Rere ya había corrido hacia el rincón apartado del jardín de rosas antes de que pudiera detenerla. Parecía un cachorro emocionado al ver una nevada inesperada.
—Mírate, tan feliz.— Quizás era porque esta era la Rere más brillante que había visto en mi vida, que mi sonrisa se hizo más grande. Un paso después, también miré alrededor del jardín de rosas.
Había un pequeño estanque acogedor. Como dijo Rere, también había toboganes y columpios. Las enredaderas de rosas giraban espléndidamente sobre una rama oscilante. Sonreí, encantada, y seguí a la niña.
—Es, en verdad, un jardín de rosas.— El arco decorado con rosas, que era similar al de un salón de bodas, acentuaba su belleza. Mientras estaba deslumbrada por el jardín, simple pero estéticamente agradable, el Duque se me acercó.
—Quería mostrarte este lugar.
Qué raro. Su cálida y amistosa sonrisa me recordó a Luca.
—...¿Por qué?
—¿Por qué? Porque es el lugar más hermoso del castillo.
No, quiero decir…¿por qué me miras así?. Sin embargo, él tomó mi pregunta de manera diferente.
—Va mejor contigo.
—Sabes muy bien que esas palabras no cuadran contigo.
—¿En serio?
Antes de que pudiera responder, algo arremetió contra mi pierna y me golpeó.
—¡Conejito!
—Oh, Rere.
—Caray, ¿cuánto tiempo tengo que esperarte? Estoy viéndolo todo solita porque papá y mi conejito están teniendo un intercambio de amor. El jardín es más bonito, ¿sabes?
—¿De amor? Rere, estás malinterpretando.
Ya lo he dicho. Este tipo no es de mi estilo. Incluso si muero y renazco varias veces, no quiero tener nada que ver con él.
“Eso no significa que quiera morir…”
—Es comprensible. Tampoco querría tener nada que ver con papá. Papá no es atractivo.
El Duque resopló como si estuviera molesto, pero luego se encorvó y abrazó a Rere.
—Papá ya es atractivo por el simple hecho de existir, Rere.
—Esa es la cosa más divertida que he escuchado últimamente. Mira, papi, hay un dicho que dice que la gente necesita conocer su lugar.
—Rere, ¿Dónde aprendiste a decir esas cosas?
—Oh, los aprendí cuando el Conejito estaba leyendo libros extraños a mi lado. De todos modos, ese no es el punto. ¡Papá! Necesitas saber tu lugar. ¡Un hombre casado con una hija no puede vivir con mi Conejito!
El rostro del Duque se puso visiblemente rígido.
—Rere, es cierto que papi es un hombre casado con una hija, pero…ahora…
—¡¿Ahora qué?! Dios…qué frustrante. ¡Es por eso que sigo queriendo cambiar a mi papá!
—...¿C-Cambiar a tu papá…?
Esa fue la mejor expresión que he visto de él. Asentí a toda prisa, mientras lo veía ser derrotado por Rere.
Suspiré. Supongo que por eso a la gente le gusta la sidra. Incluso una persona frustrante como el Duque, que solía empujar mierda por la garganta de la gente cada vez que aparecía, puede ser golpeado duramente por Rere.
—¡Sí! Renuncié, porque papá ha vuelto en sí, pero la idea original era cambiar a papá. ¡Quería intercambiarlo por Luca!
—...¡¿Quieres cambiar a tu papá por Luca?!
—¡Sí! ¡De todos modos son parecidos! Además, Luca es muy amable con mi conejito, y creo que ella siente algo por Luca.
En ese momento, tanto la mirada de Rere como la del Duque se volvieron hacia mí. Rere había estado actuando muy seria frente al Duque, pero rápidamente hizo un puchero cuando me vio.
—¿Tengo razón, conejito?
—¿Te…gusta Luca?
—¿Bueno, y por qué no podría?
Lo dudaba, pero me pareció ver el rostro del Duque endurecerse ligeramente ante mis palabras.
Qué ridículo.
¿Por qué está haciendo esa cara? La gente pensaría que la persona que le gustaba lo dejó.
—Te lo dije, por eso deberías ser amable con mi conejito. ¡Igual que Rere!
—...¿No como Luca, sino como Rere?
—¡Sí! He estado haciendo un gran trabajo siendo amable con mi conejito. ¡Dándole comida sabrosa, elogiándola, y acariciando sus mejillas! ¡También estoy durmiendo a su lado en caso de que tenga alguna pesadilla! Por eso, tienes que trabajar duro, papi, o el conejito se te escapará.
Me pregunto si Rere se dio cuenta que la cara del hombre que la sostenía estaba arrugada como la mierda. Tal vez porque sintió mi mirada, rápidamente la desvió y trató de cambiar de tema.
—De todos modos, este lugar al que Rere siempre ha querido venir no tiene nada de especial excepto que hay muchas rosas.
—Entonces, ¿por qué me prohibirías venir a un lugar que no es tan especial?
—...Te lo voy a decir ahora. Este lugar era el favorito de tu madre biológica.
—¿Por qué papá solo habla de mi mamá que ya no está? Papá es raro.— Rere hizo una mueca como si no quisiera oírlo.
—Déjame.
—Rere.— Al igual que su viejo hábito, el Duque sostuvo a la niña con más fuerza en sus brazos. Agarré su mano y negué con la cabeza.
—Ella no quiere. Todavía no está lista para aceptarlo, así que, ¿realmente necesitas decírselo ahora?
—No es todo…
—Entonces espera hasta que ella esté lista para aceptar la verdad.
En el pasado, él hacía oídos sordos a mis palabras, pero esta vez el Duque solo murmuró y bajó a la niña al suelo.
