Odalisca

Capítulo 6

Viéndolo en persona, y mucho menos sin exagerar, aquellas opiniones se quedaban cortas. En particular los ojos azules, que se dice que fueron creados para cautivar almas. Eran tan misteriosos que incluso llegaban a pensar que eran mágicos. 

 

Un hombre con tal atractivo y soltero. ¿Cómo podían las personas no prestarle atención? Era inevitable que fuera un hombre que las mujeres anhelarán. 

 

¡No puedo creer que vi al hombre que jamás pensé poder conocer en toda mi vida en un lugar como este! 

 

Liv, que había estado poniendo en orden su desconcertada mente, de repente se levantó con una expresión en blanco. Fue porque logró recordar lo grosera que había sido ante el Marqués hace un momento. 

 

Demus Dietrion no solo era una persona reconocida por su aspecto y su estatus. 

 

Él, que de repente vino a vivir a esta ciudad, era famoso por su frialdad y arrogancia. Además de ser alguien sensible, no era una persona sociable, por lo que raramente se lo veía en bares o fiestas. Se rumoreaba que era una persona antipática, incluso si hablaba con una mujer. Su pasado desconocido se vio intensificado debido a que, recientemente, había un rumor que decía que fue desterrado del extranjero debido a su personalidad. 

 

 Aquel tipo de hombre le había preguntado su nombre a Liv. 

 

Entonces, ¿No era obvio que la haría responsable por la rudeza que había mostrado? 

 

“...no me digas que… ¿Seré despedida?” 

 

Fue abrumador de solo pensarlo. De hecho, ella solo estaba obteniendo dinero extra como modelo, y solo había sido una excepción, puesto que necesitaba obtener dinero de forma rápida. Si no podía mantener su trabajo como tutora, no duraría ni tres meses. El costo de vivir se volvería un problema, y aún más importante, el costo de la medicina de Coryda. 

 

Liv, que se puso de pie con nerviosismo, comenzó a caminar por la habitación. 

 

Le preocupaba que el Marqués, que se rumoreaba que tenía una mala personalidad, supiera su nombre. Y ni siquiera podía traerlo de vuelta. Hacer eso provocaría que las cosas empeorarán y su error sería irreparable. 

 

“Señorita Rhodes.” 

 

Marie, que le había indicado el camino al Marqués, regresó. Tan asustada como Liv, se limpió el sudor frío de su frente y se disculpó con una voz cansada. 

 

“Perdóneme. La hemos puesto en una incómoda posición debido a que la doncella cometió un error.” 

 

“Estoy bien. Por cierto, emm… ¿El señor Dietrion se encontraba enojado?” 

 

“No creo que mostrara ningún signo de enojo. No se preocupe mucho, señorita. Incluso si se enoja, estaría enojado con nosotros.” 

 

Marie calmó a Liv, diciendo que fue culpa del trabajador que llevó por mal camino al Marqués. Liv intentó sonreír y calmar su acelerado corazón. Marie y Liv, que habían experimentado una agitada reunión, se despidieron, preocupadas por la palidez que mostraba la otra. 

 

Liv, que se dio la vuelta y dejó la mansión, tiempo después se dio cuenta de que no había traído el regalo que se suponía que iba a recibir. Marie debió haberlo olvidado debido a que ella también estaba distraída. 

 

“No pudo evitarse, ¿No es así?” 

 

Liv caminaba con sus hombros colgando. 

 

¿La merienda era realmente el problema ahora? Acabo de cometer un error frente a ese aterrador Marqués.  

 

*** 

 

Liv nació en una ordinaria familia de clase media como la mayor de las hijas. 

 

Sus dos padres se dedicaban a la elaboración de artesanías, llegaron a ser personas muy reconocidas que incluso llegaban a recibir montañas de cartas por parte de famosos nobles. No le enseñaron a su hija mayor, Liv, esas habilidades. En lugar de eso trabajaron duro en su educación, esperando que alcanzara un estatus más alto. 

 

Gracias a eso, Liv logró entrar a un internado, con el que ningún niño de clase media soñaría, además de haberse graduado con calificaciones relativamente buenas. 

 

Liv esperaba que, como lo soñaron sus padres, al menos pudiera establecerse en la clase intelectual y tener una familia decente. Ella era muy popular en la escuela. Los chicos de las clases más altas la habían estado mirando en secreto y había hecho amigas de familias decentes. Cuando todos se graduaron, todos prometieron volver a encontrarse en la sociedad. 

 

Después de la graduación, Liv conoció a su pequeña hermana por primera vez. Ella tenía diez años menos que Liv, y desde que nació su cuerpo siempre ha sido débil. 

 

En ese momento el trabajo de sus padres disminuyó, y la medicina para su hermana se volvió más cara. Sin embargo, no fue tan malo. A pesar de que el trabajo disminuyó mucho, sus padres aún eran unos artesanos cualificados. Fueron capaces de resistir. 

 

Hasta que dejaron a ambas hermanas después de haber sufrido un inesperado accidente. 

 

“Bienvenida, señorita Liv.” 

 

Un chico, que se encontraba barriendo frente a la capilla, la saludo cordialmente. Era Bethel, que estaba en el curso de clérigo mientras trabajaba de voluntario. Parecía ser alguien muy amable con Liv, que visitaba con regularidad la capilla. 

 

Había un gran número de capillas en la ciudad, y esta era la más pequeña y aislada de entre todas, por lo que ella podía ser considerada la más valiosa creyente de esa capilla. Además de que el número de visitantes ha ido disminuyendo con el paso de los días en cada una de las capillas. 

 

“¿Cómo se encuentra Coryda?” 

 

“Se encuentra mucho mejor debido a tu preocupación. Gracias, Bethel.” 

 

“Todo es gracias a las fieles plegarias de la señorita Liv, Estoy seguro de que la salud de Coryda mejorará pronto.” 

 

“Si, eso espero.” 

 

Liv, qué le sonrió y le dio las gracias, abrió la puerta de la capilla con todas sus fuerzas. La puerta se abrió emitiendo un débil sonido de bisagras, y el interior que se encontraba vacío se presentó ante su vista. 

Traductor: Valiz

Scan : Gremio de Hadas

 

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