una comida con él me daba náuseas. Pero tuve que aceptar porque era algo que la niña había pedido.
—Entonces, continúen.
Los sirvientes, que habían dejado de trabajar por un momento, a la espera de mi respuesta, llenaron rápidamente la larga mesa. Mientras tanto, el Duque trató de forma sigilosa sentarse en el asiento en la cabecera, pero Rere corrió con rapidez y ocupó el lugar.
—¡Este es el asiento de Rere!
—Está bien, se hará lo que Rere quiera.
—¡Hurra! ¡Se siente genial!
Me senté a su lado, mirando cómo sus mejillas parecían a punto de estallar.
—¿Tanto te gusta?
—¡Sí! Todos están aquí. ¡Lo amo!
Le sonreí al ver su emoción, mientras ella balanceaba sus diminutos pies de un lado a otro.
—Rere. Parece que últimamente te gusta pintar.
En ese instante, los pies de la niña dejaron de moverse abruptamente.
—Ah, no, eso es…a Rere no le gusta pintar…
—Siéntate libre de hacerlo.
La boca de Rere se volvió redonda de sorpresa, después de murmurar como si no supiera qué excusa poner.
—¿P-Puedo pintar? ¿En verdad puedo?
—Sí. ¿Sabes por qué papá no te dejaba pintar?
—...Sí, algo…—Murmuró para sí misma la niña, mientras el Duque se inclinó con la barbilla apoyada en su mano.
—A tu madre le encantaba pintar. Su cuerpo era débil, así que solía pintar en su habitación todo el tiempo.
Así que el Duque era alguien que podía mostrar esa clase de mirada. Cualquiera podía ver la desesperación en sus ojos. Tal vez, amaba demasiado a su esposa.
—Es por eso que no te lo permití, ya que tu cuerpo tampoco está bien. Tengo miedo de que sigas los pasos de tu madre.
—¡No! ¡Rere es fuerte! A veces, Rere se enferma…¡pero Rere, al final, mejorará!
Los ojos del Duque se habían vuelto más desamparados que antes. No había medicina que pudiera curar a Rere, esa era la trama predeterminada de la novela.
No hubo una forma clara de salvar su vida, hasta que fue finalmente asesinada por otros.
“Juro que la salvaré. No puedo detenerme y dejar de intentar salvar a mi hija”
El Duque también haría todo lo posible para encontrar una manera. Tanto en la novela, como ahora. Pero el hecho de que no pudiera encontrar la cura hasta en aquél entonces, significaba que el panorama era desesperanzador por ahora.
No puedo entender, ¿por qué no puede averiguar la causa de su enfermedad?
No podía creer que un Duque tan capaz no pudiera curar la enfermedad de su hija. A pesar de que era un hombre con tanto dinero y una mina de piedra de maná, ¿por qué no puede hacerlo?
Así que miré al Duque. Claramente no podía ocultar sus ojos tristes, porque tenía tantas preocupaciones, como yo.
—Sí, nuestra Rere debe mantenerse fuerte y saludable, así que comamos.— Sus fríos ojos se suavizaron. No sabía si era porque estaba frente a su hija o porque sabía sobre el futuro de la niña, pero mi corazón se hundió un poco.
Esos ojos parecían conocer el futuro. Extrañamente, me molestó.
—¡Sí! ¡Comeré mucho de ahora en adelante!
Rere se llenó la boca de comida con entusiasmo.
Basta, suficiente. Un niño solo necesita crecer como uno, y dejar que los adultos resuelvan el problema de salud.
—Ya sé que soy bonita, pero el Conejito y papá también deberían comer.
—¿Eh?
—Incluso si no me miran así, sé que soy bonita.
Tanto el Duque como yo nos quedamos boquiabiertos ante la repentina declaración de la niña.
—”Sé que todos me miran porque soy bonita. ¿Se quedaron ambos sin palabras porque los atraparon mirándome?
Después de una larga pausa, finalmente nos echamos a reír.
—Sí, es porque Rere es demasiado linda.
—¿Qué hay de papá? ¿Es solo el Conejito quien piensa eso?
—No. Nuestra Rere es bonita y encantadora.
—Por cierto…papi, ¿quieres mucho a mi madre?
—¿Tu madre?
—Sí, ¿por qué estaría hablando de la madre de otro niño?
El Duque sonrió y puso un pequeño trozo de carne en rodaja en el plato de Rere.
—La amo más que a nadie.
—¿En verdad? Entonces, también deberías amar a nuestro Conejito de la misma manera. ¿Sí? Honestamente, es una pérdida para nuestro Conejito estar con papá, pero me gustaría que mi familia dure por mucho tiempo…
—...¿Qué? ¿Es una pérdida estar con tu papá?
