Odalisca
Capítulo 12
Mirándola con el ceño fruncido, se giró como si no quisiera decir nada más. Observando la espalda del Marqués, Liv de pronto recordó lo que había pasado hace cuatro días.
La pintura, Brad, el sirviente, la dirección.
“¡No puede ser posible…!”
El suave cabello sobre su nuca se erizó. Cuando se levantó y salió corriendo de la capilla, el Marqués ya se había subido a su carruaje. Dentro de un carruaje negro puesto en marcha, el Marqués parecía observar a Liv siguiéndolo, pero eso fue todo.
Liv miro el carruaje, que acababa de irse, levantando el polvo.
No era posible, seguramente debo estar equivocada.
Liv sacó el papel arrugado de su bolsillo. Cuando volvió a leer la dirección, su garganta se encogió como si se hubiera tragado un trozo de carbón caliente. Movió sus pasos con prisa.
***
Esto tiene que ser una pesadilla. Una pesadilla muy colorida, real, pero terrible.
Pensando en eso, Liv giro su mirada ansiosa. Ahí donde posara su mirada se encontraba lleno de objetos que parecían tener un gran valor. Las pinturas colgadas en las paredes, las esculturas dispuestas en intervalos.
El exterior se veía normal, pero el interior era literalmente un pequeño museo de arte. Incluso Liv, que no tenía el conocimiento necesario para saber reconocer una obra de arte, lo encontró extraño, el propietario debe ser un coleccionista. No sería un ordinario hombre de dinero si tuviera la capacidad de reunir suficientes obras para llenar un lugar de este tamaño.
“Lo siento, pero mi maestro se encuentra atendiendo otros asuntos, así que puede hablar conmigo en su lugar.”
El dueño de aquel lugar no salió, causándole vergüenza después de encontrarse sola, en una gran y elegante habitación, esperando. En su lugar, un hombre de mediana edad, supuestamente un empleado, vino y se colocó cerca de Liv.
Liv, que le echo un vistazo al atuendo del empleado que se encontraba de pie, agacho la mirada. Se desanimó sin motivo cuando vio su falda, llena de polvo y manchas.
Liv, que soltó un suspiro profundo, abrió tranquilamente sus labios.
“Antes que nada, me gustaría disculparme. Creo que podría estar muy molesto porque me he presentado tarde. No pude venir antes porque tenía asuntos que resolver.”
“Lo siento señorita. No estoy al corriente con la situación. Solo le estoy haciendo llegar el mensaje.”
“Entonces, por favor, dígale lo que le voy a decir, por favor. Lo siento mucho.”
Tal vez fue porque Liv había sonado desesperada, lo que provocó que el empleado asintiera y respondió lo siguiente.
“Bien”.
Después de inhalar profundamente, Liv exhalo y hablo de forma tranquila.
“Estoy aquí para decirle al dueño de este lugar que será difícil vender la pintura que tenía la intención de recoger hace cuatro días. Vine porque dijo que quería escuchar a la modelo aclarar la razón por la que no se vendería. Hay un elemento en la pintura que no se acordó entre el pintor y la modelo, así no que no pude evitar cometer esta falta de respeto.”
“Oh, ya veo.”
“En cuanto al precio de la pintura… será complicado regresar toda la cantidad por el momento, pero haré todo lo posible para que no sufra ninguna pérdida en absoluto. Así que…”
Mientras más hablaba, más bajaba su cabeza. Cuando intentó continuar, una voz fría intervino de repente.
“¿Qué es lo que hará para que eso no ocurra?”
El empleado inmediatamente inclinó la cabeza y se alejó.
Quizás porque era una escena que había imaginado muchas veces durante todo el camino hacia ese lugar. Enfrentar al Marqués fue más soportable de lo que imaginaba, él solo la miraba fríamente.
Por supuesto no lo suficiente como para que tuviera el valor de tratar con él tranquilamente. Solo significaba que al menos esto no se convertiría en un ratón ante la presencia de un gato como había ocurrido en la reunión anterior.
Liv, que se levantó con torpeza, dijo con urgencia
“Si me da tiempo, Brad y yo…”
El Marqués habló cínicamente incluso antes de que Liv hubiera terminado.
(T/N: Cínica es la persona que actúa de forma descarada rompiendo las normas sociales o la moral convencional.)
“El trato se ha cerrado.”
El color desapareció por completo del rostro de Liv, que ya de por si se encontraba pálido.
¡Brad, ese sujeto!
“Esa pintura incumple el contrato.”
“La disputa entre la modelo y el artista no es asunto del comprador.”
No estaba equivocado. Más aún si ya había recibido la pintura. Sin embargo, como la pintura estaba en manos del Marqués, Liv no podía irse así.
No mientras el marqués fuera lo suficientemente cercano como para entrar y salir de la casa de la familia Vendons y supiera que Liv era la tutora de su hija.
“¿No había mencionado que sería considerado cuando dijo que escucharía la razón por la que la modelo se negaba?”
“Lo hice. Y no fue la modelo, si no el artista quien se presentó aquel día.”
¿Incluso te atreviste a entregar la pintura ese día? ¡Brad!
“Incluso si tuviera que volver a reconsiderar la situación ahora…”
El Marqués, que lentamente entró en el salón, arrugó su frente y continuó.
“...quería hablar con la modelo, y por quien decidí proteger su identidad fue también por la modelo, ¿Así que bajo qué derecho solicita eso, profesora?”
Traductor: Valiz
Scan : Gremio de Hadas
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