Odalisca
Capítulo 8
Habiéndose encontrado inesperadamente dos veces con el Marqués, su corazón se había preocupado por nada cuando salió de casa. Como si su encuentro con él hubiera sido un sueño, su vida siguió como si nada. No hubo aviso de despido proveniente de la familia Vendons. En su lugar, la Baronesa le envió una caja que contenía aperitivos hechos a mano de gran calidad a través del chico de los recados, mencionando que lamentaba no haberle dado el regalo que se suponía iba a darle.
“¡Liv, esto es delicioso!”
Se sintió apremiada cuando vio aplaudir a Coryda en símbolo de que le habían gustado.
Espero que este trabajo dure un buen periodo de tiempo. Liv, que estaba observando a Coryda mientras albergaba tal esperanza, sacó el regalo que había preparado con cuidado.
“Coryda, este es tu regalo de cumpleaños.”
Coryda, que sabía las circunstancias en las que se encontraban, no parecía esperar recibir un regalo en absoluto. Se quedó viendo el regalo con los ojos abiertos, para después ver a Liv con cautela.
La visión de su hermana mirando su rostro antes de siquiera ponerse feliz por recibir un regalo fue suficiente para hacer que el corazón de Liv pesara. Su hermana había dejado de ser la niña que era antes.
Liv de forma deliberada puso el regalo en la mano de Coryda con una gran sonrisa.
“Tenemos dinero suficiente para vivir este mes, así que no te preocupes.”
“Pero Liv…”
“Te dije que está bien. ¿No sientes curiosidad por lo que hay dentro?”
Coryda dudó ante los ánimos de su hermana para después abrir lentamente la envoltura.
El toque cauteloso se volvió apresurado cuando el contenido fue revelado. Y finalmente, una pequeña caja de música hecha de cerámica apareció en el lugar donde antes se había estado quitando el envoltorio. Era una linda caja de música con un caballo blanco grabado en ella.
“¡Wow!”
“Dale cuerda.”
Con el rostro ruborizado, Coryda giro el pequeño mango que se encontraba en un lado de la caja. El muelle se enroscó después de soltar un chirrido, y pronto una melodía monótona pero linda y animada comenzó a sonar. Era una canción de cuna que a Coryda le gustaba.
Viendo el rostro sonrojado de Coryda, Liv sonrió en silencio.
Estaba agradecida de que hace unos meses, cuando encontró esa caja de música en una tienda, tuviera puestos sus ojos en ella como regalo de cumpleaños para Coryda. Le preocupaba que no tuviera suficiente dinero, pero gracias al dinero adicional que le había dado Brad, le sobró dinero después de comprar la caja musical. Ella pensaba preparar una gran comida usando los ingredientes que compró con el dinero restante.
Repentinamente, interrumpiéndolas.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
“¡Liv! ¡Liv! ¿Estás en casa?”
“Coryda, espera un segundo.”
Liv, que palmeo el hombro de Coryda, fue corriendo hacia la puerta principal. Del otro lado de la puerta se encontraba un pequeño hombre de mediana edad. Era Pommel, el propietario.
“Oh, estás aquí. ¡Cuántas veces he tenido que venir en vano!”
“¿Cuál es el problema, señor?”
“Es acerca de la renta.”
Revisó un papel y se lo extendió a Liv. Aceptando el documento confundida, lo leyó y noto que era una factura. La frente de Liv se arrugó en un instante.
“Ya he pagado la renta de este mes.”
“Ha subido a partir de este mes.”
“¿Qué? ¡Nunca escuche eso!”
“Es porque nunca estás. ¡Claramente se lo dije a Coryda!”
Coryda se lo hubiera dicho si de verdad hubiera escuchado aquello. Pommel era una persona que normalmente mencionaba reglas que no existían y eliminaba las que estaban establecidas a su gusto, alegando que tenía la autoridad como propietario. El precio de la renta debió de haber sido establecido hace muy poco tiempo, también.
Liv puso su mano sobre su pecho y abrió ampliamente sus ojos.
“¡Eso es injusto! ¡Este es un aviso unilateral!”
“Ese no es mi problema, ¡Y definitivamente lo informe! Te daré como límite hasta el fin de mes, así que consigue el costo adicional.”
“¡Señor Pommel!”
“No aumento mucho. ¡Aún sigue siendo el precio más barato de la ciudad! ¡Puedes irte si no te gusta!”
Pommel, que dijo aquello imprudentemente, se giró. Fue porque sabía que Liv y Coryda no podrían hacer nada de todas formas.
Liv, que abrió su boca en desconcierto, miro nuevamente el documento.
No podía creer que la renta subiera a partir de este mes tan rápido, no a partir del próximo mes.
“...Liv.”
Liv, que estaba de pie distraída frente a la puerta abierta, de repente volvió a sus sentidos y miró hacia atrás. Coryda, tan delgada que parecía poco creíble que tuviera quince años, estaba de pie con su caja de música en las manos.
“Vendamos esto de nuevo.”
“Es tu regalo de cumpleaños.”
Negó con la cabeza con una dura mirada en respuesta, pero Coryda replicó sin dudarlo.
“Pero la renta ha subido.”
“Tú no tienes que preocuparte.”
“Has gastado mucho dinero en mi medicina este mes. También conozco la situación en la que nos encontramos.”
“¡Coryda!”
“Liv, no soy una niña pequeña.”
No, eres una adolescente.
Liv no se atrevía a decir las palabras que tenía en mente. La figura infantil que comía galletas hechas a mano felizmente había desaparecido, y Coryda, que parecía más madura y calmada que ella, sonrió.
“Liv. Si no pagas la renta, el señor Pommel vendrá todos los días, y cuando no estés aquí, va a molestarme. Así que paguemos rápido.”
El hostigamiento del señor Pommel era solo una excusa. Una excusa para orillaba a Liv a vender la caja de música.
A pesar de que estaba consciente de eso, Liv se lamentó por la caja de música durante un momento. No era que no tuviera dinero extra en lo absoluto, pero si revendía la caja de música, podría prepararse para el repentino aumento de la renta.
Sin embargo, solo fue por un momento. Respiro profundamente y cerró la puerta principal. Entonces tomó la caja de música y la puso en la mesa que estaba al lado de la cama.
Traductor: Valiz
Scan : Gremio de Hadas
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