Odalisca

Capítulo 30

"Liv. Tienes que decirme si sales con alguien, ¿Sí?" 

 

"Eso no sucederá, Coryda." 

 

"Eres bonita, inteligente y genial, ¡Así que debe haber mucha gente a tu alrededor que esté enamorada de ti!" 

 

Frente a los brillantes ojos de Coryda, Liv sostuvo su frente y agitó la cabeza. 

 

"La medicina debe estar funcionando porque desprendes mucha energía. Qué alivio." 

 

"No rechaces a todos solo porque pienses en mí, ¿De acuerdo?" 

 

El tono preocupado de Coryda hizo que Liv se detuviera. 

 

Las preocupaciones de Coryda eran razonables. Esto se debía a que se había reunido varias veces con hombres que mostraban un ligero interés en Liv, pero mostraron renuencia cuando se enteraban de que cuidaba de su hermana enferma. 

 

Nunca se lo había contado a Coryda, pero su ingeniosa hermana rápidamente notó la situación y se sintió triste. Fue la razón por la que fue capaz de decirle firmemente al propietario de la farmacia que no organizara una reunión para ella nunca más. 

 

Había pasado un tiempo desde que Liv había sido presentada a un hombre, pero Coryda siempre tenía ese tema en su mente. Ella también parecía estar preocupada por Liv al no ser presentada ante nadie más. Liv se había esforzado por explicarle a Coryda que había pasado la edad para casarse, pero no sirvió de nada. 

 

"Porque yo estoy bien..." 

 

"No es por ti. Solo no me interesa. Así que dejemos de hablar de este inútil asunto." 

 

El pañuelo parecía haber estimulado la imaginación de Coryda. Liv sabía que debería estar feliz de que Coryda, que siempre estaba en casa, pudiera mostrarse muy alegre, pero no le gustaba el tema de conversación. Liv cogió el pañuelo con una mirada distante en su rostro. 

 

Coryda parecía haberse hecho una idea equivocada porque estaba mostrando miedo ante un pañuelo. 

 

Liv decidió lavarlo primero. El Marqués seguramente sabía de su situación, por lo que no se sorprendería ni se ofendería por el uso de jabón barato. 

 

Y la propuesta del Marqués para el 'trabajo extra' 

 

"Y, Coryda. El trabajo del que te hablé el otro día. Me temo que llegaré a casa un poco más tarde porque tengo más trabajo que hacer." 

 

"¿En serio? ¡Debes ser buena en el trabajo!" 

 

"Sí, supongo que sí." 

 

Liv no tuvo opción en primer lugar. Aunque no escuchó los detalles del trabajo, fue una propuesta con una respuesta ya decidida. 

 

Liv se giró hacia la habitación de lavado, agarrando el pañuelo con fuerza. 

 

*** 

 

El trabajo tampoco duró mucho hoy. 

 

El artista organizó las herramientas de pintura con una cara resignada como si ya se hubiera acostumbrado al ruido de una persona interrumpiéndolo cuando se concentraba en el trabajo. Hoy, al menos, fue capaz de mover sus manos afanosamente y comenzó a colorear en serio. 

 

Demus miró el lienzo, luego movió la mirada hacia la mujer, que estaba un poco más lejos, vistiendo su ropa en silencio. La piel blanca desapareció a lo largo de las manos hábiles y rápidas. Demus se humedeció ligeramente los labios con su lengua y abrió sus labios. 

 

"Me gustaría hablar con la modelo por un momento, así que váyase en el carruaje primero." 

 

"¿Perdón? ¿Con, con Liv?" 

 

El artista observó a Demus con una expresión de desconcierto en su rostro, y luego asintió con la cabeza, sorprendido. Él respondió: "Entendido, mi Señor," varias veces, y rápidamente juntó sus cosas y salió del estudio. 

 

Liv, que miraba la espalda del artista como una niña viendo a sus padres irse, tragó saliva. Su rostro nervioso lucía pálido. 

 

En lugar de decirle algo, Demus salió del estudio. Era porque el fuerte olor a pintura le hacía palpitar la cabeza y le daban náuseas. El estudio era ventilado y aseado con frecuencia, pero era inútil. El olor de la pintura en el estudio se hacía cada vez más espeso, y Demus aguantaba cada vez menos. 

 

Era un verdadero problema. 

 

Demus de repente se cansó de ese asunto. Sin embargo, su irritación se calmó ligeramente cuando escuchó pasos que venían detrás. Ese cuerpo, aunque, bueno. 

 

Le ha gustado mucho. 

 

A pesar de que Demus no se molestó en decir nada, Liv lo siguió en silencio. A Demus le gustó el rápido ingenio de la mujer. Además, el hecho de que no hiciera un ruido fuerte cada vez que se movía, y su débil presencia, apenas perceptible, no era tan malo. 

 

Liv, a diferencia de la mayoría de la gente, no se esforzaba por llamar su atención. Más bien, parecía tratar de mantenerse fuera de la vista de Demus de alguna manera. 

 

Desafortunadamente, a pesar de sus esfuerzos, era una persona sobresaliente. 

 

"Prepara el té." 

 

Entrando en el salón, le ordenó al sirviente y se sentó casualmente en el sofá. Liv, que lo había seguido hasta el salón, dudó un momento y luego se sentó directamente frente a Demus. 

 

El cabello castaño, que había estado desaliñado hasta hace un tiempo, estaba bien atado, y la ropa que estaba completamente abotonada hasta el cuello estaba demasiado limpia. Era simplemente la apariencia de una buena profesora. 

 

Demus encontró interesante el cambio radical de Liv en solo unos minutos. Cuando la conoció por primera vez, nunca esperó que fuera tan interesante.

Traductor: Valiz

Scan : Gremio de Hadas

 

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