Odalisca
Capítulo 34
Mientras se desnudaba tranquilamente, los ojos del Marqués no se alejaron de ella. Sosteniendo una copa de vino en una mano, miró fijamente el cuerpo desnudo de Liv. Cuando vio a Liv, que había estado de pie torpemente, sentada en la cama cuidadosamente, finalmente miró hacia otro lado con un suspiro.
Liv, que miró al Marqués, quien se encontraba bebiendo vino con una expresión más tranquila, no pudo soportar el silencio y abrió los labios primero.
"¿Necesito quedarme así, mi Señor?"
No lo pregunto en un tono particularmente fuerte, pero la habitación estaba tan tranquila que la pregunta sonó más fuerte de lo que esperaba. El Marqués, que se sentó a saborear el vino, miró a Liv. Reconociendo la pregunta en la mirada, Liv humedeció sus labios secos con su lengua y continuó su pregunta cuidadosamente.
"¿Solo necesito quitarme la ropa y no hacer nada...?"
"¿Firmó el contrato sin leerlo? ¿O mi ayudante la obligó a firmarlo sin darle una explicación apropiada?"
Fue una pregunta sarcástica porque lo dijo aunque sabía que no podía ser de esa forma. Originalmente era un hombre que no tenía afecto ni calidez, pero nunca esperó que actuara sin moderación.
Liv apartó un poco la mirada para ocultar su vergüenza.
"...el señor Adolf me informó que solo necesito pasar tiempo desnuda en una habitación con usted, mi Señor."
"Lo ha oído bien. ¿Entonces?"
"Me preguntaba... si podría haber algo más que solicitara."
"¿Yo a usted?"
El Marqués parecía no tener intención de tratar a Liv con el más mínimo decoro. Estaba claro que no sentía la necesidad de hacerlo desde el momento en que se firmó el contrato. De lo contrario, ¿Cómo podría reírse de ella tan descaradamente?
"Pensé que era un poco diferente, pero supongo que no."
El rostro de Liv se sonrojó ligeramente. Fue porque se dio cuenta de que él la calificaba como las mujeres que lo perseguían.
Liv estaba segura de que era diferente de esas mujeres. No tenía intención de hacer nada para ganar el amor, el dinero o la posición del Marqués. No solo no los codiciaba, sino que no era una tonta que no sabía que la codicia excesiva le traería daños.
En primer lugar, no estaría aquí si no necesitara dinero.
"No es así. Es porque esta situación no es común."
Respondiendo con una voz firme, Liv suprimió su emoción furiosa. Quería irse inmediatamente cuando se enfrentó a la mirada desdeñosa del Marqués. Sin embargo, no pudo hacerlo porque los sangrientos números del contrato que firmó hace un tiempo la estaban atormentando.
"Como has dicho, tengo un "gusto poco común", y por eso te pagué para que te sentaras ahí."
El Marqués respondió fríamente, revolviendo la copa de vino que tenía en la mano, y se burló.
"¿Te sentarás ahí y actuaras como una agradable planta?"
"Una planta..."
¿Cómo pudo atreverse a provocar que alguien se sentara ahí y dijera eso?
Antes de que Liv pudiera responder, el Marqués añadió en un tono apático.
"Para llamarte estatua o algo así, honestamente, aún no lo vales." (N/T: Tss, que bestia.)
Liv abrió la boca sin darse cuenta.
"¿Qué?"
"No recuerdo haber colocado algo ruidoso. ¿Hay alguna planta que pueda hablar?"
El Marqués le dijo que se callara de una manera muy elegante. Liv apretó los dientes, respirando hondo, giró la cabeza.
Quizás el Marqués no necesitaba un cuerpo para apreciarlo, sino algo para insultar cómodamente. Ella había notado que él no la trataría bien desde el momento en que no se le ofreció una taza de té, pero, aun así, ¿Cómo se atrevía...?
Liv, que respiraba con dificultad, se sentó de espaldas al Marqués. No le pidió que hiciera una pose en particular, así que así se iba a quedar sentada. El Marqués volvió a beber de su vino y se perdió en sus propios pensamientos, pareciendo no tener intención de quejarse. El olor de los cigarros se mezclaba con el olor del vino detrás de ella de vez en cuando.
Como no habló con ella, Liv se enfrascó en sus propios pensamientos. Miró hacia abajo con indiferencia a su cuerpo desnudo. El pecho regordete y la grasa abdominal plana no eran tan malos como para que ella los viera. Ella ni siquiera habría sido capaz de ganar dinero de esa forma si tuviera una cicatriz, por lo que estaba agradecida de su cuerpo natural.
Sí, ¿Qué tan graciosa, yo, una profesora, fui para el Marqués cuando entré al estudio y me quité la ropa? Después de todo, me he buscado que me trate así.
La emoción deprimente hizo que su corazón palpitara, Liv cerró los ojos con fuerza.
Se imaginó que esto era un estudio, y ahí estaba Brad detrás de ella. Pensó en la gran cantidad de dinero que recibiría una vez que ese momento terminara.
Pensando de esa forma, tuvo la energía para aguantar un poco más.
Traductor: Valiz
Scan : Gremio de Hadas
Si deseas mantenerte notificad@ para próximas actualizaciones de esta novela y muchas más increíbles historias, eres bienvenido al canal de discord de nuestra comunidad.
Discord Gremio de Hadas: https://discord.gg/KxpTXwmPGA