Capítulo 32

Odalisca - Novela

10/25/2023

Odalisca

Capítulo 32




Podía sentir la mirada de Liv a través del humo de su cigarro.  Ella respondió, "Sí", con una voz muy pequeña, y se volvió rápidamente. 

 

Mientras tanto, el sirviente, que terminó de preparar los refrigerios, vio el pañuelo sobre la mesa. 

 

"Enviaré esto a la lavandería." 

 

Demus, que había estado mirando fijamente la puerta cerrada del salón, soplando humo despreocupadamente, volvió la cabeza. 

 

Ni siquiera pensó en lavarlo en primer lugar. Ordenó insensiblemente sin mirar. 

 

"Tíralo a la basura." 

 

El sirviente inclinó la cabeza y salió de la habitación con el pañuelo. El olor del jabón barato aún permanecía donde había estado el pañuelo, gradualmente se desvaneció. 

 

Solo el humo del cigarro llenaba el tranquilo salón. Demus, que estaba sentado tranquilamente en el sofá fumando un cigarro, tomó la taza de té y se detuvo. 

 

Frunció un poco el ceño al ver sus largos dedos con guantes blancos. Como si no le gustara, se frotó el dedo índice y el pulgar juntos, cayendo en el pensamiento. Se levantó. 

 

Demus, que se puso de pie dejando el té intacto, salió del salón. 

 

"¿Dónde se encuentra la profesora?" 

 

"Ella está firmando el contrato." 

 

"Tráela cuando haya terminado." 

 

Se sentía con náuseas. Desafortunadamente, no había nada en esta mansión, que se había preparado apresuradamente en un lugar lejano, para calmar el estómago enfermo de Demus en aquel momento. Por lo tanto, no podía ser ayudado.  

 

"Dile que empiece el trabajo hoy." 

 

Estaba ansioso por comprobar la eficacia de aquella inexperta modelo. 

 

*** 

 

El Marqués no mintió. 

 

Todo en el contrato ofrecido por el hombre llamado el ayudante del Marqués era como el Marqués había dicho. Como él había garantizado, el salario por hora se estableció muy alto, y no era una tarea difícil por la que tenía que tener miedo. 

 

"Entonces, Señor Adolf, ¿Cierto? ¿Realmente me pagarán tanto... solo por hacer eso?" 

 

El trabajo extra que el Marqués le pedía hacer a Liv era muy fácil. Era simplemente pasar más tiempo con él, desnuda. 

 

No harían nada más, solo se quedarían en la misma habitación. Estaba escrito que no le causaría ningún daño, ni haría que su vida estuviera en peligro. 

 

"Por supuesto, profesora." 

 

Las mejillas de Liv se sonrojaron. Se avergonzaba del título de "profesora" que salía de aquel rostro serio. ¿Fue porque ella no estaba allí para enseñarle a nadie, o fue porque sentía que era criticada por hacer esto en secreto mientras trabajaba como tutora? 

 

Tal vez era lo último. 

 

"No creo que sea apropiado llamarme con el título de profesora." 

 

"Oh, lo siento si la ofendió. Así es como el Marqués la llama." 

 

"¿...usted sabe quién soy?" 

 

"¿Me lo está preguntando? Lo siento, solo sé todo lo que me han ordenado, Profe... quiero decir, señorita Rhodes." 

 

Era un comentario muy vago. Liv trató de adivinarlo a su manera, pero no pudo encontrar una especulación adecuada. 

 

En primer lugar, no se le ocurrió que el Marqués estaría interesado en ella para darle a Adolf una orden de investigarla o darle alguna orden en particular. Él pensaría en ella como alguien que haría un extraño... trabajo extra. 

 

Los ojos de Liv se volvieron hacia el contrato. No importaba cuántas veces lo leyera, el contenido no cambiaba. 

 

"Por favor, firme a continuación para finalizar el acuerdo. El salario se pagará en efectivo el mismo día, pero si tiene alguna otra forma que desee..." 

 

"Yo también prefiero el efectivo. Pero no dice el período del contrato." 

 

"Oh, eso." 

 

Adolf se detuvo un momento, y luego continuó con calma. 

 

"Terminará hasta que el Marqués decida que ya no la necesita." 

 

"¿...no tengo otra opción?" 

 

"¿Necesita usted una opción?" 

 

En otras palabras, también se trataba de saber si había algo que elegir. Viendo que Liv, cuya tez había vuelto a la normalidad, se estaba volviendo pálida de nuevo, Adolf continuó rápidamente su explicación. 

 

"No me corresponde juzgar imprudentemente, pero creo que este contrato es lo suficientemente bueno para usted, señorita Rhodes. A menos que haya un problema, el Marqués continuará el contrato, y usted ganará fácilmente un ingreso adicional estable. Si lo que le molesta es el cambio de opinión del Marqués, tampoco tiene que preocuparse por eso. Incluso si usted trabaja solamente un día, le daremos bastante dinero como remuneración por su duro trabajo." 

 

No había trabajo en ningún lugar que diera dinero en compensación por solo trabajar un día. El corazón de Liv, que se había sacudido por un momento, se volvió firme de nuevo al pensar en el dinero. 

 

Nunca estuvo en una situación en la que pudiera ser exigente. Liv se recompuso mientras pensaba en Coryda. 





Traductor: Valiz

Scan : Gremio de Hadas

 

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