Odalisca
Capítulo 13
No había emoción en su indiferente mirada. Liv, que lo miraba con ojos nerviosos, tartamudeó.
“Así que usted ya ha recibido la pintura.”
“La pintura puede ser una prueba de conjetura, pero no es una prueba de convicción.”
(T/N: Con la frase anterior quiere decir que él no puede dar por hecho que ella es la modelo de la pintura. A pesar de que Liv se presenta como tal.)
La réplica del Marqués fue suave e indiferente.
“¿Alguna otra forma de comprobar su relación con el artista?”
“Brad es testigo.”
“¿Cómo sé que ustedes dos no están intentando engañarme? Por lo que escuche, la modelo no quería mostrarse.”
¿Quién en esta ciudad se atrevería a engañar al Marqués Dietrion?
Sin embargo, aquellas palabras no persuadirían al Marqués. Él debe de estar pretendiendo no saber que Liv era la modelo. Quizás, le estaba diciendo de forma indirecta que renunciara a la pintura.
Pero ¿Cómo podría demostrarlo? La evidencia de que ella era la modelo había sido adquirida ya por él.
¿Y si la Baronesa Vendons y se presentaba en su casa? ¿O si alguien más venia y veía la pintura?
¿Y si se corría el rumor de que era una modelo que salía desnuda en una pintura y la dejaba sin la posibilidad de recibir una carta de recomendación?
“Si le muestro mi espalda, sabrá que somos la misma persona.”
Una voz que no lucía diferente a la de un susurro salió débilmente de sus labios.
“¿Sería eso suficiente?”
El Marqués solo la miró sin darle ninguna respuesta. Liv logró percibir el permiso a través de su silencio.
***
Aunque las cortinas estaban completamente cerradas, le tomó mucho valor quitarse la ropa en el amplio y elegante salón de la casa de otra persona.
Liv, que vio al Marqués sentado en el sofá mientras sostenía su barbilla con una mirada aburrida, se dio la vuelta. Sus temblorosos dedos se perdieron en los botones delanteros de su prenda, varias veces.
Fue capaz de desabrocharse los botones después de relajar sus manos un par de veces. Podía sentir como se aflojaba la parte superior de aquella pieza conforme avanzaba. Como no llevaba mucha ropa, su piel desnuda fue expuesta rápidamente.
No hacía frío en el salón, pero cómo se sentía fresco, encogió sus hombros. Puesto que se había quedado sosteniendo la parte superior de su prenda, si la soltaba, esta fluiría hacia el piso.
Lo bueno es que no tendría que quitarse toda la ropa. La pintura solo mostraba su espalda con ella sentada, así que sería suficiente con mostrarle solo la espalda, podría reconocerla. Respirando hondo, Liv cuidadosamente bajo su prenda.
No había nadie mirándola desde el frente, pero aun así se cubrió el pecho con sus brazos al sentirse consciente de la situación. Entonces, escuchó una voz que provenía de atrás.
“La postura.”
¿Me está pidiendo que haga la misma pose que en la pintura?
Liv, que había dudado por un tiempo, tocó su cabello atado con la punta de sus dedos. Cuando tiró ligeramente del lazo, su cabello castaño se aflojo sin demora, como si revoloteara por su espalda.
Liv recordó la petición que le había hecho Brad. No podía posar exactamente igual porque se había sentado en aquel entonces, ahora se encontraba de pie, aun así, hizo todo lo posible por recrear la misma posición.
Sin embargo, parecía que para el Marqués no era suficiente.
“En la pintura que recibí, no se ve esa postura.”
“No puede ser…”
Liv, que iba a decir que eso no era posible, repentinamente dejo de hablar. Mientras lo pensó, recordó que la pintura que había recibido el Marqués tenía una parte diferente.
Su rostro se ruborizo ante la vergüenza, pero Liv suprimió sus emociones cerrando sus ojos con fuerza para después abrirlos. La vergüenza fue breve, pero si cabía lo posibilidad de lograr persuadir al Marqués con eso, podría soportarlo tanto como fuera necesario
Liv giró su cabeza y miró hacia atrás, descansando su barbilla sobre su hombro. Se preguntaba si habría un signo de burla en el rostro del Marqués, pero sorprendentemente, él la mira con un rostro inexpresivo. Sin emociones, que incluso era difícil de creer que aquella mirada fría estuviera viendo el cuerpo desnudo de una mujer.
El de verdad se encontraba juzgando si ella era la modelo en la pintura.
Cuando se dio cuenta, la vergüenza se desvaneció, por alguna extraña razón. Sus temblorosos ojos verdes también se relajaron. Liv se enfrentó a la mirada distraída del Marqués.
La mirada, que lentamente se elevó a lo largo de la columna vertebral desde su delgada cintura, alcanzó sus suaves hombros, los brazos y su cabello desordenado. Luego, se deslizó hacia abajo a lo largo de los dedos que se enredaban en su cabello, hasta los tranquilos ojos verdes, la nariz recta, los labios cerrados y la barbilla colocada sobre el hombro. Y luego se dirigió a sus ojos otra vez.
Cuando sus ojos se encontraron, los labios del Marqués, que habían permanecido cerrados formando una línea recta, se movieron lentamente.
“Puede volver a ponerse su ropa.”
Se sintió aliviada con esas palabras, así que cuando bajó el brazo, el lazo se quedó atrapado en su dedo y se cayó. Su cabello ondulado revoloteo por su espalda. El Marqués, que observó el lazo, levantó su cuerpo.
“Toca la campana en la mesa cuando termines de vestirte. El sirviente te mostrará mi oficina.”
No fue hasta que la puerta del salón se cerró y ella se quedó sola que Liv se dio cuenta de que no estaba respirando correctamente. El aire en su piel desnuda había dejado de sentirse fresco.
Traductor: Valiz
Scan : Gremio de Hadas
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