—Rere, esto es lo que quiero decirte. Eres lo más valioso en el mundo. Tu madre siempre estuvo feliz de esperarte aquí.
—...Pero ella murió, sin decir nada.
—Eso es porque…
—Si ella realmente me amaba, entonces, ¿por qué no me dio un nombre? Si ella realmente me esperó, ¿por qué no dejó una sola carta?
—Porque…
Pero antes de que el Duque pudiera terminar, Rere corrió a mis brazos y me abrazó.
—El presente es más importante. Mi mamá actual es más importante. Por eso…¡deja de hablar de eso o me enfadaré!
A pesar de ser más madura que los niños de su edad, Rere todavía tenía 5 años. Estaba en la edad en que odiaba a su madre por estar ausente, en lugar de comprender su muerte. Asíq eu la abracé, cálidamente.
—Rere, ¿por qué no me muestras los alrededores?
—Sí mi conejito así lo quiere, debería hacerlo. Tch…que molesto, tengo que hacer todo. Entonces, vamos para allá. Conejito, nunca te has subido a un columpio, ¿verdad?— Rere recuperó la confianza y señaló hacia el columpio.
—Bájame aquí. Conejito, tú también deberías sentarte.
Parecía que habían agregado un cojín suave a la estructura de madera. Mientras tanto, Rere movía los pies de un lado a otro con entusiasmo. Una sonrisa se dibujó en su rostro una vez que el columpio se movió.
—Se siente bien, ¿verdad?
—Sí, quiero quedarme así y tomar una siesta.
—Entonces solo duerme. Acuéstate aquí y te daré palmaditas en la espalda.— Rere me empujó un poco hacia atrás y me palmeó suavemente el pecho.
—Ahí, ahí. Nuestro conejito grande debe dormir bien. Necesitas dormir bien para crecer. Silencio, silencio, mi gran conejito. Conejito, conejito, gran conejito.
—¿Qué canción de cuna es esa?
—La canción de cuna de Rere. Por cierto, conejito. ¿Quieres que te cuente un secreto?
—¿Secreto?
—Sí. De hecho, es la primera vez que me siento en un columpio. Papá me regañó la última vez. Por eso lo esperaba con ansias. Es tan bueno como pensaba…pero siento náuseas sentada aquí. Quiero parar.— Rere, con el rostro rígido, finalmente dio un salto para bajar. Esta vez, se acercó al tobogán. Su risa alegre se extendió por todo el jardín.
—Conejito y papá también tienen que venir aquí. ¡El tobogán es muy divertido!
—Te alcanzaré pronto, Rere. ¿Lo estás disfrutando?
—¡Si!
El Duque, que había estado observándonos todo el tiempo, se acercó.
—Parece estar disfrutándolo en verdad…
—¿Por qué no permitiste que ella viniera aquí?
—...En realidad, la madre de Rere estaba aterrorizada de tener hijos. Pero cuando dio a luz, realmente amó a la niña. Hizo este lugar para demostrarle cuánto la amaba.
—...No vas a contarle sobre la primera parte, ¿verdad?
Me miró intensamente, como si se preguntara por qué estaba preguntando algo tan obvio.
—No hay nada bueno en decir eso.
—Verdad, pero no puedes ocultarlo para siempre. Si no le dices eso, seguirás contando otras mentiras sobre la madre de Rere.— Enderecé mi cuerpo y continué— Ocultarlo no siempre es bueno. —La niña, eventualmente, sentirá curiosidad por sus raíces. Al igual que yo, que soy una niña nacida de una madre soltera.
Quería saber acerca de mi madre biológica y cuando no pude encontrar nada, estuve terriblemente decepcionada, sumergida en mis propios pensamientos. Pensé que mi madre me había abandonado, seguramente. Estaba tan desesperada y luché con ello durante tanto tiempo.
—Al menos, para Rere…— Espero que ella no sufra el mismo dolor que yo— No te estoy pidiendo que se lo digas ahora mismo, sino que se lo digas cuando esté sana y sea adulta.
—...Lo pensaré.
—No te limites sólo a decirlo. Piénsalo bien. Caray, qué poco atractivo.
—...¿Soy tan poco atractivo?
—¿Qué están haciendo ustedes dos? ¡Hasta cuándo me dejarán jugar sola en el tobogán!— Antes de que me diera cuenta, Rere abrió mis dedos uno por uno y puso una rosa violeta claro encima.
—Toma esto. Te queda bien, conejito.
—¿Es un regalo?
—No me malinterpretes. para empezar, no somos tan cercanas como para darnos un regalo. Déjate de tonterías y vamos a jugar en el tobogán. ¡Vamos, papá, conejito!
Nos miramos con el Duque, y nos acercamos al tobogán. Era bastante ancho, ya que originalmente estaba hecho para adultos. Fue divertido, en general. Por supuesto, el tipo aburrido, Duque Ian, se había distanciado de nosotras en medio de esto.
—Qué hombre tan aburrido.
—...¿Aburrido, dices?
—Eso es lo que honestamente pienso.— Rere, que me siguió deslizándose hacia abajo, levantó los dedos y los agitó.
—Ejem, de todos modos, hay algo que no he dicho antes.
—Conejito, estoy segura de que papá volverá a decir algo raro.
—¿Qué quieres decir? Tengo un anuncio que hacer. Tomaré oficialmente a Leona como la Duquesa de Petri.
—¿Qué…estás seguro de que quieres tomarme como tu esposa?
—¿No vas a rechazarlo, luego de lo que dijiste con tanta confianza el otro día, verdad? Estuviste genial cuando lo dijiste frente al Duque Arvida, que parecía un insecto.
***
Traducción: Pali Rojas