Odalisca
Capítulo 31
"Este es el pañuelo que me prestó antes."
El pañuelo finamente doblado olía diferente que cuando se lo entregó a ella. El olor desconocido del jabón que cubría al pañuelo era particularmente fuerte.
Demus, quien solo observo el pañuelo, se apoyó en el respaldo.
"Y para su sugerencia de trabajo extra, primero me gustaría escuchar en qué consistirá."
"No puedo decírselo a menos que esté segura de que lo hará."
"Pero..."
"Simplemente no quiero abrir mis labios ante alguien ajeno."
El hecho de que tuviera que firmar el contrato para escuchar el contenido significaba que no era un trabajo honorable. Liv, que comprendió el significado de inmediato, puso un rostro firme y se quedó callada.
Al ver eso, Demus se sentó con sus largas piernas cruzadas y disfrutó de su rostro tranquilamente. Odiaba perder el tiempo, pero decidió darle a Liv tiempo para pensar.
No, recordando los últimos días, la forma en la que había estado tratando a Liv había sido una anomalía. ¿Realmente valía la pena?
Demus sacó su puro y pensó por un momento. Ser digna, hum... de hecho, aun no sentía que fuera así. Por el momento, no sentía más que curiosidad.
Al principio fue solo por una pintura. Además, de que la que hablaba, era una pintura muy pobre.
No fueron las pinceladas ásperas del artista ni los colores pegajosos lo que llamó la atención de Demus. Fue la mujer que se posó torpemente para la pintura.
La vergüenza era evidente en la incómoda posición, y el cuerpo, que tenía un buen marco, era tan delgado como un caballo enfermizo. Su espalda desnuda revelaba su desesperación.
Entonces, la razón por la que Demus compró la pintura de Brad la primera vez no fue porque fuera un buen pintor. Fue porque la pintura estaba llena de la presencia de la modelo, no del motivo del pintor.
Fue una experiencia muy nueva para él. Demus, que había visto y adquirido innumerables obras de desnudos, nunca había visto una pintura tan horrible. El pintor apenas pudo pintar a la modelo frente a él en el lienzo, en lugar de centrarse en sus objetivos. O quizás la atmósfera fuerte de la modelo se apoderó de la inconsciencia del artista y lo manipuló para pintarla de esa forma.
El artista nunca haría un debut apropiado. Era un hombre sin habilidades. La propia modelo no era una gran partidaria para la labor, obviamente.
La modelo era tan mala que era una molestia llamarla modelo. El resultado de la colaboración entre los dos seres aficionados era la pintura frente a él.
Fue interesante ver la pobre pintura, que parecía como si hubiera rodado por el barro.
Quizás tuve suerte y por eso la encontré.
Con eso en mente, Demus decidió comprar una segunda pintura de Brad. Como la primera pintura, se mostraba la piel desnuda de la parte posterior, y la postura todavía era rígida.
Sería más natural pintar un trozo de madera. ¿A ninguna de las criadas que trabajan en la mansión les iría mejor como modelos que a ella?
A pesar de que pensaba eso, Demus no podía apartar la vista de la pintura. Con la tercera no fue diferente.
Luego sintió curiosidad. ¿Cómo es que solo mostraba la parte de atrás?
¿Qué clase de expresión tendría la mujer con aquella espalda?
Por lo tanto, indebidamente. Le pidió al pintor que dibujara el rostro de la modelo. Sin embargo, nunca esperó que ella se sorprendiera tanto al ver que su perfil se dibujara un poco.
Parecía creer que todo el peligro desaparecería una vez que lograra recuperar la pintura con su rostro revelado. Demus, sin embargo, pensó que no era sólo ingenua sino estúpida si realmente creía que podía terminar todo a su manera.
"Lo voy a hacer."
La conciencia de Demus salió a la superficie. Soplando su cigarro por costumbre, dirigió despreocupadamente su mirada hacia la persona que tenía delante.
"Haré el trabajo extra."
Estaba tan decidida como un soldado en el campo de batalla. Se veía muy pálida, como si hubiera esperado que ordenara lo peor. Demus se rió ante los hombros rígidos de Liv.
Probablemente pensó que debía sacrificar algo valioso para ella. Sin embargo, lo que era valioso para ella era como una piedra en la calle para Demus.
"No será un trabajo difícil para ti, así que no tienes que estar tan asustada."
Liv levantó su mirada temblorosa. Justo cuando estaba a punto de abrir la boca para decir algo, un sirviente apareció con un carrito móvil.
El sirviente entrenado preparó el té haciendo muy poco ruido. La taza de té preparada sobre la mesa era para una sola persona.
El rostro de Liv se puso rojo cuando notó que no tendría una copa. Tal vez se sentía humillada. Demus habló indiferente, sin importarle.
"El sirviente te estará esperando una vez que salgas de esta habitación. Síguelo, escucha la explicación y firma el contrato."
Liv, que se mordía los labios y se agarraba la falda, se levantó tranquilamente.
"Me retiro."
"Estoy deseando trabajar con usted, profesora."
Traductor: Valiz
Scan : Gremio de Hadas
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