—Por supuesto. Tienes una mala personalidad, y tampoco eres tan guapa. Por otro lado, nuestro Conejito es bonito y encantador. Eso no es todo. También es tontamente amable y me trata muy bien. Me preocupa que se vaya a quedar con papá.
Ni el Duque ni yo pudimos ocultar nuestra vergüenza. En particular, el Duque parecía más desconcertado.
—Rere. Incluso si me veo así, soy bastante popular afuera, ¿sabes?
Rere solo sonrió al Duque que no quería perder.
—Es gracioso.
—Rere…cómo puedes burlarte así de papi.
—Siendo honesta, papá no es la gran cosa. Si pudiera elegir, elegiría a Luca en lugar de a papi.
—...Pero papi es mejor en otros aspectos.
—¡Oh! ¡Lo tengo! ¡Conozco el lado bueno de papá!
Las expectativas del Duque subieron más que nunca.
—Papi es rico.
—¿Rico y…?
—Sip.
—...
—¿Qué esperabas? Papá no tiene conciencia de todos modos. La conciencia de papi es como basura esparcida en el suelo, así que no esperes nada más.— Dijo, mientras me daba la carne que el Duque le había dado antes.
—El Conejito debería comer esto.
—Rere debería comer más que yo. Hablando de eso, Rere, ¿no acabas de decir que mamá es bonita, encantadora y amable?
—...Solo estoy hablando de la realidad. Caray, parece que no puedo decir nada. Dejemos de decir tonterías y comamos.— Dijo Rere, e inmediatamente engulló la carne. Me quedé sin palabras por su comportamiento, pero no importaba mientras ella fuera feliz.
La niña parecía más feliz que nunca. Por supuesto, me sentí preocupada porque no podía escuchar más sobre la historia de su madre, pero no quería arriesgarme a lastimarla, no cuando aún no estaba lista para hablar sobre ello. Estoy segura de que Rere se abrirá a mí algún día.
Porque tengo fe en ella.
La comida transcurrió mejor de lo que esperaba. Justo cuando pensaba que se serviría el postre, el Duque echó ligeramente su silla hacia atrás.
—Tomemos el té afuera. Hay un columpio en un árbol del jardín. Es el lugar favorito de Rere.
—De ninguna manera, ¿el jardín de rosas?
—Así es.
—¿En verdad? ¿Realmente puedo ir allí? Pero a papá no le gusta si voy allí…
Por un momento, pude ver el dolor resurgir en la mirada del Duque. Sus ojos rojos, que siempre encontraba molestos, estaban llorosos y parecían vulnerables. Algo debe haber pasado en ese lugar.
—Si puedes. No puedo prohibírtelo para siempre.— Después de que el Duque diera un profundo suspiro, se levantó de su asiento y tomó la mano de Rere.
—Vayamos juntos.
—¿En serio? ¿En verdad? Papá, te estás comportando raro. ¿No te habías enojado cuando fui allí la última vez?— Aunque Rere pensaba que algo andaba mal con la situación actual, se levantó de su asiento. Estaba tan emocionada que daba saltitos alrededor.
—¿De verdad vamos allí? No te enfadarás, ¿verdad?
—Por supuesto.
—...¿Qué tipo de lugar es ese que no dejarías que Rere fuera allí?
—Es el jardín de rosas que decoró la madre de Rere.
—¿Has decidido hablar de ella a partir de ahora?
En ese momento, antes de que él pudiera responderme, fui arrastrada por una emocionada Rere.
—¡Apresúrate!
—Rere, ve más despacio.
Entonces el Duque, que nos estaba mirando, dejó escapar en un pequeño susurro.
—He decidido enfrentarlo. Solía evitarlo…pero ahora sé que debería hacerlo por ti, gracias.
—¿Qué dijiste, perdón?
—No es nada, vamos.
Me preguntaba si realmente lo vi sonreírme. Podría ser una ilusión, pero sus ojos eran tan dulces como cuando miraba a Rere.
Quise preguntar por qué el hombre que solía echarme y hacerme un berrinche, me miraba ahora con ojos tan dulces y amables, pero Rere ya me arrastraba lejos de él.
—Rere, ¿tanto te gusta?
—¡Sí! Conejito, tú nunca vas allí, así que no tienes idea. El jardín de rosas es realmente hermoso. Hay tantas flores y columpios en los árboles. ¡Incluso hay un tobogán!— La niña estaba tan emocionada, que caminaba lo más rápido que podía.
¿Cuánto tiempo caminé? El lugar al que me enfrentaba en este momento era extraordinario. Estaba repleto de rosas.
—Guau…
—¿Qué dices? ¿No es bonito?
***
Traducción: Pali Rojas