Odalisca
Capítulo 26
Afortunadamente, los rostros del Barón y de su esposa no parecían reflejar que el Marqués Dietrion hubiera dicho algo malo. Si hubiera mencionado a Liv, la Baronesa la habría buscado.
"Yo también debería irme."
Liv habló con Camille con voz cansada. Camille amablemente le deseó lo mejor hasta la próxima vez, y no fue hasta que se fue de la mansión que Liv se relajó.
Fue una fiesta a la que asistió para celebrar el cumpleaños de Millian, pero todo lo que había dejado a su regreso era un corazón inquieto a causa del Marqués Dietrion.
***
Poco después del cumpleaños de Millian, llegó una carta de la Baronía de Vendons.
Era una carta diciendo que Millian estaba muy enferma y que no podría continuar con las clases por un tiempo. Escribió de regreso la semana pasada, preocupada por Millian, deseándole una pronta recuperación.
Como Liv no tenía idea de cuándo se reanudarían las clases, le fue difícil encontrar un trabajo secundario. Con el fin de hacer uso de su tiempo libre de alguna manera, Liv estuvo deambulando por la ciudad durante días con tal de conseguir algunos trabajos como costurera.
No ganaba mucho dinero, pero era mucho mejor moverse que sentarse.
"Liv..."
Liv, que estaba ocupada preparándose para salir de nuevo hoy, miró hacia atrás con una expresión curiosa. Coryda, pálida, dudo al mirar a Liv.
"¿Sí?"
"Bueno, el tío Pommel vino cuando tú no estabas."
Al oír el nombre de Pommel, Liv hizo un gruñido reflexivo.
"Iba a reunirme con él hoy de todos modos. Debería haberlo resuelto antes, estuve distraída."
"Sí, y..."
Coryda, inquieta con sus manos, bajó la mirada y dijo con cautela:
"Ya no tengo... medicina."
Liv se congeló. Como Liv se encontraba a menudo lejos de casa por una razón u otra, Coryda tomaba su medicina por su cuenta. Como resultado, Liv, al no poder prestarle atención, con el pasar de los días no pudo darse cuenta de que a Coryda se le había agotado su medicina.
Liv le acarició la cabeza como disculpa.
"¿Desde cuándo?"
"No tiene mucho tiempo."
Significaba que estuvo soportando el dolor sin medicamentos durante días. Liv ahogó un suspiro y abrazó a Coryda con fuerza.
"Lo siento. La compraré enseguida."
"¡No es urgente, Liv!"
"Espera un segundo. Vuelvo enseguida."
La palabra "urgente" en el estándar de Coryda y según su condición, significaba ser lo suficientemente mala como para que vomitara sangre. Y cuando lo mencionó, fue una señal de que ya estaba en peligro.
Liv se llevó todo el dinero que le quedaba y se fue de la casa. A excepción de la cuota de alquiler adicional para Pommel, todo el dinero se utilizaría en la medicina.
Liv se preguntó si debería pedirle a la Baronesa Vendons si podría darle su salario un poco antes.
Oh, si no hubiera comprado el regalo de cumpleaños de Millian, podría haber durado unos días más.
Liv, que se encontraba ocupada caminando por un callejón estrecho y sucio, calculó sus gastos de vida mentalmente y sonrió amargamente ante el pensamiento que le vino a la cabeza.
Era una idea muy vergonzosa y mezquina.
Lamentó sus circunstancias puesto que ni siquiera podía permitirse el lujo de celebrar el cumpleaños de la estudiante a la que le estaba enseñando, pero como no había manera de salir de esa dificultad de forma inmediata, siguió buscando a alguien a quien culpar. Sabiendo que nadie tenía la culpa.
En todo caso, todo se debía a ella. Debería haber revisado la medicina de Coryda por adelantado, pero la descuidó recientemente con el pretexto de estar ocupada.
"¡Hola! ¡Hace mucho que no te veo, Liv!"
La farmacia no estaba lejos de su casa. Cuando estuvo eligiendo un hogar donde vivir, deliberadamente buscó uno con una farmacia cercana para poder ir y comprar medicamentos cuando lo necesitara. Aunque el nivel era obvio, el barrio en el que vivía ahora era el más barato en Buerno.
Liv sonrió y saludó al dueño de la farmacia, quien le dio una cálida bienvenida.
"Hola. Quiero comprar algo de medicina."
"Bueno, me preguntaba por qué no habías venido."
El dueño de la farmacia sonrió con humor y sacó la medicina de manera familiar. Liv siempre compraba la misma medicina, así que no necesitaba una receta. Mientras se encontraba empacando la medicina, de repente habló.
"¿Sabes qué? Hubo un nuevo anuncio de drogas en Dominian."
"¿Una nueva droga?"
No era exagerado decir que el Instituto de Investigación Médica de la Academia Dominian era el distribuidor de medicamentos en todo el continente. Si el nuevo medicamento se anunciaba allí, era probable que se comercializaría pronto.
"Así es. Por lo que he oído, podría ser genial para niños como Coryda. ¿Por qué no lo compruebas?"
"¿El nuevo medicamento también se distribuirá aquí?"
"Desafortunadamente, no creo que vayamos a ver el nuevo medicamento llegar a esta remota farmacia."
La medicina que Coryda estaba tomando era una medicina que mantenía su cuerpo en un nivel donde no empeoraría. Pero si tan solo existía la posibilidad de que hubiera una medicina que curara su enfermedad...
Traductor: Valiz
Scan : Gremio de Hadas
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