Odalisca

Capítulo 29

"He oído que le dijo a Brad que parara todos sus otros trabajos... mientras trabaja en la pintura para usted, mi señor." 

 

Lo oyó cuando le sugirió a Brad que trabajara en otra cosa. 

 

Brad miró a Liv con una mirada perturbada en su rostro y le informó que había una cláusula en el contrato que había firmado en la que estipulaba que no pintaría otro cuadro hasta que el trabajo estuviera terminado. 

 

También significaba que no podía ganar ingresos adicionales como modelo hasta que terminaran la pintura para el Marqués. 

 

Eso fue todo un enigma para Liv. Si trabajaba en la pintura para el Marqués además del tiempo que pasaba como tutora de la Familia Vendons, solo tendría unos días libres. No había muchos lugares que contrataban a gente que solo iría a trabajar unos días a la semana. 

 

El Marqués, que Liv pensaba que se iría, la miró. Tenía una expresión fría que Liv ya había visto muchas veces. 

 

Liv, que había hablado desesperadamente, entró en razón como si hubiera sido golpeada por agua fría en cuanto vio el rostro del Marqués. Su rostro se puso rojo de vergüenza. Desviando la mirada con prisa, Liv divagó. 

 

"Perdóneme, mi señor. Eso fue un desliz. No me encuentro en una buena situación en este momento... le agradecería si pudiera darle a Brad un poco más de tiempo para que pueda terminar el trabajo rápidamente." 

 

Liv no podía soportar mirar al Marqués e inclinar la cabeza aún más. 

 

Debió haber enloquecido por un minuto. Debió haber estado tan desesperada que incluso olvidó quién era el hombre frente a ella y escupió tonterías. 

 

Una ola de vergüenza y ansiedad se apoderó de ella. 

 

¿Qué debo hacer si mi descaro molesto al Marqués? 

 

¿Qué debo hacer si el tiempo de trabajo de Brad aumenta? 

 

Mientras Liv giraba los ojos nerviosamente, apareció un pañuelo cuidadosamente doblado. Presumiblemente del Marqués. Dejándola preguntándose: si es un hombre que prestaría un pañuelo a una mujer llorando, entonces... 

 

Una esperanza desesperada surgió de las profundidades de su corazón. 

 

Tal vez ese hombre realmente lo dijo por lástima y sin ninguna intención oculta. 

 

"Profesora, ¿Quiere un trabajo extra?" 

 

Liv miró al Marqués con el rostro pálido. Seguía indiferente, con una mirada altiva. 

 

"Le pagaré muy bien." 

 

Probablemente estaba preguntando si quería trabajar más después de la sesiones de dibujo. Liv solo abrió los ojos de par en par porque no podía responder a la repentina oferta del Marqués. Como si entendiera su sorpresa, el Marqués se alejó despreocupadamente. 

 

"Recuperaré ese pañuelo con su respuesta." 

 

Los pasos firmes resonaron a través de la capilla. Liv, mirando en blanco la espalda del Marqués mientras se alejaba, palpó a tientas su rostro. 

 

Las lágrimas en sus mejillas estaban casi secas. 

 

*** 

 

El pañuelo fue colocado sobre el viejo escritorio. 

 

No lo uso. Prefirió empaparse sus mangas, ya que ni siquiera podía permitirse soñar con usar ese pañuelo tan elegante. 

 

Pero solo porque no se había usado, no parecía razonable devolverlo. Por lo tanto, Liv se preguntaba si debía lavarlo. Agonizaba mientras se preguntaba si la tela se dañaría después de lavarla con un jabón barato. 

 

Los suministros entregados a las casas aristocráticas no eran de la misma calidad que la gente como ella utilizaba, incluso si era solo una barra de jabón. Se preguntó si sería más grosero lavarlo y devolverlo. 

 

"Liv, ¿Quién te dio ese pañuelo?" 

 

Coryda hizo la misma pregunta todo el tiempo con un rostro curioso. Liv podía sentir su firme y fuerte voluntad de saber quién era el dueño de aquel pañuelo. 

 

Eso hizo que Liv suspirara. 

 

"Te lo dije. La persona solo me lo prestó, no me lo dio. Voy a devolverlo." 

 

"¿Entonces quién te lo prestó?" 

 

"Una persona de buen corazón." 

 

A pesar de decirlo, Liv lo encontró un poco divertido. Una persona de buen corazón. ¿Demus Dietrion era realmente una persona de buen corazón? 

 

"¿Quién es el caballero de buen corazón que le dio a mi hermana un pañuelo?" (N/T: Jajaja, exigimos respuestas.) 

 

Ella no había dicho nada sobre el dueño del pañuelo siendo un caballero, pero Coryda ya tenía una sonrisa astuta en su rostro que decía que lo sabía todo. Liv miró fijamente a Coryda. 

 

"Coryda." 

 

Fue una suerte que no hubiera un emblema o letras relacionadas con la familia del Marqués en el pañuelo. 

 

Si fuera un pañuelo con un nombre bordado, no se lo habría prestado en primer lugar. Podría involucrarse en un escándalo vulgar si hiciera eso. 

 

Sin embargo, le preocupaba que la calidad del pañuelo fuera demasiado buena. Mientras que Coryda solo se centró en el hecho de que alguien le prestó un pañuelo porque no lo sabía bien, era fácil para la gente con buenos ojos inferir que el propietario del pañuelo era un aristócrata. 

 

Liv estaba decidida a devolverlo lo antes posible. 

Traductor: Valiz

Scan : Gremio de Hadas

 

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